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Por: Estudiantes de Periodismo II

El Producto Interno Bruto del país tendría crecimiento negativo. En riesgo 9 millones de empleos. Centrales Obreras piden usar reserva internacionales

A pesar de la reactivación que empezó a experimentar esta semana, como consecuencia de la reapertura parcial y escalonada de la industria y el comercio, la economía colombiana tendrá este año la peor de sus crisis.

Las previsiones de los gremios, centrales obreras y centros de investigación indican que el Producto Interno Bruto del país, que este año debería crecer 3.6%, perdería definitivamente el rumbo y se ubicaría, inclusive, en una tendencia negativa. 

Según señalaron, las medidas de apoyo que ha venido determinando el gobierno nacional en el marco de la pandemia provocada por el Coronavirus, traerán un poco de alivio pero no podrán evitar la caída.

El oscuro panorama cubre a casi todos los sectores y empresas, si bien algunas le han sacado provecho a la cuarentena.

Cuándo empezó todo 

El COVID-19 (conocido científicamente como coronavirus disease 2019) llegó a Colombia el 6 de marzo, según las cuentas Ministerio de Salud. La portadora fue una joven proveniente de Italia.

El 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud elevó el virus a pandemia global y la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, ordenó aplazar eventos públicos o privados donde se concentraran más de 1.000 personas. Para el 27 de marzo, el presidente de Colombia Iván Duque había cerrado los aeropuertos y anunciado el aislamiento preventivo obligatorio, con el cierre de empresas y excepciones para las que produjeran o comercializaran medicamentos o bienes de primera necesidad, o prestaran servicios de intermediación financiera.

Hoy, Colombia se ubica en el puesto número cinco de países en Suramérica con mayor crecimiento de contagios por coronavirus. Al día 5 de mayo, Colombia sumó 8.613 casos confirmados y 378 fallecidos. La ciudad más afectada es Bogotá, que ha registrado el 34% de las muertes, seguida de Cali (13.25), Cartagena (8.4%), Barranquilla y Santa Marta (4.2%), y Leticia (3.2%).

De acuerdo con el Ministerio de salud, de no haberse tomado las medidas de aislamiento social, Colombia tendría cerca del millón de contagiados, teniendo en cuenta que cada persona podía infectar a aproximadamente 2,6. El aislamiento de ciudadanos y el cierre de las empresas, redujo la tasa de contagio a 1,2.

Los alivios

Con las restricciones oficiales, sin embargo, el país vio estallar una crisis social sin precedentes, que obligó a los gobiernos locales a entregar ayudas directas a la población más vulnerable.  

Paralelamente el gobierno nacional extendió once programas de beneficios para los sectores económicos afectados, con el objetivo brindar alternativas de ingresos a los ciudadanos y de sostenimiento a las empresas para que pudieran sobrellevar la emergencia producida por la pandemia.

A través de los programa Familias en acción y Jóvenes en acción, en efecto, aprobó un giro adicional de 145.000 pesos y 356.000 pesos, respectivamente, que ya se entregó a los beneficiarios.

Lo mismo ocurrió con los adultos mayores, que entre mayo y abril recibieron o un giro extra de 160.000 pesos o mercados balanceados que fueron canalizados de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo.

El Bienestar Familiar, por su parte, se encargó de entregar paquetes alimenticios a los niños y niñas cobijadas por sus programas.

La Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, donó a os hogares más vulnerables de La Guajira, casa por casa, los alimentos incautados en los retenes de control.

Con el programa Colombia Emprende, la Nación anunció créditos de hasta 100 millones de pesos a emprendedores y pequeñas empresas con menos de cinco años de facturación, mientras que a través de Emprendedores agro, ofreció una línea de 70 millones de pesos a empresas agropecuarias que tengan menos de 8 años de constitución.

Para las micro, pequeñas y medianas con más tradición que se comprometieran a mantener los puestos de trabajo, constituyó una bolsa de créditos por 20 billones de pesos, que podían ser condonados hasta un 50%.

Para trabajadores que hubieran quedado desempleados y realizado aportes a una caja de compensación familiar durante doce meses en los últimos cinco años, extendió un beneficio de dos salarios mínimos mensuales, dividido en tres meses.

Los trabajadores inscritos en el Sisbén que no hicieran parte de ningún programa nacional, por su parte, recibieron 160.000 pesos entre la primera y segunda semana de abril.

Y a los hogares que figuran en la mismas lista o estuvieran activas en Familias en Acción o en Colombia Mayor, recibieron 75.000 pesos cada dos meses por concepto de devolución del IVA.

Las solas medidas de alivio social, representaron un costo de 2.6 billones de pesos, según el Ministerio de Hacienda.

Pero la medida más alentadora fue la reactivación gradual decretada por el gobierno desde el 27 de abril para los sectores de infraestructura, construcción, manufacturas, alimentos procesados, plásticos, petroquímicos y agroindustria. Como “la curva de contagios se está aplanando”, después de casi  dos meses de haber llegado el virus al país, el gobierno nacional tomó la decisión que ir abriendo la economía colombiana de forma progresiva. 

Con una serie de protocolos y medidas de bioseguridad necesarias, siguiendo la secuencia de prevención, contención y mitigación, 15 millones de trabajadores podrán regresar a la actividad productiva desde el 11 de mayo, según la flexibilidad que fue anunciada por el propio Duque en alocución del 5 de mayo.

Los que se benefician

En medio de esta contingencia hay sectores de la economía que han logrado beneficiarse, como es el caso de algunas pequeñas y medianas empresas y más aún si han requerido del uso constante de la tecnología o el telemercadeo, además también se han beneficiado durante este tiempo los rappitenderos.

Según La Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (ACOPI), en conjunto con la EDE se determinó que durante esta época de aislamiento social aumentaron alguna de sus ventas en un 32%. En comparación con las ventas del año pasado, ha habido una mejoría en el 4%. 

Para ACOPI, este aumento se le atribuye a las medidas y decretos por parte del Gobierno nacional, que le ha permitido a algunas empresas continuar con sus labores por medio de ayudas económicas, tanto para los empresarios y sus trabajadores, como es el caso de la resolución 675 del 24 de abril del 2020, por medio del cual se adopta el protocolo de bioseguridad para el manejo y control del riesgo del COVID-19 en la industria manufacturera.

Sin embargo, estos porcentajes se contrastan con las empresas que han tenido que cerrar y aquellas que no han participaron dentro de la misma investigación    y afirman, que el porcentaje corresponde a un 20%, lo que representa una pérdida para muchos empresarios.

Otro sector beneficiado han sido los Rappitenderos, durante el periodo de aislamiento muchas personas han tenido que recurrir a estos servicios para poder abastecerse de comida en vez de salir a comprar directamente en los supermercados y restaurantes. 

Por otro lado, el uso de la tecnología, las redes sociales y telemercadeo han sido algunas medidas que han generado un impacto positivo para algunas empresas o instituciones que previamente dependían de su uso antes de la llegada del COVID-19 al país. Esto ha llevado a que muchas empresas de telecomunicaciones faciliten el trabajo o estudio desde casa, los servicios online de compra y venta, al igual que las cadenas de supermercados. Por lo tanto, se ha intercambiado la presencia física del vendedor-comprador por la interacción de una plataforma que permite visualizar una imagen o una posible asesoría telefónica.

Debido al gran flujo de personas trabajando y estudiando desde casa, el uso de plataformas para el teletrabajo, streaming y redes sociales ha incrementado significativamente. Por ejemplo, la plataforma Zoom, se ha convertido en una de las aplicaciones más utilizadas desde la crisis, contando con un incremento del 50,09% entre el mes de febrero y marzo.

Sectores damnificados

A pesar de que existen de empresas y negocios en el país que han logrado de alguna manera de reinventarse y beneficiarse durante el periodo de confinamiento, también son bastante evidente aquellos sectores que se han visto afectados por el cambio que el virus ha traído a Colombia.

La industria apagó las chimeneas 

Las medidas de aislamiento apagaron las industrias, produjeron inactividad de la mano de obra, cerraron los cielos y las vías de comunicación se limitaron. De paso, también la libre movilización de materias primas, al igual que la producción y comercialización de productos terminados.

Como consecuencia, la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) reportó que muchas empresas están en quiebra. Las pérdidas del sector, dijo, ascienden a más de 50 billones de pesos.

El Transporte, varado

En el sector del transporte, la más afectada es la aviación. La industria ha experimentado una drástica caída en el tráfico de pasajeros por el cierre de aeropuertos y el temor que tienen las personas de contagiarse al viajar.

Las aerolíneas podrían perder hasta US$113.000 millones en ingresos este año, según estimación de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA).

El transporte público de pasajeros en Barranquilla y su área metropolitana, por su parte, reportó en los primeros 15 días de aislamiento pérdidas cercanas a los 2.000 millones de pesos, por la disminución del 90 % en el flujo de viajeros.

La industria automotriz, en rines

Las ventas de carros nuevos, mientras tanto, cayeron en un 88% desde que empezó el aislamiento. Con registros que no se presentaban desde hacía 14 años, el mercado apenas registró un volumen de ventas por debajo de las 12 mil unidades en todo el país. 

El problema no ha solo ha sido la actividad limitada de los concesionarios sino el cierre de los organismos de tránsito, que frena el trámite de matrículas.

Las marcas más afectadas fueron: Ford (con una caída del 65,4 %), Chevrolet (55,5 %), Renault (49,7%), Nissan (46,7 %), Hyundai (37,4 %), Kia (35,3 %) y Toyota: (25%). 

La Construcción, derrumbada

Por otro lado, La Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), consideró responsable y oportuna la decisión del Gobierno Nacional de establecer un aislamiento colaborativo e inteligente, para que el sector retomara sus actividades a partir del 27 de abril. Con esta medida, se permitirá garantizar el sustento de 1.6 millones de trabajadores directos y se reactivará la cadena de valor del sector.

Afirman además, que bajo los estrictos protocolos de bioseguridad buscan proteger la salud de los trabajadores, las de sus familias, como el resto de los colombianos.  

Los bares y discotecas, silenciados

Los bares y discotecas han cerrado sus puertas y apagado la música que solían colocar para poner a bailar durante las noches a toda su clientela, ya que no está permitida la aglomeración de personas en espacios cerrados para prevenir el contagio del COVID-19. Por consiguiente, algunos dueños  ya se han notificado en quiebra, entre ellos Luis Guillermo Orjuela, vicepresidente de Fedecom -Federación de Comerciantes de la Noche- que indicó que esta situación la están viviendo desde los empresarios más grandes hasta los más pequeños del país. 

Por lo tanto, teniendo en cuenta que muchos mantienen sus establecimientos en arriendo y que además estos oscilan entre los 15 y 80 millones de pesos y el costo de nómina de empleados es muy alta, Asobares le presentó una solicitud al Gobierno para que se permitiera congelar los cánones de arrendamiento durante la cuarenta. 

El Comercio, cerrado

De acuerdo con la encuesta de opinión realizada por Fenalco, el 39% de los comerciantes reportó disminución en sus ventas respecto a las alcanzadas en el mismo mes del año anterior, porcentaje que contrasta amargamente con el observado en febrero, cuando sólo el 20% de los encuestados afirmó que sus ventas se resintieron. 

 “En general el comercio está cerrado, se han podido mantener activos aquellos establecimientos que tienen que ver con alimentación, aseo y salud (…) , la verdad es que nuestro comercio no es muy fuerte y no tiene una gran resistencia, ya la mayoría están secos, con unos problemas de caja supremamente grandes”, explica también Juan Esteban Orrego, director del gremio.

El Turismo, ahogado

El turismo en Colombia ha sido uno de los más afectados por el COVID- 19. En el mes de marzo, gracias a la Semana Santa el turismo obtiene grandes ganancias pero, por el virus y el cierre de los aeropuertos este no ha sido el caso. El congreso le hizo una propuesta al gobierno nacional para que el sector turístico y hotelero quede exento de IVA durante 6 meses.  

Se estimaba que Colombia esperaba alrededor de 5 millones de turistas este año y ahora, hay más del 90% en pérdidas por no recibir ingresos durante semana santa. Por lo tanto, aquellas vacaciones o viajes que se tenían planeados a futuro no lograrán salir a flote por el momento.

Entretenimiento, cancelado 

El panorama no parece ser muy alentador, según Alejandro Villalobos, organizador de conciertos, estima que su industria no se reactivará hasta el 2021. Además, la preocupación en torno a las tasas de desempleo es especialmente aguda en este sector. En el ámbito de las actividades artísticas y de entretenimiento se estima una baja de  512.000 ocupados desde el inicio de la cuarentena, según un estudio realizado por el DANE en el mes de abril.

Por el momento, hay  unas 38 producciones colombianas producidas por el canal RCN  que se encuentran suspendidas, estos  proyectos incluyen realities, dramatizaciones y novelas. Viendo la otra cara de la moneda, lo que se podría esperar de esta situación es un aumento en la demanda del entretenimiento digital. 

Empleo en riesgo

Por otro lado, las centrales obreras expresan que NO están de acuerdo con la reducción de los salarios. Pero afirman que aunque sí hay que hacer un esfuerzo, no se deberían reducir los salarios de los trabajadores. Es por eso, que le piden al Gobierno Nacional recurrir a las reservas internacionales para ver cómo enfrentan la crisis producida por el COVID-19. Además, recalcan en que  no se olviden de los campesinos, del sector del agro y la producción nacional, procurando que se defienda este importante sector, y que se proteja su derecho a la salud y a la vida.

También denuncian que cerca del 70% de los trabajadores de la salud en Colombia no cuentan con condiciones dignas y decentes de trabajo, y cerca del 90% no cuenta con la debida protección. 

Según la Asociación Colombiana de Petróleo, la industria petrolera ya perdió de los empleos directos de los 186.842 que genera. Lo peor es que en marzo también se perdió el 48% de los empleos indirectos. 

En un informe separado, la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios Petroleros indicó que sí, todavía continúa la baja en los precios del crudo y las empresas despedirían a 85.855 trabajadores más.

Una investigación de la Universidad de los Andes, lo corrobora. De los 22,3 millones de ocupados que registra el Dane en la Gran Encuesta Integrada de Hogares, más de 9 millones están en riesgo. Los ingresos mensuales que no han podido recibir estos trabajadores, llegan a casi $8 billones, que en tanto ponen a esa población en condiciones vulnerables no activarán consumo.

El sector informal

Esas cifras no cuentan al sector informal. De acuerdo con el Dane, el nivel de informalidad en Colombia actualmente llegó al 47,7%, lo que significa que 5,7 millones de ciudadanos logran sus ingresos del rebusque.

Los vendedores ambulantes o trabajadores informales son uno de los sectores más afectados, debido a que  dependen de las ventas que realizan diariamente para conseguir su alimentación y pagar los servicios básicos de la Canasta Familiar. Durante estos días de cuarentena obligatoria, aunque la opción de quedarse en casa es la mejor forma de evitar que la pandemia se propague, es necesario que el Gobierno les provea de ayudas  para subsidiar a estas personas durante estos días.

La peor crisis 

Con todo, esta podría ser la peor crisis de la economía nacional desde la crisis financiera global de 1983.

El centro de estudios económicos de Anif señaló en un escenario inicial, que el crecimiento del país estará en un rango de 1,8 por ciento y 2 por ciento, aunque admitió que si la cuarentena se extiende, la cifra podría bajar hasta apenas un 0,5 por ciento.

El Banco Mundial fue más pesimista. En un panorama de la crisis de América Latina, en el que de hecho Colombia es uno de los países mejor librados, el organismo internacional bajó su estimativo sobre el PIB del país a -2 %. Eso quiere decir que no solo no aumentará sino que decrecerá este año.

Sin embargo, para muchos epidemiólogos el hecho de que el presidente Duque haya tomado la decisión de reactivar la economía con algunas precauciones, es muy arriesgado todavía, ya que es necesario aclarar primeramente el número de pruebas que se han ido realizando. Se supone que a mayor número de pruebas realizadas, mayor será el número de personas que arrojen resultados positivos de contagio, por lo que no hay certeza todavía sobre la cantidad real de contagiados a largo plazo. 

Por lo tanto, la pandemia económica que nos deja el COVID-19 pone a Colombia en un estado bastante dudoso, con varios sectores de la economía en peligro de quiebra y un número extenso de ciudadanos envueltos en la incertidumbre a causa del alto porcentaje de trabajo informal en el país. Es así como hasta el momento pareciera que sigue siendo necesario, tanto para el Gobierno nacional al igual que el resto del país, replantearse nuevamente los proyectos, planes e ideas pensados previos al COVID-19.

 

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