La respuesta a este interrogante es: son malos actores. Sin embargo, su relación debe puntualizarse un poco más.
Empecemos por el más veterano, Jaider Villa. Los de mi generación asociamos inmediatamente este nombre con un man pinta, quien fue ganador de Protagonistas de Novela en su edición del 2002, pero que como actor fue un desastre. Y la verdad, jamás pensé que en Colombia naciera un actor más malo que Villa, pero me equivoqué. No nació uno, nacieron muchos. Dos de ellos comandan el ataque de la Selección Colombia que jugará en Rusia 2018: Teo y James.
Teo no fue convocado a la gira asiática. No lo sometieron a un desgaste innecesario dándole la vuelta al mundo en ocho días. El barranquillero se quedó para guardarse y disputar la semifinal de la Copa Sudamericana. Bien por Pékerman y bien por Comesaña. No obstante, el accionar de James contra Corea el pasado viernes 10 de noviembre, me hizo recordar al crack de La Chinita, quien como actor es un buen delantero. Teo, el pasado 30 de julio de 2017, ayudó a que el Junior le diera un repaso futbolero a Atlético Nacional, lo venció 2 – 0 en el Metro.
Hasta ahí todo bien, pero al minuto 30 ocurrió una prueba de talento que le costó una sanción de $44.263.020 al Junior, por una grotesca actuación de Teo. Gutiérrez fue a impedir la reanudación de un saque de banda y se manoteó con Aldo Leão Ramírez. Al goleador no le importó que Aldo hubiese sido su compañero en otros momentos en Selección y fingió de forma grosera una agresión que no existió. Aldo le rozó, si acaso, la barbilla con su mano izquierda y Teo, con efecto retardado, se llevó sus manos a los ojos como si le hubiesen aplicado gas pimienta, para después desplomarse con un grito de dolor que se hizo inverosímil por la exageración.
La sanción fue justa. En el fútbol la marrullería debe acabarse, pero estamos lejos de eso. El viernes pasado el turno fue para nuestro diez: James Rodríguez. La Selección nos hizo madrugar y Corea del Sur nos ganó 2 – 1. James, como otras veces, tuvo un mal partido. Impreciso en la entrega, voluntarioso y corriendo mucho, pero sin control del balón. Esto lo desesperó y las pulsaciones al límite lo hicieron imitar a Teo y a Jaider, para intentar ganar con el peor teatro, lo que no pudo con fútbol.
Al minuto 62, James fue a pelear un balón por derecha, falló, pero en su intento le metió una patada karateca al coreano Jin-Su Kim. El defensa asiático quedó adolorido en el piso a causa de la voladora de James, pero el volante del Bayern no lo iba a permitir. De forma arrogante lo tomó de la camiseta y lo levantó del piso, lo agredió y caldeó los ánimos de todos. Jin-Su Kim, como era apenas natural, lo manoteó igual que Aldo a Teo, y James con el mismo efecto retardado, con el mismo gas pimienta en los ojos y como si lo hubiesen fusilado, se tiró al césped a gritar de forma vergonzosa.
James no fue sancionado ni multado, pero su comportamiento ridículo y su teatro barato sí pueden generar una sanción, pues justo por esto se armó una pequeña gresca que terminó con Edwin Cardona haciendo un gesto infantil que se hizo viral en pocos segundos. Estoy seguro de que el volante diez de Boca nunca tuvo la intención de ser racista, sino meramente ofensivo, pero el racismo es racismo así el agresor tenga la ingenuidad que tuvo Cardona, quien ahora deberá pagar por culpa del teatro de James.
Hay que esperar la sanción segura, pero además hay que criticar el comportamiento desleal, marrullero y despreciable de James y Teo. Ellos son dos talentosos con el balón en los pies, pero actuando son nefastos. Ya está bueno, deben dejar el engaño a un lado y dedicarse a jugar fútbol, capacidades les sobran, pero dependerá de ellos que se les recuerde como a los Jaider Villa del fútbol, o como a dos varones y leales futbolistas, tal como lo enseñó con verraquera Carlos Valderrama, quien nunca recurrió al teatro burdo para dejar su nombre en la historia del fútbol.