‘Sudán’, como era conocido el último espécimen macho de rinoceronte blanco del norte, falleció a la edad de 45 años. Sólo dos ejemplares hembra quedan en el mundo y la única esperanza de salvación de la especie es reproducción asistida.
Este martes el mundo despidió al último ejemplar macho de rinoceronte blanco que quedaba, dejando solas a Najin, su hija, y Fatu, su nieta, en la reserva natural keniana de Ol Pejeta, donde habitaban desde 2009. Así, Sudán, como era conocido, pasará a la historia como el último ejemplar vivo macho de la especie que tiene los días contados.
Así las cosas, la única posibilidad de reproducir esta especie viene dada por una reproducción asistida, por lo cual la reserva donde vivía Sudán lanzó una campaña en Tinder para conseguir 9 millones de dólares para desarrollar técnicas de fertilización que pudieran salvar la especie.
“Sudán será recordado por su inusual y memorable vida. En los 70 escapó de la extinción de su especie en la vida salvaje cuando fue trasladado al zoológico Dvůr Králové. A través de su existencia, él, significativamente, contribuyó a la supervivencia de su especie cuando engendró a dos hembras”, escribió el Ol Pejeta en Twitter.
“Adicionalmente, su material genético fue extraído ayer y eso provee una esperanza para futuros intentos en la reproducción de rinocerontes blancos del norte a través de avanzadas tecnologías celulares”, concluyó Ol Pejeta en Twitter.
Additionally, his genetic material was collected yesterday and provides a hope for future attempts at reproduction of northern white rhinos through advanced cellular technologies.
— Ol Pejeta (@OlPejeta) March 20, 2018
La especie de Sudán era particularmente apetecida por cazadores furtivos debido a sus cuernos, cuyos precios llegan a sobrepasar los del oro en mercados asiáticos.
