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Por: Daniela Lubo Henríquez – Fotos: El Heraldo – Cortesía Lina Medina 

A través de la representación de la diversidad y el colorido de los paisajes colombianos, Lina Medina Cobo es presente y se perfila también como futuro de la moda a nivel internacional.

Uniendo retazos de telas de distintos colores, formas y texturas, esta fonsequera de 27 años crea pedazos de mundo en sus vistosos vestidos de baño, brindando no solo elegancia sino la comodidad que cualquiera quisiera llevar consigo al agua.

Al momento de nuestro encuentro, eran las 5 de la tarde y el sol ya comenzaba a ocultarse. El pasillo seguía iluminado por el atardecer que no se había apagado por completo, aunque las paredes amarillas acentuaban aún más la sensación de brillo. Pero, por si faltaba luz, casi al final del pasillo se asomó un rostro con una extendida y a la vez tímida sonrisa.

Era más joven y sencilla de lo que se puede imaginar. Sus trajes de baño se llevaron casi todo el color de lo que ocupaba su cómodo apartamento. Llevaba un vestido de pequeños cuadros negros y blancos, estaba sentada en un sofá blanco y sobre él estaban las únicas manchas de color que podían verse cerca: cuatro cojines verdes y azules que dan una sensación de agua y vegetación.

Pensar en una diseñadora suele traer consigo la palabra excentricidad, sin embargo, no podía haber más sencillez alrededor: un sofá, unos cuantos cojines, una mesa, un comedor, un cabello recogido y bien peinado. Eso sí, todo este escenario es solo un despiste para todo el fantástico caos de color detrás de Lina Medina.

¿En qué momento sabe que su deseo es estudiar Diseño de Modas?

Desde que tengo uso de razón, siempre tuve mucha pasión por la moda, por diseñar, por dibujar. Siempre fue mi hobbie. Ya cuando entro a la universidad es que evoluciono un poco más mi creatividad, comienzo a hacer mejores trazos, a estudiar mercadeo. Voy creando, sin querer queriendo, una marca que hoy en día ya se hizo realidad.

¿Por qué decidió venir a estudiar a Barranquilla?

Me llamó mucho la atención la costa. La Universidad Autónoma del Caribe siempre ha tenido mucha exaltación en cuanto a mi carrera, entonces no dudé en hacerlo y la verdad fue una experiencia muy maravillosa. Aún como egresada tengo muchos vínculos con compañeras, con profesores. Siempre estoy ahí muy pendiente de los proyectos de la universidad. No he perdido contacto.

¿Tenía familiares aquí?

Sí, tenía a unas primas quienes han sido mi apoyo durante toda mi carrera. O mejor dicho, durante toda mi vida.

Cuando tomó la decisión de estudiar Diseño de Modas, ¿su familia siempre la apoyó?

Siempre me apoyaron. De hecho yo era la que tenía el temor de estudiar Diseño de Modas por miedo al fracaso, a no encontrar trabajo. Por ese temor, tenía en mente estudiar Derecho, pero fue mi familia la que me impulsó a estudiar lo que yo en realidad quería.

El origen de esta idea de negocios está en su tesis universitaria, donde junto a otras compañeras, también guajiras, presentó un diseño de un vestido de baño. ¿Por qué se decantaron por este tipo de prenda y no otro?

En esa época, los vestidos de baño no eran tan comunes como ahora, entonces la idea era sacar un producto innovador, y ya que todas éramos guajiras intentamos fusionar el tejido wayuu con un producto innovador que era el vestido de baño, una prenda de vestir de playa, y de ahí se creó una marca entre las tres pero para la tesis. Ya de ahí en adelante, a raíz de que mis prácticas fueron en una empresa de vestidos de baños, tomé la idea de crear mi propia marca y ahí empezó todo.

 

Lina Medina

 

¿Qué pasa ahora mismo con sus compañeras de tesis?

Actualmente ellas ejercen su carrera, cada una tiene una marca Prêt-à-porter, una línea lista para usar de vestidos para el uso diario y alta costura.

Veo que cada una se independizó, pero podía existir la posibilidad de que las tres continuaran juntas con el negocio, ¿no?

Seguimos siendo muy amigas, mejores amigas, pero cada una por su camino.

La mayoría de las modistas que integran su grupo de trabajo son madres cabeza de hogar y dice sentirse “bendecida por contribuir con su bienestar y el de sus familias, y ayudarles a crecer, porque a mí también me ha tocado muy duro.”  ¿Qué dificultades u obstáculos tuvo que enfrentar Lina para llegar a convertirse en la, hasta el momento, microempresaria exitosa que es hoy?

Los obstáculos están presentes en todo el camino de la vida, sólo que uno trata de construir poco a poco la solución a todo. Empezar mi carrera en una ciudad diferente a donde nací, sin parte de mi familia y con poco dinero para estudiar, esas han sido algunas de las mayores dificultades que he tenido, pero gracias a Dios pude superarme y pude formar la marca que es lo que me ha ayudado a salir adelante.

¿Qué tan difícil es iniciar un negocio en Colombia?

Creo que empezar un negocio, no solamente relacionado con el tema de la moda, siempre va a ser difícil, mas no imposible. La idea es no desfallecer, tener mucha fe, tratar de cumplir los sueños, dar lo mejor de sí porque con el tiempo uno también se va dando cuenta si es conveniente o no es conveniente montar el negocio. Pero sí es difícil.

Y económicamente hablando, ¿tuvo que hacer una inversión muy grande para empezar?

No es tanto la inversión, sino que se necesita también tener una aceptación del público porque puedes tener un muy buen producto pero de pronto no llama mucho la atención o no haces la gestión o el marketing ideal para que el producto se dé a conocer. Entonces mostrar un buen producto, tener un buen mercadeo, lanzar marca, todo eso va de la mano para empezar con pie derecho.

¿Quién o quiénes han sido su mayor apoyo en el proceso?

Mi papá. Él fue quien siempre tuvo el afán de que estudiara diseño: diseño, diseño, diseño, apoyándome en lo que yo quería y bueno, no se equivocó. (Risas)

Al terminar sus estudios universitarios, se desempeñó también como Instructora de Diseño del Sena, y el diseño de vestidos de baños continuó para usted como un hobbie. Para muchas personas no es fácil tomar decisiones tan radicales, y usted decidió dejar su empleo en el Sena para dedicarse completamente al negocio. ¿Qué le impulsó a dar este gran paso?

Todos sabemos que salir de la universidad y encontrar un trabajo es muy difícil. Yo conté con la suerte de que me gradué y metí mis papeles en el Sena y fui seleccionada, entonces me dieron para escoger entre varias ciudades de Colombia, pero decidí volver a La Guajira ya que siendo yo de allá, iba a tener más apoyo, estaría con mi familia… todo eso lo pensé. Decido trabajar como instructora y tomar la decisión de dejarlo no fue fácil pero si no damos el primer paso tampoco nos vamos a dar cuenta de si nos equivocamos o no. Es mejor equivocarse a quedar en el intento.

Cuando renuncio, decido volver a Barranquilla porque como ya tenía algunos vestidos de baño, esta era la ciudad que en ese momento más me llamó la atención respecto a compras. Por ser costa es como un eje central aquí en el Caribe. Decido regresar aquí a meter hojas de vida como diseñadora, pero no me va muy bien porque si de por sí es difícil encontrar empleo, como diseñadora de modas aún más. Entonces comienzo a emprender en lo que ya tenía que era mi proyecto de vestidos de baño.

¿Cómo manejó la presión ante la incertidumbre del éxito futuro o no de un nuevo negocio?

Creo que al principio lo pensé mil veces, pero después decidí no prestarle mucha atención. Lo hice, me arriesgué y noté resultados muy rápido, por eso no estuve tan estresada. Todo marchó como lo esperaba.

Ha mencionado en ocasiones anteriores que su tierra natal, la región a la que pertenece, fue la máxima inspiración de sus primeros diseños. ¿Cómo influyó esto en la elección del patchwork, o como lo ha llamado en ocasiones anteriores “el arte de unir retazos”, como la principal técnica para elaborar sus trajes de baño?

Pasa que con La Guajira, su tejiduría, los accesorios guajiros y los colores, hay una gama inmensa. Puedo encontrar de todo en La Guajira, pero respecto al patchwork, es algo con lo que crecí. Mi abuela desde pequeña hacía ‘pijamitas’, ‘sabanitas’, y eso se me fue quedando en la mente. Y aparte de ser una técnica de unir retazos, es un granito de arena a la ecología ya que todos los desperdicios que quedan de prendas de vestir, yo los transformo en un nuevo vestido de baño y así aporto al planeta disminuyendo residuos.

Una de sus colecciones posteriores más exitosas fue la que estuvo inspirada en Frida Kahlo. ¿Por qué eligió este personaje para la colección?

Frida Kahlo es un ícono revolucionario en cualquier aspecto: en la moda, en la cultura. Es mexicana pero llama mucho la atención por sus colores, por sus frases, por su vida, entonces hacer una colección inspirada en ella fue un reconocimiento a esa mujer guerrera que fue y aparte tiene mucha acogida en todo el mundo porque la colección la hice pensada para venderla en Colombia pero atrae mucho en España, en Panamá y bueno, sobretodo en México. Pero sin dudas, su rostro es un ícono mundial.

Su preferencia y especialidad son los vestidos de baño, sin embargo, también ha incursionado en el diseño de otras prendas como sombreros, sandalias y mochilas. Estas últimas se caracterizan porque muchas de ellas llevan consigo la imagen de la Virgen de Santa Marta. ¿Por qué la incluye?, ¿en qué cree?

Soy católica, muy creyente y me encanta la Virgen. Una mujer encantadora y milagrosa para mí y para mi familia, y hacerle un tributo en mis productos, en mi trabajo, me pareció la mejor demostración que le puedo hacer para darle gracias por todos los favores que ha tenido con nosotros.

En los últimos meses, ha sido notorio que dos de las principales imágenes destacadas en las publicaciones de su cuenta de Instagram han sido María Camila Soleibe, ex señorita Atlántico, y Marcela McCausland, conocida en el mundo cibernético como “la gorda bella”. Incluso, ella misma tituló uno de sus blogs, en el que de hecho habla brevemente sobre usted, “La gorda que le gusta la piscina”. ¿Qué busca mostrar al mundo con ellas como imagen?

Con esto quiero romper paradigmas. Está muy estigmatizado que la modelo tiene que ser alta, muy delgada… una modelo que no muestra una mujer real. Entonces mis prendas están destinadas a mujeres reales, a mujeres cabezas de familia, a mujeres que trabajan todo el día, así que lo que quise mostrar es que todas podemos usar un vestido de baño, todas podemos ir a la playa o a una piscina, cómodas, elegantes y hermosas.

Recuerdo también que destacas a otro tipo de modelo…

Sí, una mujer embarazada, porque tengo muchas clientas que están en este estado y se privan de ir a una piscina porque no se sienten cómodas, sienten que su cuerpo no está adecuado pero no, al contrario, están en la mejor etapa que puede tener la mujer y creo que esa belleza es la que hay que mostrar.

Una de las claves del éxito y prestigio de los vestidos de baño de su marca, Lina Medina Swimwear, está en la exclusividad. Trabaja bajo la no repetición de los diseños, de elaborar prendas únicas, algo que indudablemente es muy persuasivo, pues a todas nos gusta sentirnos como tal: únicas. ¿De dónde obtiene tanta creatividad para hacer tantas prendas y todas distintas?, ¿qué estrategias o tips aplica para no repetir?

Mensualmente estoy tratando de sacar colecciones cápsulas. Al año son cuatro colecciones pero yo entre colecciones voy sacando del mismo tema el desglosamiento de esa misma colección pero en otros estampados, en otros modelos, para darle una continuidad y así tener más cambio y más opciones a la hora tanto de mostrar diseños como a la hora de que el público busque para comprarlos. Es muy divertido para mí combinar telas, buscar texturas, saber yo como mujer qué quiero resaltar de mí, qué quiero ocultar, entonces es como un test cuando voy a hacer una colección. Me inspiro no solamente en colores, en el mar… me inspiro en momentos, en qué quiero que sienta esa persona al usar el vestido de baño, en cómo quiero que ella se vea en la playa, en todo eso.

Los vestidos de baño de Lina Medina Swimwear no se han quedado dentro de los límites de Colombia. México, Puerto Rico, Panamá, República Dominicana y hasta Dubái, han sido otros de los destinos de estos fantásticos diseños materializados. ¿Cómo logró que sus piezas llegaran tan lejos y sobre todo a una cultura tan distinta como la de Dubái?

Todo ha sido en relación a las redes sociales. Mi negocio se mueve a través de las redes sociales. Lo que estoy haciendo ahora mismo en Colombia se está viendo en Panamá, en Dubái, y esas han sido las conexiones que me han ayudado para salir de los límites de Colombia y poder mostrar mis productos en otras partes.

¿Qué otros países tiene en la mira para la expansión del negocio?

En este momento estamos explorando Islas Canarias. Ya tenemos un año de estar trabajando con este hermoso territorio que nos ha brindado un gran apoyo. Hemos estado en Moda Cálida y la verdad es que la aceptación ha sido muy chévere. Les gusta la moda, les gusta la ropa de playa, y como está rodeado de agua, es excelente para la venta de vestidos de baño.

¿Cuál podría decir Lina Medina que ha sido la mayor satisfacción o recompensa hasta el momento de todo este proceso?

Creo que la mejor recompensa ha sido la aceptación del público. Sin ustedes, llegar a un nivel de profesionalismo, de trabajo, no se podría hacer. Entonces yo creo que los lindos mensajes y los malos mensajes también hacen parte del crecimiento de todos nosotros y por eso, para mí, lo más importante y la satisfacción más grande que he tenido en todo mi trabajo es la aceptación de la gente.

 

Algunos fragmentos de la entrevista a Lina Medina

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