Para estas fechas, no solo los hinchas y los aficionados de la selección Colombia se preparan para ver a la tricolor en el campo de juego. Es normal que para esta temporada, muchos vendedores de camisetas y accesorios alusivos a la selección Colombia se ubiquen en las calles o diferentes puntos de la ciudad para vender sus artículos.
En la calle 72, alrededor del estadio Metropolitano, y a lo largo de la calle Murillo, se ubican algunos de estos vendedores, quienes exhiben sus productos colgándolos con ganchos de ropa en una cuerda que atraviesan de un poste a otro, o, incluso, de un árbol a otro.
En su mayoría,venden accesorios como camisetas, gorras, sombreros, balacas, cornetas, pitos, banderas, bufandas, hasta una que otra máscara de marimonda con los colores de la tricolor. Juan Guillermo se dedica a la fabricación de estas caretas junto a su esposa y las llevan a diferentes puntos para venderlas a crédito.
“Ya tengo 16 años vendiendo las máscaras de la marimonda colombiana y siempre se han vendido” expresó el comerciante. El vendedor Juan Carlos Llamas cuenta que durante cada partido disputado por la selección Colombia, el comercio de las camisetas aumenta en la ciudad, lo que, por supuesto, les favorece en gran medida.
“Lo que más se vende es la camiseta de Colombia, las vendemos con varios precios, a 20 mil, 25 mil, 30 mil e incluso 40 mil”, dice Juan Carlos.
María Domínguez se ubica en toda la Murillo, se sienta en una silla junto a sus artículos, ofreciéndole a todo el que pasa. “Yo llego aquí como a las 8 de la mañana y me voy como a las 7. La idea es esperar a las personas que salgan del trabajo para que compren”, manifiesta la vendedora.
Miguel Rodríguez, por su lado, es un vendedor que se ubica en la calle 72 con la carrera 46. Lleva aproximadamente 30 años trabajando en el negocio de las camisetas; todos los días toma parte de la mercancía que guarda en una feria cercana, para luego colgarla en este punto. Los carros que pasan cerca le pitan y lo llaman para comprarle sus artículos. “Aquí se vende mucho la corneta; los barranquilleros somos muy alegres en ese sentido y nos gusta animar los partidos con las vuvuzelas, trompeta que se popularizó después del mundial de Sudáfrica” comenta Rodriguez.
Aunque no siempre brille el sol en la ciudad, y casi siempre la lluvia se interponga en estas festividades, muchos comerciantes buscan y se preparan para que este tipo de inconvenientes no opaquen la celebración.
“Aquí nos preparamos con carpas o plásticos para tapar los productos en caso de que el mal tiempo quiera aguar la fiesta. Apenas vemos el tiempo, corremos para que no se dañe la mercancía” cuenta Ana Peña, una de las vendedoras de la Murillo. Juan Guillermo, fabricante y vendedor, afirma que el movimiento de las ventas se da un día antes y el mismo día del partido. Es decir, no son solo 90 minutos en que la casa de la selección se viste de tricolor, sino que son más de 24 horas durante las cuales estos vendedores promueven un solo sentimiento, y ese el orgullo de ser colombiano, representado en los colores de la camiseta futbolera más apetecida por los transeúntes de la ciudad en esta época.
Es así como muchos vendedores esperan con ansias estas fechas, cuando la ciudad y el corazón de todos los colombianos -pero sobre todos los barranquilleros- se viste de amarillo, azul y rojo. No basta solo una camiseta, por cierto, sino que también resulta imprescindible una serie de accesorios, ideales para acompañar la alegría y la pasión por la selección tricolor.