Por: Kristell Valencia Pichler
Cada vez nos alejamos más de lo que la palabra paz significa. Estamos estancados dentro de un imaginario en donde nos acostumbramos a que diariamente se vivan acontecimientos de violencia y acuerdos que irrumpan, de una u otra manera, lo que se está construyendo en los diálogos de paz. Actualmente, se podría considerar una falta de evolución a la que los medios de comunicación y periodistas nos están introduciendo, ya que volvemos a las mismas noticias en donde la guerra se vuelve el protagonista dentro de un escenario sin salida.
¿Qué paz y que país queremos tener los colombianos? Esta es una pregunta que aún no podemos responder ya que no hemos llegado a sensibilizarnos con el tema, aunque así los medios lo hagan parecer; no somos capaces de diferenciar entre justicia, realidad y reparación, dado a que no es algo que estos encuentren como relevante contar dentro de su agenda mediática. Sin embargo, la tarea del periodista con la sociedad es volver a su labor y dejar a un lado en lo que se ha convertido la profesión, en un periodismo comercial, que se aleja de sus raíces de periodismo social utilizando su poder para alejar a los colombianos de la reflexión.
Estamos vivenciando una realidad dentro de un país en donde explosiones, atentados, y el ruido de las armas nos han llevado a la lógica bélica en donde estamos sometidos, cada vez nos sentimos más preparados para recibir noticias desmoralizantes y no nos inquietamos por conocer los avances que este proceso de paz está presentando que al fin de cuentas nos va a beneficiar en un futuro.
Los periodistas deben construir un proceso de paz, superar los miedos, dejar a un lado el rencor y contar la realidad sin tapujos, todos merecemos conocer lo que sucede en nuestra nación y llenar ese vacío informativo que poseemos. Necesitamos garantías para así estar dispuestos a participar activamente cuando la legitimación del acuerdo lo requiera.
La labor del periodista debe volver a su esencia natural, no queremos más hechos maquillados, queremos estar al tanto de lo que ocurre, devolvernos a sucesos que hacen parte de la memoria histórica del país y a todo el proceso de reconstrucción que este conlleva. ¿Será que aún persiste el miedo a no tener que contar? o por el contrario ¿existe el miedo a ser reprimidos por lo que los medios consideran “el poder” para ellos? Claramente las historias están, su labor debe ser investigar e informar a la sociedad no solo de lo negativo sino también de los aspectos positivos que seguramente han sido múltiples pero al no poseer información, no hay cifras que lo respalden.
El periodismo es una gran profesión pero debe existir un cambio en el lenguaje que están manejando los medios de comunicación, ya que al ser factores determinantes en el proceso de paz, no es suficiente que sean simplemente observadores, sino que además deben fortalecer la comunicación con todos los sectores de la población colombiana, especialmente aquellas regiones apartadas que se encuentran afectadas por el conflicto. Deben comenzar a hablar de posconflicto y ejercer una labor pedagógica del mismo. Si no quieren que la sociedad los siga llamando “periodistas de guerra” actúen y evolucionen para generar ese cambio social que todos necesitamos por el bien de la nación.