[wpdts-date-time]  

Por: Duber Altamar

Escena 1. Toma 2.

No es necesario tener más de dos dedos de frente para saber que Hollywood ha dominado la industria cinematográfica durante décadas (y lo sigue haciendo). Año tras año, llegan a las salas de cine de nuestro país películas provenientes de los Estados Unidos con la única y respetable intención de sacarnos el billete. Y año tras año vemos esas películas que terminan imponiendo modas en nuestra sociedad, siendo la de Harley Quinn y su “romance” con el Joker la más reciente en las chicas adolescentes. Y año tras año seguimos con la bendita manía de querer parecernos más a los americanos cuando los americanos no quieren ser como nosotros.

Lo que piensa Hollywood de Colombia es simple: somos un país violento, nuestra geografía es la de selva por todos lados, vendemos una que otra buena taza de café y puedes conseguir cocaína en cada esquina (porque todos somos narcotraficantes, obviamente). Lo interesante del caso es que Hollywood solo se ha atrevido a mostrarnos en películas de acción, donde somos presentados como terroristas y narcotraficantes enemigos de su patria. Siendo, obviamente, una simple imaginación errónea que tienen algunos realizadores audiovisuales gringos sobre nosotros, pero que nos ha hecho mucho daño y ha terminado impulsando a que otros países piensen lo mismo.

Dicha imaginación ha llegado a niveles tan absurdos como los presentados en la película de Mr. & Mrs. Smith (2005) dirigida por Doug Liman. En una de las secuencias los personajes protagonistas llegan a una Bogotá que parece cualquier lugar menos Bogotá. La ciudad es mostrada como un pueblecito cualquiera, húmedo, caluroso, con gallinas revoloteando por todos lados y donde los cachacos (grandes amantes de la cultura caribe) solo bailan salsa.

Menos mal que tenemos a algunos verdaderos héroes de la patria que se han puesto en la tarea de cambiar la muy equivocada imagen que tienen los demás de nuestro país. Cantantes que pegan sus canciones en todas las radios latinas, ciclistas conquistando tierras ibéricas, pesistas que alzan más kilos que los demás para que nuestra bandera se alce más alto que las demás en la ceremonia olímpica y directores de cine que hacen películas con el alma para que nuestras historias sean vistas en los festivales más importantes del mundo.

Sin embargo, aunque hagamos todo ese esfuerzo por cambiar la imagen que nunca pedimos tener, Hollywood decide enfrascarse en mostrarnos como siempre nos ha mostrado. Como resultado nos llega desde la plataforma de Netflix una serie sobre aquel paisa de bigote que tanto daño le hizo al país y que aún después de muerto sigue estando en la cabeza de los extranjeros cuando piensan en Colombia. Narcos: la serie que pretende volver a contarnos la historia de Pablo Escobar justo cuando estamos intentando hacer a un lado la violencia que nos ha azotado.

Aunque si lo pensamos bien, todas esas novelas sobre narcotráfico y violencia que nosotros mismos hacemos terminan siendo las historias sobre nosotros que les vendemos al resto del mundo. ¿Acaso no tenemos un montón de otras historias por contar?

La única manera de contrarrestar lo que Hollywood y asociados han hecho que piensen de nosotros es haciendo películas que demuestren lo que verdaderamente es Colombia. Habrán muchas maneras de hacerlo pero la que personalmente más disfruto es la de despegarse un poco de toda esa cultura americana y vivir la propia nuestra. Narrar las historias a nuestra manera y no a la de ellos, interesarnos más por lo local que por lo extranjero, sentir lo cotidiano como la mejor fuente de inspiración y narrar la fantasía con la misma convicción que los mitos y leyendas eran narrados por nuestros ancestros.

Será un reto casi político que tendrán a futuro los realizadores audiovisuales de nuestro país para demostrarle al mundo que lo que hay en cada esquina son historias y no cocaína.

¡Corte!

Somos una casa periodística universitaria con mirada joven y pensamiento crítico. Funcionamos como un laboratorio de periodismo donde participan estudiantes y docentes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte. Nos enfocamos en el desarrollo de narrativas, análisis y coberturas en distintas plataformas integradas, que orientan, informan y abren participación y diálogo sobre la realidad a un nicho de audiencia especial, que es la comunidad educativa de la Universidad del Norte.

elpunto@uninorte.edu.co