Joselito se murió y los candidatos no llegaron ni a su fiesta ni a su velorio
Por: Natalia Osorio y Delfina Chacón
No hay tiempo que perder en esta carrera por el máximo poder. Por eso, dirán muchos, es lógico no haberlos visto carnavalear. Sin embargo, algunos lograron mostrar su interés semanas antes a las fiestas carnestolendas con su visita y asistencia a algunas de las actividades previas que, como se sabe, para los barranquilleros empieza con los pitos que reciben al año nuevo.
Gustavo Petro: el populista que lo intenta
Pidiendo platica por las calles de Barranquilla como los negritos de la bemba ‘colorá’. Así se la pasó Petro en su visita, el pasado 26 de enero, donde el proselitismo y el cuestionamiento a las clases sociales más altas de la ciudad fue característico.
Durante el foro realizado por el colectivo “Juntos Llegamos”, el candidato por el Movimiento Progresista expuso sus propuestas para la Costa Caribe en medio de gritos de apoyo y un público vestido de Carnaval que esperaba con expectativa, al ritmo del grupo de tambores “Swing Soledeño”, su discurso político.
Como Reina del Carnaval fue recibido. Todo parecía la noche de la Guacherna, en la que con aplausos y gritos de júbilo los asistentes animaban a su elegido. Con coros como “¡Petro presidente!” y “¡Ése es!”, el independentista se hizo camino como pudo en medio de la multitud para empezar con su lectura del bando -¡perdón!- sus propuestas políticas.
La cara de la más reciente portada de la famosa revista ‘Rolling Stone’, describió la capital del Atlántico como un “pueblo de vientos, pueblo de agua, pueblo de mar, pueblo de tierras fértiles y cultura”, pero también, un pueblo lleno de narcotráfico y grandes familias mafiosas “cuyos apellidos ustedes conocen”. El salón Magdalena estalló en gritos al mencionar a los Nule, los Botero o los Char; a quienes acusa de estar comprando votos para mantener el mismo latifundio improductivo y la concentración de la riqueza en el Atlántico.
“La paz consiste en derrotar eso, y nuestra presencia aquí no tiene otro sentido que una ruptura política que garantice colocar al Caribe en las sendas de la modernidad, de la democracia multicolor, de la explosión de su propia potencialidad cultural, productiva, en las sendas de la paz”.
Gustavo Petro no tiene nada que envidiarle a la realeza carnavalera. El candidato del partido independentista, finalizado el foro en El Prado, permitió que también los de sur lo vieran. Desde el Paseo Bolívar hasta la Plaza de San Nicolás, como un desfile en la vía 40, se dedicó a repartir saludos y abrazos, como buen populista que es, en cada esquina de la carretera.
Rematando con broche de oro, y para que no digan que no estuvo en los Carnavales de Barranquilla, Petro asistió esa misma noche al Parque Cultural del Caribe donde se realizó el Carnaval de las Artes. Con la presencia de Wilfrido Vargas, y como libreteado, su nombre fue mencionado varias veces entre bromas y halagos, dando la sensación del apoyo incondicional hacia él por parte de uno de los máximos representantes del merengue internacionalmente.
Sergio Fajardo: el que la sigue embarrando
Sergio Fajardo también estuvo presente durante los pre-carnavales de La Arenosa. Con sus rizos como los de las Negritas Puloy, llegó el 25 de enero a su sede de campaña en la Cra 50 con 67 lleno de alegría y afecto hacia los asistentes de la rueda de prensa. Sin embargo, esa buena actitud duró menos que los 4 días festivos del Carnaval.
No se sintió como reina en el bando. A pesar del interés y la efusividad de la mayoría de quienes estaban en el lugar, y los constantes halagos por parte de su compañera de coalición, Claudia López, Fajardo se notó muy distraído. Como todo un Millenial, con la cabeza enterrada en el celular, participó solo cuando fue necesario. ¿Será que estaba buscando sus propuestas políticas en Google?
Finalmente se integró y empezó su función. Habló de temas locales y nacionales relacionados con las condenas a violadores, el proceso de paz y las alianzas políticas, entre otros. Respondió algunas preguntas hechas por asistentes y periodistas intentando disfrazar su cara de agotamiento, como quien dice: “soy centurión de la noche, mírame aquí sin dormir”. Además, destacó su gusto por el clima de la ciudad y la alegría que caracteriza a sus habitantes. No obstante, esto no fue lo que más quedó en el recuerdo.
Definitivamente Fajardo como botánico es un buen matemático. Días antes, el candidato por la Coalición Colombia había fracasado en el intento de responder cuál era el páramo más grande del mundo. En esta oportunidad, trató de halagar a los barranquilleros destacando las “hermosas cayenas rosadas” que decoran las esquinas de la ciudad; sin embargo se tuvo que retractar un tiempo después cuando fue corregido por los usuarios de Twitter que le informaban que en realidad, la planta a la que hacía referencia en la foto, era un roble rosado. Sergio, a quién quieres engañar, recuerda que como dice el Checo Acosta: “yo soy muy barranquillero y no puedo permitir que aquí venga un forastero a echarme vainas a mi”.
Al finalizar la rueda de prensa, expresó las razones por las que no asistió a los días oficiales del Carnaval de Barranquilla. Su argumento, más rebuscado que entrada a palco, se basó en la vergüenza que le da aprovecharse de este tipo de festividades para promocionar su candidatura; pero que participaría en una comparsa como la de Las Marimondas de Barrio Abajo cuando no esté en ningún tipo de campaña política. ¿A Claudia López le dará pena que a su compañero le regalen una marimonda?
Lo que sí logró Fajardo fue animar a dos cincuentonas barranquilleras que le ofrecieron baile y voto por su pinta. Poseídas por el espíritu carnavalero y las champetas del momento, afirmaron, que, además del voto, si lo tuvieran de frente le bailarían “La Batea” al bollazo de Fajardo.
Iván Duque: el polluelo de corazón pequeño
Al parecer no encontró la dirección. Iván Duque no hizo acto de presencia en épocas carnavaleras ni se interesó por comentar al respecto. El representante del Centro Democrático vino por última vez a la capital del Atlántico el 13 de enero y ni si le hubieran puesto un Torito en la cabeza se hubiera dejado contagiar por la alegría caribeña.
El nuevo pollo de Uribe no quiere nada con la Costa. La cara joven de la “Mano Firme, Corazón Grande” no tiene suficiente espacio en su corazón para los barranquilleros, porque ni sede oficial del partido tiene en la ciudad. ¿Será que desde ya aceptó su derrota en el Atlántico?
El contacto de prensa de Duque, Jorge Quintero, aseguró que el aspirante a la presidencia vendrá el primero de marzo para reafirmar su compromiso con la Arenosa. Que no se queje cuando los votos le demuestren que “ya pa’ qué”, que ya es muy tarde para convencer. Se le avisó y advirtió como circo de pueblo. Ivan, después no digas que no te avisamos.
Germán Vargas Lleras: el querido de Char
Vargas Lleras no se manifestó tampoco por los días del Carnaval. Su máxima aproximación a alguna temática relacionada con Barranquilla fueron los trinos publicados por la tragedia que se vivió en San José el pasado 27 de enero, que tampoco fueron recibidos de la mejor manera por su morbo al momento de publicar las fotos.
Por querer tirarselas de Rey Momo, va a terminar de escobita: recogiendo los votos del sobrado. Se ha fiado tanto en los seguidores asegurados de los Char-fanáticos que no se ha esforzado por hacer campaña en el Atlántico; tanto así, que ni siquiera los simpatizantes de Cambio Radical, su partido político escondido, le han hecho con furor campaña política. ¿No lo creerá necesario?. Recuerda que para ganar más votos tienes que hacerlo #MejorVargasLleras.
Que no se confíe. Con trinos y ofensas no se ganan unas elecciones y menos en la Costa donde el afecto y calor humano son importantes para los ciudadanos. De nada le sirve predicar si no va aplicar. Germán, por favor, 100tete más barranquillero.
Humberto de la Calle: el veterano sin experiencia
Estuvo pero no estuvo. Junto con Gustavo Petro, Carlos Caicedo y Clara López, participó en el Gran Foro: Retos del Nuevo Presidente de Colombia, que se realizó el pasado 26 de enero. Su discurso político, centrado en la inequidad en el país, la descentralización, la paz y la recuperación de la Colombia olvidada; casi ni tocó temas directamente relacionados con la región Caribe.
Su desinterés se sintió. Tanto así que, como bailarín quedado en comparsa, salió corriendo a la mitad del foro por un compromiso previo con El Heraldo. En la sede del periódico más importante de la Costa, se vio obligado a hablar sobre la capital del Atlántico, a la cual intentó halagar pero no le funcionó. A la pregunta: ¿qué papel va a jugar la región y la ciudad en su estrategia de Gobierno? respondió que el “Atlántico, y particularmente Barranquilla, tiene algunas cifras en las que está incluso superior a la media nacional, pero eso hay que saberlo leer, eso no quiere decir que aquí estén bien”.
Por otra parte, De La Calle la tiene Clara. Así es, después de negar en presencia de la entonces candidata a la presidencia Clara López los rumores de una posible fórmula vicepresidencial, el candidato por el Partido Liberal confirmó cuatro días más tarde que López sería su pareja… para las elecciones. Lástima que no pudieron participar en estos Carnavales como los capitanes de la Comparsa Los Rumberos 3ª Edad, fijo hubiesen ganado unos cuantos votos más de los colombianos, como ellos, de venerable edad.
Carlos Caicedo: el primíparo con influencia
Un aparecido con más apoyo del que se esperaba. Carlos Caicedo, acompañado de un gran grupo de jóvenes con pancartas, camisetas y banderas, ingresó al foro realizado en El Prado como todo un soberano después de la aparición de Gustavo Petro. El candidato del Movimiento Progresista, en cuestión de segundos, pasó de estar en una carroza a andar a pie.
Dicen por ahí que tiene plata para derrochar. Entre los seguidores de Petro, presentes en el coloquio, se rumoreaba sobre el dinero y poder que tiene Caicedo para mover toda una maquinaría política. ¿Será que es suficiente para ganar la consulta?, que recuerde el consejo de Sergio Vargas: “el dinero compra todo pero nunca el sentimiento”.
Timochenko y Juan Carlos Pinzón: los fantasmas de estas elecciones presidenciales que ni vinieron ni se hicieron notar
Les han dado sopa y seco. Por un lado, Rodrigo Londoño pelea como la muerte en el garabato por sobrevivir en estas elecciones presidenciales. Entre huevos, botellas y piedras se ha vivido el inicio de su campaña política, por lo que ha decidido suspender temporalmente su recorrido por el país. Se podría suponer que no vino a los Carnavales por temor a lo que le pudieran lanzar; pero no te preocupes Timo, aquí solo se tira agua, trago, espuma y maizena; no cilindros bombas.
Por otro lado, está el bebé que nació peinadito. Pinzón, ex Ministro de Defensa de Santos, con poca maquinaria política y muy poca experiencia, se ha conformado con tocar puertas y repartir panfletos; pero se está demorando, porque a Barranquilla no ha llegado.
Tan desubicado estaba que en Twitter tuvieron que recordarle que la gente está modo Carnaval y como buen colombiano la supo embarajar. Ya anunció su venida a la capital del Atlántico la próxima semana, quizá a velar a Joselito en sus nueve noches e intentar hacerse notar con su peinado inmaculado.
Y con este muchacho solitario y bien peinado finalizó el Carnaval presidencial. No hay nada más que explicar, cada aspirante dio de qué hablar. Eso sí, ni lo vivieron, ni lo gozaron, pero todos a las urnas le apostaron.