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Por: Alejandro Ariza Acosta

Sutilmente nublado y con lluvias dispersas está el día en Barranquilla, el escenario ideal para un café o un vino tinto en la pintoresca sala del maestro donde hemos decidido organizar una reunión íntima.  Minutos antes de que comencemos me siento a observar las enormes obras que posan en las paredes de la estancia, que llenan casi por completo todos los espacios en blanco.  Lo veo llegar, tiene una camiseta amarilla con manchas coloridas y olor a óleo fresco. Puedo deducir que antes de mi llegada  había estado trabajando.

Desde los dos años, cuando vivía en un finca en Girón – Santander-  sabía que había nacido con el don de la observación y desde entonces siente gran fascinación por la naturaleza que lo rodea.  El hecho de haber crecido en una finca es, para él, una disposición del universo que, en cierta manera, generó en su vida fascinación por el arte. “ Es como si hubiera un hilo conductor selectivo de cosas que fueron programando una cadena de acontecimientos que después iban a generar las artes plásticas”, dice, con esa voz que,  incluso cuando habla, tiene un aire musical y poético.

“Tengo una imagen, yo debía tener unos 4 años. A mí me regalaban caballos y carritos de navidad, pero no jugaba con ellos. Yo encontraba arcilla y hacía el caballo y la silla en barro.” Recuerda el pintor con gran fascinación a las que reconoce como sus primeras obras. Con una pierna apoyada sobre su rodilla y la espalda cómodamente en el sillón continúa las remembranzas sobre su acercamiento al mundo del arte. A pesar de que le es imposible definir un momento de inicio, menciona que cuando de pasiones se trata nunca tuvo una segunda opción que no fuera la pintura. Luego de darle un sorbo a su café agrega que incluso en algún momento de su vida llegó a incursionar en la música. “Simplemente no pude porque no era mi pasión entonces todo me parecía aburrido, harto, la rutina. Pero en la pintura yo puedo pasar meses sin dejar de pintar un solo día, y eso para mí es la vida, es pasión.” A pesar de esto actualmente la música clásica es para él un sentir y dice trasladar ese sentir al lienzo.

El pintor cuya obra tiene un estilo muy orgánico y que sus amigos definen como un “voyerista cuántico” cuenta cómo el universo a través de sus manifestaciones más sencillas como una flor, un libro, una fruta o una pieza musical lo atraen y lo atrapan en un juego que define como erótico y sensual.  Esa provocación es la fuente de inspiración y sello de su obra. “Yo lo que busco con mi obra es provocar y esa provocación la descubro a través de la provocación que encuentro en una piel, en una mujer, en los cambios sutiles de color, forma o textura y lo trato de plasmar en las t

elas buscando quizá un juego sinestésico que a veces se da y que estoy en pro de encontrar, es mi propósito.”

Las creaciones de Serrano presentan versatilidad y dinamismo no solo en su trazo sino también en el formato. Pequeños ojos azul celeste nos miran, desde una mesa ubicada en el centro de la estancia, curiosos de la conversación que estamos teniendo. Aquellos zafiros circulares pertenecen a unos rostros donde el tiempo ha hecho presencia.  

¿Quién es el hombre que tanto plasma en sus obras de formato miniatura?

De la serie Contadores De Cuentos. “Lo que pinto es al sabio, al conocimiento supremo.”-Serrano

Ese soy yo dentro de 300 años. Es el contador de cuentos, la sabiduría. Cuando me preguntan: “¿Oye Jorge y esos viejos que tú pintas?” Pues yo lo acepto pero realmente lo que pinto es al sabio, al conocimiento supremo y tu le puedes 

poner el título que quieras ya que imaginas lo que quieres. Es tu abuelo, es da Vinci, es un profeta. Para mí simplemente es quien me cuenta todas las historias, es decir, ese ser que está dentro de mí que de alguna manera está proyectado en 300 años, realmente pueden ser 299 para no ser exagerado, a veces soy exagerado.

En 2012 realizó la primera edición de su libro Dualidades y un año más adelante su obra fue publicada en el libro El Espíritu Erótico XXI de Fernando Guinard.

¿Con qué objetivo un pintor hace un libro?

Realmente el libro fue algo que me encontré. Yo hice una exposición en Bucaramanga hace varios años en un sitio espectacular, algo realmente diferente en el país que se llama Casa del Libro Total, un proyecto muy grande y ambicioso culturalmente. El proyecto cuenta con una editorial y propuse la creación de un catálogo propio a lo cual ellos me dicen: “No se preocupe maestro”. A los ocho días me citaron y tenían el libro. Me dijeron: “Esto es un libro que nosotros te entregamos como homenaje”. O sea que yo fui por un catálogo y me hacen ese homenaje tremendamente grande. Grande porque es un libro de un formato tremendo, ellos son muy innovadores.

Libro El Espíritu Erótico XXI. La obra del maestro aparece en esta edición.

Es un proyecto que se está replicando en varias partes del país. Pero ¿Cuál es el gran valor del libro? Es mucho más fácil que le llegue a mucha gente. Ahora con las redes sociales a mi me gusta estar enterando al público de lo que estoy haciendo. La gente quiere saber en que está uno ¿Que nuevo estoy haciendo? ¿Pintando?. Y ahora con la exposición que se viene pues estamos aprovechando.

La exposición que se realizará el próximo mes de septiembre en el Museo de Arte Moderno de su natal Bucaramanga genera en el pintor  gran entusiasmo porque representa la mezcla de, como él mismo ha denominado, “El Serrano santandereano y el Serrano caribe”. La obra se titula cosmogonía y por supuesto llevarla hasta Bucaramanga es un evento muy exigente ya que transportar veinte cuadros (la mayoría de gran formato) es un trabajo complejo y que genera ansiedad. “Una cosa es lo que yo pienso y otra cosa es lo que el público va a recibir.” Afirma el pintor con expectativa  sobre el acogimiento  que espera del público con su nueva propuesta.

Dentro del mosaico de colores y texturas que nos rodean, hay uno que se encuentra en un lugar privilegiado.

 

¿Cual ha sido la obra de su autoría que más le ha marcado?

Hay una que le hice a mi papá que fue El Duelo, donde  me encuentro de nuevo con él. Yo no le daba mucha importancia en mi obra y resulta que cuando empiezo a buscarlo y encontrarlo me doy cuenta que él es definitivo en todo lo que está pasando conmigo. Sin que él lo dijera, yo lo supiera, sin que nada lo advirtiera él es la persona definitiva en toda mi obra. Cuando me di cuenta y empiezo a hacerle el duelo dije: Hijue’madre mi papá lo era todo.

El cuadro de 100x80cm con fuertes pinceladas color escarlata es foco de atención para cualquier persona que entre a la estancia. Por el brillo su mirada puedo saber que no hay tristezas, todo lo contrario, hay belleza y fuertes vibraciones. El Duelo se convierte para Serrano el encuentro con su padre.

El camino a ser artista no es fácil, más aún cuando de asumir retos y superar dificultades se trata. A Jorge Enrique se le puede describir como a un hombre con gran amor su familia, quien entendió que rodearse de amor es la mejor inspiración y motor para el crecimiento mental y espiritual. “Ellos han crecido en medio de las limitaciones que implica ser hijo de un artista. Sobre todo uno que está dedicado a investigar” Dice con orgullo y dejando claro que esas limitaciones no han sido nunca un impedimento. “Yo pude prostituirme muchísimas veces, venderle obras al narcotráfico, pude convertirme en un pintor de obras baratas y hacer veinte o treinta para un cliente, pero eso era suicidarme y posiblemente lo hubiera hecho literalmente. Lo mío es ser el arte, yo no soy pintor, yo soy artista.” Agrega expresando, con el mismo tono lleno de orgullo, algunas dificultades por las que pasó él y es la realidad de algunos artistas colombianos.  

Ser artista, además de todas estas implicaciones, conlleva ciertas características que le deben  ser propias a la persona que ejerce esta profesión. Este referente de lo que representa “ser artista” lo adquiere Serrano del maestro Mario Hernández Prada. “Él terminó de moldear esa propuesta de cerebro de un artista,  era un investigador tenaz y eso se queda en mi, por eso siempre digo que mi gran maestro es él.” Cuenta mientras es fácil imaginarlo fumando y tomando café con su maestro a la salida de su estudio.

Dedicarse al arte implica ser investigador, osado, persistente, abarcar gran cantidad de cosas, nunca caer, estar dispuesto a aguantar y tener una mente muy definida. Propiedades con  las que el maestro cuenta, pero que sin embargo no son el todo de lo que comprende ser un verdadero artista.

El maestro Serrano en su estudio trabajando en su obra

¿Que se necesita para ser un verdadero artista?

Poesía y  para lograr la poesía se necesita lograr la atmósfera, para lograr atmósfera se necesita entender los armónicos del universo. Eso que suena un poco complejo lo puede lograr un artista con poca información pero con mucha inspiración, con un toque de magia tremendo. Eso uno no lo proyecta, no lo programa, solo se da. Y si no se da simplemente puede ser que logre una bonita pintura o un bonito verso pero poesía es otra cosa, el arte es un nivel de vibración superior. La pintura puede estar aquí, buena o mala, pero el arte va más allá.

Serrano sin duda ha ido más allá en cuanto a fronteras se trata. Ha realizado exposiciones en muchas ciudades de Colombia y países de América. Causa sorpresa preguntarle por su exposición de ensueño y que con gran convicción responda:  “¿Quien no va a querer tener su obra en el museo de arte moderno de Nueva York? Pero lo quiero es mañana ser mejor que  hoy, es decir, si algún día va a pasar que pase, pero no es mi objetivo. Mi finalidad es que lo que hice hoy sea mejor que lo que hice ayer.” Dando muestra de humildad y sencillez.

Al terminar formalmente la entrevista nos invita a su patio por la copa de vino  que tanto provocaba el clima, esta vez en compañía de un par de sus amigos. Al verlo comentar sobre que tal se ha sentido durante la entrevista mientras pone algo de salsa cubana y poco a poco entran en una discusión sobre física, humanidades y filosofía de la cual hago parte, reafirmo lo real y auténtico de este pintor un tanto acosteñado que logra a cabalidad el objetivo de su obra que, debo confesar, provoca.  

 

 

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