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Por: Sara Order Luna

Ansío que las mujeres seamos libres. Y lo digo gritando, hablo alto y contundente. Pero me tiembla la voz, porque el corazón me duele, mi pecho sufre, mis ojos se convierten en lagos, mis lágrimas en ríos.

El ocho de marzo es el día de la Mujer Trabajadora, reivindicar que las mujeres tienen el derecho de trabajar fuera de casa, de trabajar en todos los trabajos que deseen, con un salario igualitario. Denunciar que hay sociedades donde las mujeres tienen prohibido (por ley o socialmente) realizar dichos trabajos. Y reconocer que el trabajo que hacen las mujeres relacionadas con el hogar y los cuidados son un trabajo, no tareas.

Pero se ha vuelto urgentemente necesario denunciar en este día, todas las violencias que sufrimos las mujeres todos los días por el hecho de ser mujeres. Porque las horas de la marcha son un espacio de reivindicación de nuestros derechos. Con la adrenalina y las emociones a flor de piel de ver a mujeres empoderadas y concienciadas, acaba la marcha… la realidad me, y nos, golpea de nuevo. El trabajador de la gasolinera me piropea y me dice “te amo”, los hombres en la calle me miran lascivamente, el taxista me pregunta si tengo novio o marido (¿y si tengo novia o esposa, o quiero estar soltera?), cómo es que no tengo hijos, cómo es que viajo sola, me dice que me invita a cenar ahora…

Mañana volveré a ser acosada sexualmente en la calle, en el bus, en el taxi… mañana me harán las mismas preguntas… mañana personalmente, a un metro de mi cara, mujeres y niñas me relataran como sufrieron y sufren violencias por ser mujeres. Porque en este tiempo, muchas niñas y mujeres han decidido contarme sus historias, y duele, duele mucho. Y soy una privilegiada por no haber sufrido ni estar sufriendo determinadas violencias que otras si sufren. No soporto ver cortada la libertad de las mujeres. No son estadísticas, no estan en libros, son mujeres, son mis amigas, están a mi lado. Es un dolor desgarrador. La marcha sirve para denunciar injusticias machistas, pero la lucha es cada día. Como dice Kaseo O

“Esto no para porque nadie lo para
Y si nadie lo para esto no para
Esto no para porque nadie se para
Y si nadie se para esto no para
Esto no para porque nadie lo para
Y si nadie lo para nadie dice nada”

Hay que denunciar el machismo todos los días, hay que hacer pedagogía feminista todos los días… hay que PARAR el PATRIARCADO, porque el machismo, el sexismo, el feminicidio, la violencia sexual, la misoginia… ESTO NO PARA.

 

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