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¿Puede la psicología explicar que, luego del gesto que hizo, el delantero volcánico podría fallar el penal?

Dos semanas después del campeonato de Junior, un sentir común aún permanece en los aficionados del fútbol local. 

“Yo sabía que se lo iba a pelar“, se lee en redes, refiriéndose al icónico momento, recordado por los junioristas, en el cual el delantero sincelejano Ray Vanegas, atacante del Pasto, falló el penal que otorgó el noveno título del cuadro rojiblanco. 

Lo sabían, según, porque el gesto que realizó les indicó que no lo haría.

¿Se trata de una casualidad o es alguna ley divina del fútbol?

En una entrevista con el periódico EL HERALDO, el jugador indicó que lo que pasó con Sebastián Viera, arquero del Junior, fue algo “natural”.

Otro de los aspectos que recalca Vanegas en la entrevista es que el gesto le salió en ese momento y fue sin el ánimo de ofender.

“En ese momento yo no quería que me dijera nada”, expresó el sincelejano, hincha del Deportivo Independiente Medellín.

“Él quiso sacarme, desconcentrarme, me dijo cosas”, indicó para el medio barranquillero. Y funcionó. 

De hecho, Viera admite que jugó con la presión que Vanegas sentía en ese momento, pues era el último penal. Puso a flote toda su experiencia para desacomodar a su rival.

Sin embargo, algunos aficionados, sobre todo en las redes sociales, se lo han tomado a pecho.  Incluso hay algunos que se han atrevido a comentar que, con ese gesto, mandaba a callar a toda la afición juniorista, y lo catalogan como prepotente, altivo, e incluso, alzado y bocón.

¿Pero Ray falló por eso? ¿Fueron las palabras de Viera, y su gesto posterior, suficientes para que el delantero fallara el penal que le dio la novena estrella a Junior?

Para los amantes del balompié, esta es una situación que se les hace familiar. En la final de la Copa Libertadores de América, un evento relativamente reciente, Boca Juniors y River Plate, dos equipos históricamente rivales, se enfrentaba en la que muchos catalogaron como “la final del siglo”. 

El partido de ida fue jugado en la Bombonera, donde el Boca ofició de local. Allí los equipos se sacaron un empate a dos tantos que dejaba el encuentro de vuelta abierto.

Sin embargo, este tuvo que ser reprogramado y celebrado en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid, luego de que se decretara que no podía ser jugado en territorio argentino por acciones deshonrosas de la hinchada millonaria frente a la banda xeneize. 

El partido prometía emociones más allá del resultado. Pero no fue hasta los 44 minutos del primer tiempo donde Darío Benedetto convirtió el primer tanto del cotejo luego de un excelente pase de Nández.

La locura de los seguidores del Boca fue opacada por el gesto que el delantero realizó a modo de celebración. El atacante le sacó la lengua a Montiel, defensor del River, antes de irse a celebrar con su equipo.

La mofa de Benedetto a Montiel.

En el segundo tiempo, River Plate remontó el marcador y de qué manera. El encuentro quedaría 3-1 con victoria millonaria y un marcador acumulado de 5-3. Al final, el gesto de Benedetto quedó para la posteridad…y los memes.

Ambos casos son similares por tres razones: la primera, luego de los gestos, los equipos perdieron las finales. La segunda, fueron realizados en instancias definitivas y la tercera, ambos atacantes aseguran no saber por qué lo hicieron.

Sin embargo, Benedetto hizo el gesto después de marcar, mientras que Ray Vanegas intentó “silenciar” a Sebastián Viera antes de cobrar la pena máxima.

Pero el caso de Vanegas es particular porque se trataba de una tanda de penaltis. 

Penales, ¿suerte o trabajo?

Dice Daniel Samper Pizano, en su libro “Ni atacar ni defender, sino todo lo contrario”, que el fútbol es, ante todo, una ciencia. Pero una ciencia altamente inexacta. 

Pero, ¿qué hay más inexacto en el fútbol que los penales? Estos pueden ser sinónimo de suerte. Según conocedores, puedes trabajar las definiciones desde el punto penal durante un largo tiempo, pero en el momento decisivo no hay entrenamiento que valga.

De hecho, hay muchos factores que influyen en cómo tirar un penal y quién lo hará en una instancia definitiva. No se trata solamente de la experiencia del futbolista, sino de su madurez mental, su preparación emocional y, finalmente, si se sienten listos para chutar el balón desde los once pasos.

Por eso, se conocen casos de jugadores que son figura en sus equipos, muy habilidosos en los cobros de pena máxima, que deciden hacerse a un lado cuando su club se está jugando el campeonato en una tanda de penales. Pero este no fue el caso de Ray Vanegas.

Según el ensayo “Tiros desde el punto penal: ¿azar o estrategia?”, de Diego Parra y Ricardo Silva, estudiantes de la Maestría de Economía de la Universidad de los Andes, “los tiros desde el punto penal se consideran un juego no cooperativo”, pues sus agentes tienen éxito cuando logran sus objetivos independientemente de los otros.

En esta instancia o situación del juego, hay ciertos análisis que se realizan para determinar la efectividad de un cobro por parte del delantero, o la contención del mismo por parte del portero. 

En gran medida, en un cobro de pena máxima, el pateador intentará maximizar la probabilidad de anotar un gol, mientras que el arquero intentará minimizarla. 

Parra y Silva explican que “los jugadores y los porteros siguen estrategias mixtas que incluyen aleatoriedad en la toma de decisiones”, lo que significa que la manera en cómo ejecutar o detener un penal está basado en el oponente y el análisis que se realice de este. 

En resumen, las opciones del pateador oscilan entre disparar a su derecha, a su izquierda o al centro de la portería, mientras que el arquero elegirá lanzarse a la derecha o a la izquierda del pateador, así como podrá elegir mantenerse en el centro.

Pero esto es muy analítico, y en el momento en que comprendes que de ti depende la definición de un campeonato, poco importan las estadísticas.

Sin embargo, en este hilo de Twitter, el periodista Andrés G. Borges explica cómo Viera trabajó el error del Pasto. Siendo un arquero tan experimentado, con varios campeonatos disputados en tandas de penales (algunos obtenidos de esa manera), no era sorpresa que usara sus trucos para desacomodar a los cobradores volcánicos, hambrientos de realizar la hazaña y poner a celebrar a su afición.

En un punto, Borges argumenta que, debido a la posibilidad que le daba el árbitro de acercarse a los cobradores, Viera utilizó dicha arma para desacomodar a Vanegas, al punto de sacarlo de sus casillas y generar en él una reacción impensada: mandarlo a callar.

Eso, para muchos, fue el indicio de que el delantero fallaría el penal, pues en ese momento “no hay que prestar atención a nada más que la pelota”.

Esta última teoría la sostiene Ana Milena Padilla, psicóloga de profesión, quien argumenta que Vanegas estuvo expuesto a 3 agentes externos que alimentaron su presión.

Uno, ser el último cobrador, a sabiendas de que el equipo rival no se había equivocado y, por ende, él no debía hacerlo tampoco. De él dependía si Junior era campeón o se alargaba la tanda.

Dos, el estadio estaba plagado de hinchas tiburones que deseaban su error. Sin embargo, la presión no era mayor puesto que los fanáticos del Pasto también hacían ruido en El Campín.

Y tres, las palabras y los movimientos de Sebastián Viera. Sobre esto, Padilla explica que el arquero “fue inteligente” pues, aunque la presión estaba en los dos (ya que el portero quería atajar el cobro), estimuló al delantero a tal punto de que lo hizo estar en su contra.

“Las palabras juegan un papel fundamental porque precisamente son estímulos que tenemos externos y que van a repercutir en mi estado de ánimo, en cómo yo afronto esa situación”, manifestó la profesional.

En cuanto a la reacción de Vanegas, Padilla asegura que se trató de un mecanismo de defensa, aunque afirma que no es normal reaccionar así cuando se está bajo presión.

“Todo depende de cómo la persona afronta los niveles de estrés frente a la situación. No podemos generalizar”, puntualizó.

Lo que queda luego de la falla

En el mundo del fútbol, la gente puede olvidarse cuantos goles anotaste la temporada pasada, si fuiste el Man Of The Match de la final o si, con tu esfuerzo, clasificaste al equipo a la siguiente ronda. Nada de eso importa si fallas el penal del título. 

Sin embargo, hay algo que sí queda en toda esta ecuación y son los memes. Aquí, algunos de los más curiosos.

Tres doritos después

Sabían que fallaría…

Y se sumó a la lista interminable de ‘stickers’:

Y como mencionó Samper Pizano en su texto, específicamente en la ley de la relatividad del penalti: “una vez fallando el penal, no importa nada si quien lo chutó era diestro o zurdo, defensa o delantero, joven o veterano, extranjero o nacional, blanco o negro, buen hijo o parricida doble”. 

Pero cuando se convierte, tampoco importa.  

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