Al eliminar su legitimación por medio de una modificación del artículo 2267 del catecismo se convierte en un paso muy importante para la historia de la Iglesia
En medio de la incertidumbre, el Papa Francisco modificó el Catecismo de la iglesia católica declarando la pena de muerte como un tema “inadmisible” y pide la inclusión de un compromiso con el fin de luchar en contra de la misma alrededor del mundo. Al eliminar su legitimación por medio de una modificación del artículo 2267 del catecismo se convierte en un paso muy importante para la historia de la Iglesia.
Hasta hace 26 años no se excluía la pena capital en casos extremos puesto que fue una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible para la tutela del bien común.
Durante una audiencia concedida al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Sumo Pontífice comentó lo siguiente:
“La Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona…”
Tras décadas de batalla iniciando con Pablo VI a mitades del siglo pasado, la condena a muerte se tiene en cuenta como una ofensa a la vida. Justamente, Juan Pablo II decidió suprimirla de manera definitiva como ley vaticana en febrero de 2001.
Según datos registrados el año 2017 por la organización humanitaria Amnistía Internacional, 993 ejecuciones en 23 países dieron lugar con una reducción del 4% con respecto al 2016. Actualmente los Estados Unidos sigue siendo el único país de la región de las Américas que sigue presentando ejecuciones dictando 41 condenas a muerte.
El Papa reconoce que con el nuevo artículo del catecismo está cada vez más viva la conciencia en cuanto a que no se perderá la dignidad de la persona, incluso después de haber cometido crímenes muy graves. Además se implementó una mejor eficacia en el sistema de detención garantizando la defensa necesaria de los ciudadanos, pero que no eliminan la posibilidad al agresor de redimirse definitivamente.
Foto: @Pontifex_es