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Por: María José Díaz Colina  

Cierto día me di a la tarea de consultar en Internet el ranking de las telenovelas colombianas más exitosas durante los últimos años. Realmente quedé desconcertada al empezar a revisar algunas páginas y observar una interminable lista de telenovelas en cuya trama se hace alusión al narcotráfico.

En estas series o telenovelas se vende la idea de que se vale todo con el propósito de salir de ser pobre. En este sentido, se presenta una imagen sexualizada de la mujer, reduciéndola a un mero cuerpo que produce placer y, como si fuera poco, se les trata como objetos que no piensan y que pueden ser exhibidos, explotados y utilizados como se desee a cambio de dinero.     

En particular me referiré a la telenovela Sin senos no hay paraíso de Caracol, la cual ha sido catalogada como una de las más exitosas en nuestro país y a nivel internacional. Esta es una adaptación de la novela escrita por Gustavo Bolívar, protagonizada por Carmen Villalobos, Fabián Ríos, Catherine Siachoque y con María Fernanda Yépez como antagonista. La dramática historia relata la vida de una joven muy hermosa que presta servicios sexuales a hombres involucrados con el narcotráfico y que se concentra en buscar a alguien que le pague la cirugía de implantes mamarios, ya que, según ella, esto le servirá para alcanzar la fama y, especialmente, la riqueza que tanto anhela sin tener que trabajar para alcanzar sus metas.   

Me llama poderosamente la atención que su trama está enmarcada en un trasfondo de violencia, antivalores y, obviamente, la narcocultura. A lo largo de los capítulos se pueden apreciar los estereotipos machistas, de agresión a la mujer, quien, en definitiva, es sexualizada y puesta al servicio del hombre. Esta queda a merced de los bajos deseos masculino y, a cambio, recibe lujos y dinero, lo que genera una relación de subordinación. 

Es indignante la manera en que se presenta a la mujer como una tonta que no es capaz de luchar honradamente por alcanzar sus metas, sino que debe recurrir a transformar su cuerpo mediante cirugías, especialmente el implante de senos voluptuosos para encajar en los estándares de belleza que de una u otra manera impusieron los narcotraficantes, exponiendo su vida. 

La trama de la telenovela gira alrededor de la asociación entre el tamaño de los senos y la prosperidad o éxito en la vida, de tal forma que quienes los tenían pequeños estaban condenadas a la pobreza. Se regulariza el hecho de que las mujeres vendan su cuerpo al mejor postor en busca de asegurar su futuro, sin importar las consecuencias que eso genere

En la actualidad también es común que se presente la cosificación de la mujer, como sucede en las campañas publicitarias, en los anuncios impresos, televisivos y de distinta índole en los que se presenta a la mujer como un objeto que es expuesto de manera intencional para promocionar cigarrillos, licores, autos y cualquier otra cantidad de productos que las empresas quieran promocionar y vender.  Situaciones como estas afectan la dignidad como mujer y como ser humano. La forma más frecuente de cosificación de la mujer es la sexual, reduciéndola a un objeto a disposición de los hombres. 

La cosificación en las mujeres puede ocasionar consecuencias, concretamente a nivel de su autoestima. Las mujeres que han experimentado autocosificación, tienen baja autoestima global y baja autoestima corporal, como lo concluye un estudio de Strelan, Mehaffey y Tiggemann realizado en el año 2003.  

En definitiva, las narconovelas suelen convertirse en atractivas por la facilidad con la que las mujeres consiguen las cosas y la vida de lujos que llevan sus protagonistas, lo cual es altamente peligroso para los menos favorecidos, porque de alguna manera crea referentes, no solo para las mujeres, sino para los jóvenes, ya que puede convertirse en una alternativa en un momento de crisis.  

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Este contenido fue supervisado por el periodista y docente Jorge Sarmiento Figueroa, y la editora de sección de Género, Estefanía Gualtero, como parte de la estrategia pedagógica del curso de Argumentación Periodística.

Somos una casa periodística universitaria con mirada joven y pensamiento crítico. Funcionamos como un laboratorio de periodismo donde participan estudiantes y docentes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte. Nos enfocamos en el desarrollo de narrativas, análisis y coberturas en distintas plataformas integradas, que orientan, informan y abren participación y diálogo sobre la realidad a un nicho de audiencia especial, que es la comunidad educativa de la Universidad del Norte.

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