Customize Consent Preferences

We use cookies to help you navigate efficiently and perform certain functions. You will find detailed information about all cookies under each consent category below.

The cookies that are categorized as "Necessary" are stored on your browser as they are essential for enabling the basic functionalities of the site. ... 

Always Active

Necessary cookies are required to enable the basic features of this site, such as providing secure log-in or adjusting your consent preferences. These cookies do not store any personally identifiable data.

No cookies to display.

Functional cookies help perform certain functionalities like sharing the content of the website on social media platforms, collecting feedback, and other third-party features.

No cookies to display.

Analytical cookies are used to understand how visitors interact with the website. These cookies help provide information on metrics such as the number of visitors, bounce rate, traffic source, etc.

No cookies to display.

Performance cookies are used to understand and analyze the key performance indexes of the website which helps in delivering a better user experience for the visitors.

No cookies to display.

Advertisement cookies are used to provide visitors with customized advertisements based on the pages you visited previously and to analyze the effectiveness of the ad campaigns.

No cookies to display.

[wpdts-date-time]  

*Foto: Wilber Lareus.

 

Luz Herrera es bailarina, sólo eso siento tener el derecho de decir. El resto de su descripción me la dio la persona que más la conoce: ella misma.

¿Quién eres?

Yo soy un ser de alma, cuerpo y cadera. Alma que vive pensando siempre en las dolencias del pasado, en el pasado oscuro, en el pasado esclavo, que a pesar de que fue abolido hace muchísimos años todavía lo sigo viviendo. Cuerpo porque siento cada uno de los sentimientos. Amor, pasión; y cadera porque ¿ajá niño, entonces? somos costeños. Amo el baile, cosa que llevo en las venas. Esa soy yo: alma, cuerpo y cadera.

 

Entonces te gusta el baile.

Yo no me he graduado pero estudié Ingeniería Ambiental y hace poquito terminé mi diplomado en Gestión de Recursos Naturales. Ahora mismo que no estoy yendo a la universidad paso mi tiempo libre en la huerta del patio de mi casa, ahí tengo toda clase de plantas sembradas. Amo la agricultura, me apasiona al igual que el baile.

 

¿Qué bailas?

Soy bailarina de ritmos africanos, son mis favoritos ahora mismo. Pero también sé bailar folclor y tradiciones como el bullerengue o los bailes de negros. Y hace poco estuve aprendiendo contemporáneo con la compañía Colegio del Cuerpo de Cartagena.

 

¿Y eso del baile por qué?

Creo que esas ganas llegaron conmigo a este planeta, siento que son dones que nos dejaron nuestros ancestros.

 

¿Las ganas llegaron contigo?

Sí. En realidad no recuerdo ningún día que no supiera bailar, desde que tengo conciencia lo he hecho. Con mis amigas y primas colocábamos música de cualquier tipo y nos poníamos a inventar bailes. Participamos en muchos concursos en barrios aledaños y los ganábamos todos con las coreografías montadas por nosotras, cada una colocoba uno o dos pases y luego lo hacíamos de la manera más fuerte para ganar.

 

¿El baile te hace feliz?

No sé si pudiera ser feliz sin bailar.

 

¿Por qué?

Para mí el baile es sinónimo de libertad, de que puedo hacer lo que quiero porque así lo quiero y punto.

 

¿Qué te hace distinta a los demás?

Mi forma de ser, la manera en como veo las cosas. Quizá donde unas chicas ven algo feo y poco común yo veo algo hermoso que puede sobresalir en una sociedad acostumbrada a tener una sola tendencia.

 

¿Por qué?

A todo le encuentro el lado positivo. Creo que detrás de algo malo siempre hay algo bueno, sólo es la manera en cómo tú tomas la situación lo que la convierte en mala o buena.  

 

¿Y cómo crees que te ven los demás?

Creo que me ven como una líder empoderada de mis antepasados, de mis costumbres, de mi etnia afropalenquera. Por lo menos las niñas con las que yo trabajo ven en mí una mujer fuerte. Una mujer que, a pesar de los problemas, sigue luchando por sus sueños. Una chica que sigue con la meta que se propuso: cambiar vidas. Me veo como una amiga más de todos, como una persona en la que pueden confiar, como alguien que va llegando a las vidas y deja un poquito de sí misma.

 

¿Dejas un poquito de ti misma?

Sí, es decir, la persona que conoce a Luz Herrera siempre se lleva un pedacito de ella, siempre aprende algo de ella y yo también sigo aprendiendo de todas las personas que se acercan a mí con buena voluntad, con algo bueno que me haga crecer como persona.

 

Respuestas como estas me dejan mucho que pensar. Una raza que tiene que recurrir a expresiones artísticas como el baile para preservar su esencia pero, sobre todo, para romper el silencio que provoca una sociedad indiferente y olvidadiza que ya no recuerda (o no quiere recordar, más bien) de dónde viene… de dónde venimos. También me hace pensar que la felicidad puede encontrarse en cosas que podemos llegar a banalizar. Por ejemplo, ella la encuentra moviendo su cuerpo al ritmo de la música de sus ancestros y así poder sentir que es libre… porque lo es, porque lo somos, pero a veces nos tratamos como si no lo fuéramos.

 

Somos una casa periodística universitaria con mirada joven y pensamiento crítico. Funcionamos como un laboratorio de periodismo donde participan estudiantes y docentes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte. Nos enfocamos en el desarrollo de narrativas, análisis y coberturas en distintas plataformas integradas, que orientan, informan y abren participación y diálogo sobre la realidad a un nicho de audiencia especial, que es la comunidad educativa de la Universidad del Norte.

elpunto@uninorte.edu.co