Por: Eliana Ramos
En el fútbol como en la vida, hay promesas que se quedan sin cumplir. Las lesiones o las faltas de oportunidades en los clubes van desdibujando a algunos jugadores que pintaban de estrellas.
¿Cuántas veces has escuchado que llamen a un jugador joven “el nuevo Messi”, o en su defecto que lo consideren como el reemplazo de cualquier jugador que haya dejado huella en la historia del fútbol? Si eres un apasionado por el balompié, seguro muchas veces. La realidad es que en este deporte y específicamente en Colombia, esta es una situación bastante común: un jugador que tiene un buen momento luego de su debut y que desde allí, empieza a llamar la atención de grandes clubes. El único detalle aquí, es que si bien es cierto muchas veces estos jugadores que pintan con un futuro brillante terminan teniéndolo, en definitiva hay muchos otros que nos quedan debiendo. Estos últimos, son precisamente esas promesas que el fútbol nos hizo, pero que no nos cumplió.
En Colombia son varios los jugadores que nos hacen pensar en el tema de “las promesas sin cumplir”. Un sinnúmero de veces se nos ha erizado la piel por la noticia de que un compatriota estará en la plantilla de algún club internacional importante. Sin embargo, son muchas menos las veces que esto ha sucedido porque aquellos compatriotas son titulares o figuras en los equipos que juegan. Se recuerdan nombres como el de Hugo Rodallega, que desde el mundial sub-20 2005 se visionaba como uno de los futuros mejores jugadores del continente, pero que lastimosamente hoy con 31 años quedó lejos de serlo.
Las lesiones constantes son muchas veces la principal razón por la que estos jugadores no tienen el desempeño esperado. Esto nos lleva a pensar en un jugador que con una corta edad, ya llegaba al fútbol argentino: Giovanni Moreno. Actualmente cuando juega para el Shanghái Shenhua de la Superliga China, Moreno nos hace viajar a aquellos tiempos donde este mediapunta alguna vez sonó como el que sería el mejor jugador de Colombia.
En el caso de Moreno, se trató de un tema de lesiones e incluso de vandalismo por parte de la afición del equipo para el que jugaba, pero también existen historias más cercanas en las que, aunque es difícil asegurar por qué no brillaron, de igual manera podemos nombrar. Michael Ortega y Alfredo Padilla son uno de los nombres con los que hace poco en el Junior de Barranquilla se soñaba. No solo dándole triunfos al equipo sino que también, con un paso directo a los mejores clubes extranjeros, pero que lastimosamente no dieron.
Sin embargo, esta no es una situación que solo es propia en jugadores colombianos, sino que se da alrededor de todo el mundo. Si se piensa en alguna de las características que tienen en común este grupo de jugadores, sin duda no se podría dejar de mencionar sus traspasos millonarios. Uno de los más recordados es el delantero Mario Balotelli, quien alguna vez protagonizó las ventas más costosas del mercado, pero que en la actualidad, se encuentra jugando en el Niza de Francia, donde buscará una nueva chance de brillar en el fútbol a sus 26 años.
Otro de los nombres que se recuerdan al pensar en los jugadores que alguna vez sonaron como posibles estrellas del fútbol mundial, es el delantero brasileño Robinho. Incluso algunos llegaron a considerarlo el nuevo Pelé luego de su llegada al club merengue. No cabe duda de que allí regalaría por lo menos dos años de un buen fútbol, pero que luego su magia se fue apagando en su silencioso paso por clubes como el Manchester City y el Milan. Podríamos seguir nombrando muchos, Bojan Krkic por ejemplo, que con solo 17 años debutó en el primer equipo del Barcelona; Afellay con su paso por el mismo equipo o Alexandre Pato, que aún con su paso por clubes importantes no logró alcanzar las expectativas que dejó en sus comienzos.
Se pondría instar a evitar subir a los jugadores de manera apresurada o tratar de no generarnos tantas expectativas. Pero no, allí está lo especial de este deporte. Como en el amor, ilusionarnos con quienes le dan un bonito trato a la redonda. Imaginar sus grandes espectáculos, soñar con sus goles o jugadas, pero también, decepcionarnos o quedarnos esperándolos. Este es un deporte de sorpresas, de clubes que pueden pasar de estar un año a nada de caer en descenso y luego coronarse campeones. Así que, lo único que hay por hacer es disfrutar del momento que ofrece cada jugador, porque claramente no sabemos hasta cuando no los podrá brindar.
