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Por: Javier Franco Altamar

  • Mientras la filosofía y la ciencia se han ocupado de la muerte para analizarla y reflexionarla, en el Carnaval de  Barranquilla hemos preferido narrarla ubicándola en nuestros tiempos y espacios concretos . De esta manera, sacamos a la muerte de su condición de universal -es decir, de su  territorio inefable-, y la manejamos como algo tangible y presente.
  • Eso nos ha permitido interactuar con ella de una manera distinta de lo tradicional, casi como si fuera esa vecina indeseable de  nuestra cuadra a la que toca invitar a la fiesta. En razón de ello, tenemos ahora a una muerte que se expresa de tres maneras en el Carnaval:
  • La primera es a través del personaje antropomorfo de la danza tipo Garabato. Es una entidad simplificada en un espectro de huesos a la cual se derrota una y otra vez durante la puesta en escena.
  • La segunda es mediante el Descabezado, víctima de una muerte violenta, testimonio de un castigo desde una moral inversa. Es prueba, además, de que el Infierno se puede experimentar en nuestro propio mundo, y más concretamente en Colombia.
  • Y la tercera es Joselito Carnaval, que representa “el morir”, es decir, la articulación concreta de la muerte. Joselito es la expresión histórica, cultural y geográfica, tanto individual como colectiva, de la fiesta. Es un muerto sin tumba porque no la necesita. Es el cierre y la transición.
  • Habrá otras expresiones, todas transgresoras de lo canónico, inversoras de lo normal como ocurre en todo Carnaval; pero estas son las tres principales. Con ellas del brazo, vamos a realizar, a continuación, un apasionante recorrido carnavalero: 

La antropomorfa: desde el Grim Reaper del Medioevo hasta la Danza del Garabato

El Descabezado: la víctima, el testimonio de que es posible atravesar aquí las puertas de infierno.

Joselito Carnaval: el morir, el cambio de estado, el cierre del ciclo por una vía diferente.

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Comunicador social-periodista (1986), Magíster en Comunicación (2010), con 34 años de experiencia periodística, 24 de ellos como redactor de planta del diario El Tiempo (y ADN), en Barranquilla (Colombia). Docente de Periodismo en el programa de Comunicación Social (Universidad del Norte) desde 2002.

jfranco@uninorte.edu.co