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‘Maldito Darién’: la brutalidad detrás de la crisis de los migrantes 

Fotografías y nota escrita por: Emily Soto Lizarazo. 

Este 6 de julio, en el marco del segundo día del Festival Gabo 2024, se llevó a cabo la charla “Proyecto Boom presenta: ‘El maldito Darién’, el nudo de las Américas”. En el auditorio del Gimnasio Moderno de Bogotá se proyectó un corto documental que mostró las dificultades, las pérdidas y la crisis que conlleva el viaje de los inmigrantes de todo el mundo que pasan por el Tapón del Darién en busca del sueño americano. Esta proyección marcó el debut del proyecto Boom, un espacio donde convergen distintas ideas que buscan enriquecer y aportar a un periodismo crítico y polifacético. 

El evento comenzó con una introducción de la definición y expectativas de Boom, encabezado por Jon Lee Anderson, periodista de The New Yorker y cofundador del proyecto. El concepto de este nuevo punto de interconexión entre periodistas puede resumirse en “un mosaico que muestra sueños, ideas, miedos y voces”. El propósito principal de Boom es ofrecer un contenido multiformato y de gran calidad de la mano de colaboración internacional en un momento lleno de cambios en el periodismo. 

Como prueba de estas grandes esperanzas y expectativas, la proyección de ‘Maldito Darién’ mostró en 12 minutos duras imágenes de la verdadera naturaleza del viaje a través de este lugar fronterizo: pésimas condiciones higiénicas, personas con los pies heridos de tanto caminar o por accidentes en medio de la selva, niños y sus familias ahogándose tratando de cruzar ríos, muertos en medio del camino y la violencia sexual que se vive día a día tanto para hombres y mujeres. El sonido de las moscas que predominó en todo el documental se mantuvo hasta el final, donde la audiencia no se atrevía a aplaudir para agradecer el gran trabajo periodístico después de todo lo visto. 

Imagen que hace parte del corto documental ‘Maldito Darién’

La charla se desarrolló entre tres personajes principales: Juanita Goebertus, directora para las Américas de Human Rights Watch; Ginna Morelo, directora de la Maestría de Periodismo Científico de la Pontificia Universidad Javeriana; y Víctor Escobar, director operacional de Médicos Sin Fronteras LATAM. El moderador fue Jon Lee Anderson. 

Los principales temas que se conversaron fueron, en primer lugar, la falta de acción de algún gobierno en la zona y en cómo la prohibición y el cierre de las fronteras lo único que logra en una agudización de la problemática de la migración, que orilla a las personas a tomar estos caminos peligrosos y poco regulados donde son víctimas de toda clase de chantajes, robos y violencia. Según Juanita Goebertus, se espera que este año 2024 unas ochocientas mil personas crucen el Darién, sobrepasando la ya histórica cifra de medio millón en el 2023. 

Por parte de Víctor Escobar, el panorama que describe en relación con la violencia sexual es dramático. La crisis ha alcanzado niveles tan altos que las medidas que se toman para tratar a las víctimas son parecidos a cuando se auxilian a heridos en zonas de guerra. Pueden llegar al mismo tiempo en promedio unas veinte o treinta personas violentadas sexualmente entre hombres, mujeres y niños. En contraste a este trabajo de auxilio a víctimas, los médicos no son bien vistos por parte de los gobiernos, que no dudan de tildar de mentiras a sus llamados de atención ante la crisis. 

Gina Morelo, desde su mirada de periodista, agrega que para entender de verdad la problemática de la inmigración hay que caminar junto con las personas que hacen estos largos viajes, en los que ella tiene experiencia. Y muy a pesar de que esta situación se ha ido agravando con los años, esta ha perdido su lugar en la agenda pública, por lo que es necesario reintegrarla y contar estas historias para llamar la atención de quienes de verdad deben tomar las decisiones al respecto: los gobiernos. 

Finalmente, el panel concluyó con unas cuantas propuestas que podrían ayudar a mitigar un poco la crisis de la migración en el Darién. La petición de vías seguras y legales es de las acciones primordiales que ayudarían a disminuir la violencia y la precariedad a la que se enfrentan los migrantes, asimismo, la atención especializada en salud mental y a las víctimas de abuso sexual. La vigilancia a las elecciones de Venezuela también puede contribuir al agudizamiento o la mejora de la problemática. Y para los periodistas y medios es necesario contrarrestar las narrativas actuales que criminalizan en lugar de sensibilizar. Hay que buscar nuevas formas de contar las historias, y para eso es necesario una preparación especializada que sume a la búsqueda de soluciones y a la empatía por las víctimas.