Por: Ever Mejía
El doctor en Historia dialogó con el Periódico El Punto sobre sus preocupaciones sobre el nuevo Acuerdo de Paz. También aseguró tener dudas sobre el proceso de paz con el Eln.
En la Universidad del Norte estuvo presente Fernán González, coordinador del programa de Construcción de Paz y Desarrollo para Cinep (Centro de Investigación y Educación Popular), exhibiendo su libro “Poder y Violencia en Colombia” en el marco del evento organizado por el Instituto de Desarrollo Político Institucional (IDEPI).
Fernán González es un sacerdote jesuita con doctorado en Historia. Su libro es una aproximación a la relación de violencia con el proceso de construcción del Estado a lo largo de nuestra historia.
El Periódico El Punto tuvo la oportunidad de conversar con Fernán González sobre los temas que ocupan la agenda política actualmente.
¿Cuáles son los cambios fundamentales que hay en el nuevo acuerdo?
Hay unos cambios que son simplemente aclaraciones: el tema de la ideología de género; otra aclaración es que el problema de la propiedad privada queda intacta. Los cambios fundamentales tienen que ver con el tema de la justicia transicional, por ejemplo que no haya jueces extranjeros, los extranjeros sean solo asesores. La relación con la Corte Suprema queda mucho más clara. El tema de la administración local también queda más clara, en el anterior acuerdo la autoridad local quedaba muy desdibujada. El problema de la regla fiscal y el tema del catastro rural también quedan más claro. Hay una serie de matices. El tema de la condición de detención en zonas veredales en cuestiones de tiempo también se aclararon.
Pero los temas dos temas que no se tocan son que no pagan prisión y la legibilidad política se mantiene, esos son prácticamente inamovibles.
¿Qué le preocupa del nuevo acuerdo?
No queda suficientemente claro el papel de la fiscalía. Lo que más me preocupa es el papel de las autoridades locales: alcaldes y gobernadores cómo van a funcionar en ese terreno.
La naturaleza de los grupos como las Bacrim no queda clara, pero es parte de la el desarrollo del proceso. Estos grupos ya no son necesariamente paramilitares, tienen menos vinculación con el aparato de seguridad del Estado, tampoco tienen mentalidad contrainsurgente. Ahora en el negocio del narcotráfico pueden negociar libremente. No es claro el fenómeno de las Bacrim, es un fenómeno muy complejo.
¿Cómo visualiza el panorama del proceso con el ELN?
Yo tengo muchas dudas todavía de ese proceso. La historia del Eln es distinta a la de las Farc, hay que tenerlo claro. Otro punto es que las Farc tienen un núcleo mucho más centralizado, en cambio el Coce (Comando Central) es una confederación de grupos, entonces el mando central no es tan fuerte. Entonces no sabe uno a Odin Sánchez cómo lo maneja el grupo que lo tiene, ¿Cómo es la relación del grupo que lo tiene con el Coce?
En el Eln no hay una centralización muy clara, hay muchas diferencias con los frentes. Hay una mentalidad mucho más abstracta sobre soberanía nacional, sobre la problemática de la igualdad social, las Farc es mucho más pragmática. El Eln todavía tiene mentalidad más abstracta sobre el latifundismo, los recursos naturales, y sobre cosas abstractas es muy difícil negociar, hay que negociar sobre cosas concretas.
¿Qué papel jugarán las iglesias en el plebiscito?
Las iglesias son muy heterogéneas entre sí. Las iglesias tradicionales son mucho más modernas, en cambio los grupos evangélicos son mucho más fundamentalista. Entonces tienen (iglesias tradicionales) una mentalidad menos secular en el tema del aborto, en el tema de parejas de distintos sexos. La mayoría de la iglesia católica ha superado esa concepción, aunque hay sectores que también jugaron a favor del No. Las iglesias son muy distintas entre sí, hay unas modernas y otras anti-modernas.