La cantidad de dinero que se invertirá en la visita del Papa Francisco a Colombia ha generado controversia. Muchas personas se preguntan por qué un país lleno de necesidades pretende gastar cifras tan altas en el encuentro con el pontífice. Cuestionan, también, al Vaticano: ¿por qué la santa sede no se hace cargo de los gastos?. En general, no entienden cuál es la necesidad de invertir tanto en logística para traer un mensaje de paz y esperanza.
Para el encuentro se tienen destinados aproximadamente 28.000 millones de pesos, lo cual, a simple vista, puede resultar absurdo y exagerado. De lo que no se tiene suficiente conocimiento, es que la visita de un papa a un país atrae una gran cantidad de turistas. Migración Colombia anunció que se esperan 8.000 extranjeros entre los días 6 y 10 de septiembre días en los que el Sumo Pontífice estará en el país.
Lo que se va a invertir, realmente, es una mínima parte de la cantidad de ingresos presupuestados a obtener. Ya es un hecho conocido de antemano que la visita tendrá un fuerte impacto en la economía del país. Artesanos, costureras, pintores, carpinteros, hoteles, personal de logística, músicos, artistas, guías, cocineros, conductores, aerolíneas, trabajadores informales, etc., son los primeros en alegrarse con la visita del papa. Solo en materia de logística se generarán alrededor de 40.000 empleos.
Otro punto que cabe resaltar es que el Santo Padre se ha caracterizado por su sencillez. De joven vivía en un pequeño cuarto, se transportaba en bus y se interesaba por ayudar a los demás. Aun con el paso de los años, esa cualidad sigue intacta. Decidió vivir en la casa de Santa Marta, en lugar de vivir en el Palacio Apostólico, no le gusta andar en carros lujosos y viaja en clase económica como cualquier otra persona.
En su visita a Colombia, en lugar de transportarse en el tradicional vehículo que utilizan los papas, el sumo pontífice pidió transportarse en un auto más sencillo. No pretende maximizar los gastos, todo lo contrario.
Colombia se encuentra inmersa en un estado de negatividad y pesimismo. No se cree en la implementación de los acuerdos del proceso de paz. Los escándalos de corrupción se han vuelto cotidianos. No se da solución al problema del narcotráfico. La economía se desacelera. Pero, a pesar de este panorama, lo cierto es que si comparamos la Colombia de hoy con la de hace 25 años, notaríamos que tanto la educación, como la cobertura en salud, han tenido avances significativos y, además, la pobreza se ha reducido de manera notable, entre otros logros.
No se puede negar que falta mucho camino por recorrer y sobran cosas por mejorar, pero con una visión optimista se hace más. Por tal razón, la visita del papa es importante, no solo por el impacto económico que le trae al país, sino porque Colombia necesita una voz de aliento, esperanza, perdón y reconciliación. El Papa busca acompañar a un país polarizado políticamente a construir sus primeros peldaños hacia la paz.