Fotos: Maria Fernada Matera – Texto: Emil Osorio Llanos
Horas después de haber sido recibido por una multitud fervorosa en el Aeropuerto Internacional Rafael Núñez, el papa Francisco impartió una homilía dedicada a los valores cristianos necesarios en lo que él llamó “un proyecto cultural”.
En Contecar, puerto de Cartagena, ante miles de personas, el máximo jerarca de la Iglesia Católica impartió la última eucaristía entre las que ocuparon durante sus cinco días de visita por suelo colombiano.
Alrededor de las 4:23 pm, se dio inicio a la ceremonia, la cual contó con cantos y baile, justo después de que el Santo Padre aterrizara en helicóptero, y emprendiera un recorrido a lo largo de Contecar en el papamóvil.
Eran las 4:42 pm cuando Francisco se dispuso a iniciar su homilía, ofreciendo numerosas reflexiones alrededor del papel de la memoria, el perdón y la construcción de un nuevo proyecto social, llegando a hacer explícito su apoyo al proceso de paz, en medio de una multitud atenta, que desde la mañana había esperado su arriba a la ciudad denominada por el mismo Francisco, en su misa campal, como “sede de los derechos humanos”.
La colaboración
El primer papa en visitar el país, treinta años después del paso de Juan Pablo II por algunas ciudades colombianas -incluyendo Cartagena- comentó sobre su experiencia escuchando los testimonios de quienes han sufrido los embates y horrores de la guerra: “heridas terribles que pude contemplar en su propio cuerpo, irreparables, que todavía se siguen llorando”, a lo cual Francisco agregó: “Sin embargo, han salido. Han dado el primer paso en un camino distinto a lo ya recorrido”.
El Sumo Pontífice recordó el hecho de que Colombia lleva varias décadas buscando la paz, y complementó dicha idea con lo siguiente: “Como ha dicho Jesús, no ha sido suficiente con que dos partes se sentaran y dialogaran. Ha sido necesario que se incorporaran muchos más sectores a este diálogo reparador de los pecados”, haciendo, también, esta invitación: “si no te escuchas hermano, busca una o dos personas más”.
Un pacto cultural
En la medida en que se desarrollaba la misa campal, la atención en las palabras de Francisco por parte de su numeroso auditorio no declinaba, y el papa consolidaba sus posiciones firmes sobre el diálogo, la reconciliación y la búsqueda de paz, asegurando que “ningún proceso colectivo nos exime del desafío de encontrar, de perdonar, de clarificar” momentos después de haber mencionado que la oportunidad ante la cual se encuentra el país es la de establecer “un acuerdo para vivir juntos: un pacto social y cultural”.
Admirando, de nuevo, el paso dado por Colombia para finalizar varias décadas de conflicto interno, Francisco también quiso hablar sobre la posibilidad de un acuerdo reparador: “Jesús señala que este camino de reinserción en la comunidad, empieza con un diálogo de a dos”.
Minutos después, el jerarca recordó como esa reparación del daño sufrido podría evitar la repetición de los crímenes, pero solo si, como sociedad, existe disposición a escarbar en las “heridas hondas de la historia”, una frase que el papa acompañó con la insistencia en la reparación de las víctimas, a partir de instancias de justicia y el pleno conocimiento de la verdad.
En las puertas de las exigencias cristianas
Estas tareas, invitaciones y reflexiones fueran ubicadas en las “puertas de las exigencias cristianas” por el papa, quien tras haber alabado a San Pedro Claver por su devota asistencia y ayuda a los esclavos, mencionó también las virtudes de la religiosa Santa María Bernarda Bütler, quien también llevaría su labor de evangelización y cuidado de pobres y enfermos en la ciudad Heroica.
Así, Francisco exhortó a “responder a la cultura de la muerte y la violencia con la de la vida y del encuentro”, insistiendo en que no se debe “jugar con la vida de nuestro hermano, ni manipular su dignidad”, continuando con una fuerte condena al narcotráfico, acusando a esta actividad de “sembrar muerte por doquier, cortando esperanzas y destruyendo familias”.
El papa también advirtió sobre los horrores de la devastación de recursos naturales, la contaminación, la explotación laboral, y la especulación financiera, a la cual atribuyó “rasgos demoledores para sistemas económicos y sociales”.
Antes de continuar con la ceremonia religiosa, Francisco hizo alusión al mensaje bajo el cual se ha desarrollado su visita a las cuatro ciudades colombianas, invitando a dar el primer paso: “en definitiva, la exigencia es construir la paz”.
La última hora
En estos momentos, el Santo Padre se dirige a su último destino en la ciudad, que será el aeropuerto Rafael Núñez, desde donde partirá directamente a Roma, habiendo dedicado cinco días a impartir su mensaje de paz y reconciliación.