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Por: Maria Jose De La Rosa Buelvas

En Galapa, Atlántico, luego de pasar por una larga carretera rodeada de verdes y húmedos pastizales en los que a lo lejos se ven un par de vacas, se asoma un ranchito con aspecto humilde, pero carácter luchador. Allí, con la molestia de algunos mosquitos, pero la deliciosa compañía de una brisa con olor a lluvia vive Margarita Ortega con su esposo. La suavidad de sus expresiones y su voz delicada la hacen parecer de actitud sutil, pero a leguas a sus 52 años su experiencia convirtiendo el bejuco en obras de exportación rinden cuenta de la firmeza de sus manos.

Margarita puede hacer hasta 200 canasticas para la venta, todas encargadas que van directo a Barranquilla y así, con la técnica que le enseñó su papá hace casi 42 años, sostiene económicamente su hogar. Desde canasticas hasta cunas y floreros fabrica esta mujer con la destreza y agilidad de sus manos expertas, que como dice, “es el legado que le enseñó su abuelo cuando era una niñita de 12 años”.

Aunque está claro que el sector artesanal carece de promoción nacional, Margarita siente que así como está el negocio, se le han dado bien las cosas. Sin embargo, si las ventas llegaran a más ciudades, a más sectores y el reconocimiento por su trabajo fuera mejor remunerado, la calidad y condiciones de vida de Margarita y su esposo mejorarían sustancialmente, en esencia porque de esta labor que “necesita bastante disposición y tiempo le llega buena parte del dinero para la casa”.

Tal vez Margarita no sabe que el aporte que el aporte de ella y muchas mujeres más representa el 15% del empleo de la industria manufacturera de Colombia, por tanto, en otras condiciones, sus hermosos canastos serían materia de identidad y respaldo del gobierno y la economía nacional. En el país, el sector de artesanías vincula a más de 350.000 personas que se dedican a oficios artesanales, en el que el 68% de los productores son mujeres y del total, un 58℅ se representa en la tejeduría y cestería.

Viannys Herrera, economista de la Universidad del Norte, reafirma que la sinergia entre los sectores de Turismo y Artesanías es un factor importante de desarrollo que impulsa las economías locales, promueve la equidad, genera empleo, y además contribuye a difundir la historia, valores patrimoniales, conocimiento y cultura del país ante los mismos colombianos y el mundo. Aún así, metafóricamente falta mucha madera por recoger para que la industria artesanal llegue al lugar que merece en la pirámide económica.

En retorno de la carretera Galapa-Barranquilla, nada cerca del mundo de los economistas o cifras estadísticas, Ledys Cabrera que fabrica artesanías artesanias con Papel Maché, cuenta orgullosa que dedicada a este oficio logró darle el estudio a sus hijos y sacarlos adelante, y contando con el honor o la suerte de haber exportado sus mágicos floreros a diversos países, confiesa que le gustaría que en Colombia “hubiera mayor promoción a este verdadero trabajo”. Muchos de sus productos significan un precio mayor al ser comercializados en el exterior, pero “muy pocas veces las ganancias totales son para las fabricantes”, ya que a veces es para intermediarios.

La importancia que Galapa le ha otorgado al intercambio de conocimiento artesanal, hoy le permite consolidarse como un municipio líder en el sector cultural a nivel nacional e internacional. Sin embargo, son sus mujeres las que dan vida a este arte, ya que sin su pasión por dejar en alto el nombre que llevan como artesanas, no se reconocería a este municipio como un centro cultural insignia del caribe.

Las mujeres artesanas de Colombia son un ejemplo de perseverancia en medio de las dificultades económicas. Su talante es evidencia de una lucha para salir adelante y aunque no cuenten con el patrocinio que se merecen, o deban como Margarita o Ledys, costear sus insumos yendo a recoger el bejuco en el monte y pasearse tocando puertas para poder dar a conocer su arte al mundo, este tipo de emprendimiento evidencia la realidad de cómo se mueve la economía en el país en contraste con la incalculable pasión por tan admirable oficio.

 

 

 

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