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Por:Cristina Amortegui

En un mundo globalizado lleno de preguntas y respuestas, las nuevas generaciones (que cada vez leen menos y cada vez tienen más acceso a la tecnología) se ven obligadas a despejar sus dudas usando el recurso supremo del saber: El señor Google. Gracias a mi básico conocimiento de la cultura picotera y la champeta, ya que me limito a bailarla y cantarla, me veo obligada a preguntarle al señor que todo lo sabe sobre el Pick Up. Sorprendentemente la primera definición que encuentro de este ritmo musical es:

“Un pickup​ (del inglés pick-up, pickup truck),​ a veces castellanizado como picop o picap, es un tipo de camioneta empleado generalmente para el transporte de mercancías, y que tiene en su parte trasera una zona de carga descubierta (denominada caja, batea, carrocería, platón, cama o palangana), en la cual se pueden colocar objetos grandes”.

Un concepto bastante alejado de lo que yo esperaba pero debo comprender y ser paciente ya que el motor de búsqueda más utilizado en la web mundial no es caribeño. Procedo a buscar la definición de una manera más castiza. Al colocar “Pico” en Internet me aparecen cientos de noticias relacionadas con el pico y placa, las sanciones de tránsito y algo más…

“Se denomina piocha, zapapico, espiocha, picota o pico de punta y paleta a una variante del pico en la que un extremo tiene forma de azada estrecha y alargada. Es muy utilizado para cavar en terrenos duros y remover piedras.”

Esto es un pickup o un pico en el resto del mundo no caribeño

Al parecer, ni San Google ni San Wikipedia tienen un significado inmediato para la representación cultural que estoy buscando. En medio de mi frustración y luego de varios esfuerzos para descifrar las palabras y fuentes correctas, encuentro un criterio cercano a mi propósito.

“La palabra Picó es la adaptación colombiana de la palabra inglesa Pickup que significa recoger o levantar. El Picó es un dispositivo mecánico que “recoge” la energía vibracional del movimiento de la aguja sobre el acetato y la convierte en energía sonora para poner a gozar a la gente por medio de tremendo sistema de altavoces” Fuente: Pico.com.co

Igual que el Carnaval De Barranquilla, en la cultura picotera quien la vive es quien la goza, la conoce y la quiere. Creo que no existe otro ser humano en el mundo entero que a tan corta edad haya escuchado tan repetido número de veces la champeta. Creo que no existe otro niño de 11 años en el mundo entero que hable en idioma champetuo las 24 horas del día y que cuando necesite estar relajado o antes de dormir, encienda su pequeño equipo de sonido y coloque canciones como “La cama floja”, “La bolllona” y “El akien”. Por lo tanto, y teniendo en cuenta mi hipótesis de que quien lo vive es quien lo goza pero quien lo conoce es quien lo quiere, puedo decir que la más genuina y auténtica de las definiciones de champeta puede dármela SammyQuillero. Para Sammy la champeta “Es el mejor ritmo del mundo. No solamente me alegra sino que me quita el estrés, me pone tranquilo y me entusiasma.La champeta es una orquesta, una sinfonía porque tiene tambor, guacharaca e instrumentos de viento”. Simplemente decido dejar a un lado todos los otros conocimientos vagos que encontré, y quedarme con un significado que brota por los poros de la piel de Sammy, alguien que sí sabe y siente en cada vibración el poder de la champeta.

“Si en el mundo logran encontrar el mejor sentido de la champeta. También logran encontrar el mejor sentido de la felicidad” Samuel Martínez.

Dicen que nuestros padres son quienes desde muy pequeños nos inducen a inclinarnos por ciertas preferencias. Ellos nos introducen las costumbres o comportamientos que a medida que crecemos se irán desarrollando en nuestra personalidad. Efectivamente, la familia Martínez Alcázar siempre fue el principal impulso de Sammy, quien tuvo un acercamiento importante con la música gracias a su padre. “Cuando estábamos en las esperas largas en los consultorios, ya que hicimos un peregrinaje por todo el mundo intentando buscar opciones para el, aliviábamos el tedio con canciones que yo le inventaba y el me ayudaba a componer” expresa Alberto. Un día conoció que existía el CD, entusiasmado le pidió a su padre que pusiera allí las canciones que ellos componían. Claramente estas canciones en realidad no existían ni estaban grabadas. La historia de una familia común y corriente hubiera sido que siguieran cantando juntos y el sueño de tener su propio CD no se hiciera realidad. Por supuesto, esa no es la historia de Samuel. Su padre, a quien tildaban de ´loco´, consiguió un estudio de sonido y grabó un CD exclusivamente para su hijo. Al principio, sus familiares y personas allegadas no podían creer que Alberto estuviera haciendo semejante locura, cómo era posible que gastara dinero y tiempo grabando unas canciones atrás de nada. Luego de conocer el primer tema musical grabado, todos querían participar. Su madre y su hermano se unieron al proyecto rápidamente y fue así como la ´nada´se convirtió en todo para ellos. Samuel Martínez tuvo su propio CD con canciones alusivas a su familia y gustos antes de los 5 años… pero él quería más. Me cuenta su padre que “Sammy un día escucho Olímpica Estéreo y ahí se percató de una textura un poco ramplona y rupestre. Conoció una chabacanería agradable, como de barrio, y eso le llamo la atención. Entonces empezó a escuchar e imitar esa emisora”. Sus padres le compraban CDs en la calle donde aparecían cierto tipo de placas (Frases o palabras recitadas con un determinado ritmo y acento que se utilizan normalmente para animar en las emisoras y caracterizan a los picós en los sectores populares) o expresiones champetuas que Sammy, de tanto escucharlas, se aprendió. Samuel repetía constantemente estas frases y se las decía a todas las personas. Llegó un momento en el que le pedía a sus padres que le compraran discos donde solo hubiera champeta. Ya no quería oír otros ritmos, a pesar de tener una familia salsera que le mostraba bachata, tropical y hasta música clásica. El destino conspiró para que conociera el artefacto que luego se convertiría en su pasión. Alberto y Paola lo llevaron a celebrar el cumpleaños de una secretaria en el barrio Las Nieves. Esa fue la primera vez que Sammy presenció un pick-up. Automáticamente quedó enamorado de aquel aparato potente. No quería despegarse de él. Hundía botones y cambiaba de canción. Hundía más botones y salían voces y sonidos particulares. “¿Por qué en mi familia no hay un pick-up? ¿Por qué antes no me habían mostrado un pick-up?” El Sammy de 8 años hacía estas preguntas y se mostraba cada vez más atraído por la cultura picotera. Su madre trataba de explicarle que el pick-up no se podía tener en todas las casas y que había barrios donde sí se podían tener. Sammy empezó a investigar sobre los barrios populares de Barranquilla hasta volverse experto. A pesar de que vive en Salgar, su imaginación está constantemente en Las Nieves. Además, me cuenta que la gente de los barrios populares es chévere y la vacila más que la gente pupi.

Corría el 2014 cuando a mitad de año, Alberto y Paola empezaban a preocuparse por el obsequio que le darían a su hijo en navidad. Pensaron que una buena opción sería regalarle un pequeño turbo (equipo de sonido) para su distracción. Encargaron del regalo a un familiar. El 24 de diciembre, llegó a su casa ‘el pequeño turbo’. Para sorpresa de todos, y felicidad de Sammy, había entrado a su vida un pick-up con todo el equipamiento de cualquier profesional.

“Sammy tomó la decisión de quedarse con la champeta y ahora no quiere saber nada de una música que no sea champeta ”: Alberto Martínez

Desde hace 3 años, no hay un dia en el que Sammy no interactúe con la champeta. “Afortunadamente nosotros vivimos a las afueras de la ciudad, muy cerca del mar. El sonido del mar se confunde con el sonido del picó. Nadie se queja por el volumen porque los pocos vecinos que tenemos, conocen a sammy y permiten que el suene todo el dia” dice su madre.

“Yo jamás me imaginé que iba a tener un picó en mi casa”: Paola Alcázar

De un padre vallenatero y una madre merenguera, con un hermano reguetonero, una abuela bolerista y un abuelo salsero; llega un champetero a transformar su entorno y contagiar a todos del ritmo y peculiaridad champetúa.

“Él nos ha llevado la champeta a la casa y a nosotros no nos ha tocado más remedio que aprendernos todos sus ritmos y letras y acompañarlo”: Paola Alcázar

@sammyquillero.dj se convirtió en una celebridad, le gusta mucho estar en contacto con la gente y siempre conversar con ellos. Actualmente tiene 8.965 seguidores en Instagram. En su celular tiene una herramienta que le permite leer lo que cada uno de sus seguidores le dice, se entera de todos los comentarios que le hacen a través de las redes sociales. A veces no conoce a los usuarios que lo siguen pero quiere hablar con cada uno de ellos y responder todo. Me cuenta Paola que a Sammy le gusta mucho hacer videos en vivo porque puede en tiempo real comunicarse con personas que están en todas partes.

El único niño dueño de un pick-up

Un elemento muy característico de los picós son sus nombres coloquiales que generalmente hacen alusión al seudónimo del dueño. Por ejemplo, El Gran Lobo, El Skorpio, El Gran Pijuan, El Coreano, entre muchos otros. Como buen picotero, Sammy debía tener un nombre que lo identificara. Junto a su familia, pensó en posibles apodos como El Gran Sammy o El propio Sammy pero no lo convencían completamente. En su diario vivir, escuchaba las peculiares placas de Mike Char que lanzaban palabras como bordillero, carnavalero, barranquillero o cambambero. De tanto imitarlo, y de tanta costumbre decidió apodarse “El SammyQuillero”

“Yo nunca me voy a aburrir de la champeta”: Samuel Martínez

SammyQuillero es un experto conocedor de la champeta, ha pasado tantas horas completamente concentrado en oír la composición musical de las canciones, que él mismo ha identificado siete clasificaciones para catalogar las etapas de este ritmo musical

Este picotero se ha presentado en distintos escenarios con un espectáculo que deja sorprendidos y animados a todos. Antes de sus presentaciones acuerda con sus padres los temas que va a poner. Junto a su padre, ha establecido una sistema para encontrar rápidamente las canciones en su computador. “Cuando tenía 50 canciones era muy fácil, hoy ya tiene 2.500 canciones entonces dispusimos unas carpetas y ahí está la música clasificada” cuenta el papá. En los eventos, Sammy cuenta con todo un staff que lo acompaña. Su madre se encarga de llevarlo, explicarle detalles del evento, tomar fotos y videos y está siempre a su lado. Además, coordina la barra de admiradores que siempre lo apoya y a las bailarinas que tienen toda una puesta en escena para el show. Su padre se encarga de la logística, llevar el pick-up previamente, dejar todo instalado y preparado para que Sammy llegue a hacer su magia.

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