Por: Wilbert Daw | Foto: Especial
Una de las últimas selecciones miembro de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) en hacer su aparición en la Copa América fue Colombia. De hecho, fue la penúltima de las 10 asociaciones miembro de la entidad en jugar el certamen de selecciones más antiguo del mundo en la actualidad.
Por ende, el trasegar de Colombia en el certamen ha contado con altas y bajas que marcaron su rendimiento deportivo dentro del torneo.
Aquí seleccionamos algunas historias con el fin de que acompañe su lectura con cualquier comida o bebida de su elección. Eso sí, siempre y cuando lo haga a ritmo de cumbia o vallenato.
Muchas gracias, tío Sam
El origen del fútbol en Colombia está rodeado de muchas historias y mitos. Muchas ciudades han reclamado por años la paternidad del balompié en nuestro país y aún en nuestros días se mantiene el debate.
La historia más conocida -y aceptada- es que el fútbol llegó a Barranquilla por los rieles de la Colombia Railway Company en 1900.
10 años más tarde, el joven Arturo de Castro llegaba con dos balones debajo del brazo proveniente de Inglaterra con los que organizó el primer ‘picado’ de nuestro balompié.
No obstante, existen otros relatos con respecto al tema.
En Cali dicen que un francés llamado Paul de Leon trajo el fútbol por Buenaventura en 1898. En Medellín se lo conceden a un suizo de nombre Jorge Herzig que, junto con Juan Heniziger, un paisa de ascendencia suiza, fundó el club Sporting en 1912.
La ciudad de Pasto afirma que un inglés llamado Leslie Spain dio a conocer la disciplina en 1909 y en ese mismo año los samarios dicen haber visto un encuentro de fútbol entre empleados de la desaparecida United Fruit Company.
Hasta en la frontera con Venezuela, específicamente en Cúcuta, reclaman que el fútbol llegó primero allí con la fundación del Club Deportivista en 1913 por el dominicano David Maduro y el venezolano Federico Williams.
Pero la realidad es otra. El fútbol en Colombia apareció por primera vez en Bogotá y quien trajo el deporte no fue un miembro de las islas británicas ni tampoco era de algún otro país europeo.
El padre del balompié nacional era de…¡Estados Unidos!
El Coronel Henry Rowan Lemly, un famoso militar norteamericano, fue contratado en 1891 como director de la Escuela de Ingeniería Civil y Militar de Bogotá donde enseñaba a los soldados a moldear el cuerpo y fortalecer la mente a través del deporte.
Uno de los deportes incluidos dentro del cronograma que impartió el coronel Lemly fue el fútbol, e incluso realizó una exhibición del mismo en 1892 que contó con la presencia del presidente de la república Miguel Antonio Caro.
Así las cosas, el fútbol llegó a Colombia como parte de un entrenamiento para militares. Quién iba a pensar que el Tío Sam sería el padre fundador de fútbol ‘Cafetero’. Con razón nos ha ido tan mal en este deporte.
Travesía interminable
La primera participación de Colombia en una Copa América tiene varias anécdotas interesantes, incluso desde antes de comenzar el campeonato que tendría lugar en Chile en 1945.
Para aquel torneo, la entonces Asociación Colombiana de Fútbol (Adefútbol) decidió enviar al Junior de Barranquilla, que gozaba de una gran reputación a nivel nacional, como representante de la selección Colombia en el torneo.
La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y el comité organizador ofrecieron por primera vez en la historia del torneo pasajes de avión para llegar vía aérea al certamen.
La cuestión es que, o por falta de dinero o por desinformación o falta de tiempo, el equipo colombiano decidió viajar hasta Santiago de Chile en barco.
Colombia viajó en avión de Barranquilla a Buenaventura para agarrar su barco a Chile, pero cuando llegaron el barco había partido sin ellos. Entonces, la delegación ‘Cafetera’ tomó un bus hasta Quito con tan mala fortuna que su bus se varó a cinco kilómetros de la capital ecuatoriana, por lo que completaron su viaje a pie.
De Quito partieron en un tren hasta Guayaquil con la esperanza de agarrar otro barco con destino al sur del continente. No obstante, aquel transporte marítimo nunca pasó.
El elenco colombiano se quedó varado en Guayaquil -algunos relatos dicen que los jugadores tuvieron que disputar partidos de exhibición de fútbol y béisbol en el puerto para conseguir dinero- hasta que consiguió desplazarse por tierra hasta Lima.
Allí, el presidente Manuel Prado Ugarteche los subió en un barco que transportaba azúcar hacia Santiago donde arribaron el 14 de enero de 1945, día en que comenzaba el certamen.
Guarapo
Se suponía que Colombia tenía que debutar el 17 de enero de 1945 frente a Argentina en el estadio Nacional de Santiago, pero el agotador viaje contando en el apartado anterior hizo que la organización aplazara el encuentro para el 7 de febrero.
Para cuando llegó esa fecha, los colombianos, representados por Junior, había caído 3-0, 7-0 y 2-0 frente a Brasil, Uruguay y Chile, respectivamente. Ante Argentina la cosa no iba diferente, pues a la altura del minuto 52 Colombia caía 7-0.
De pronto, el balón cayó en los pies de Arturo ‘Guarapo’ Mendoza y, en uno de los pocos ataques colombianos, el ‘Guarapo’ vulneró la valla del meta Héctor Ricardo.
Era el primer gol de Colombia en una Copa América que para el resultado terminó siendo un dígito más (Argentina ganó 9-1), pero para los integrantes del plantel ‘Cafetero’ fue la gloria.
Sin darse cuenta, Arturo Mendoza había pasado a la historia del fútbol colombiano, tal como ocurrió con el origen de su apodo. En un partido de la Liga de fútbol del Atlántico, Mendoza sacó un latigazo de derecha tan fuerte que la pelota terminó saliendo del estadio Moderno de Barranquilla y fue a dar contra un puesto de guarapo que se ubicaba justo al frente del escenario deportivo.
A partir de aquel incidente, todos empezaron a llamarle ‘Guarapo’.
Campeón…de los chicos
Colombia no se fue en limpio en aquel certamen de 1945. Sobre el remate del campeonato, los ‘Cafeteros’ lograron derrotar 3-1 a Ecuador y arañar un empate 3-3 frente a Bolivia.
Dichos resultados le valieron para posicionarse quinto de siete participantes con 3 puntos, superando precisamente a ecuatorianos y bolivianos, quienes ya tenían experiencias previas en el certamen.
Por su rendimiento, el comité organizador del torneo y la Conmebol le entregaron un curioso trofeo a Colombia llamado ‘Copa Mariscal Sucre’ que lo acreditaba como el “mejor equipo bolivariano del campeonato”.
La prensa especializada aprovechó el momento y declaró a nuestro país “campeón de los chicos” debido a las notorias que habían entre los seleccionados del sur (Argentina, Uruguay, Brasil y Chile) con respecto a los representativos bolivarianos (Colombia, Ecuador y Bolivia).
Clasificación a golpes
Colombia sorprendió a propios y extraños al colarse dentro de la final de la Copa América 1975, que perdería ante el elenco peruano. Sin embargo, dejó una anécdota bien curiosa.
El equipo dirigido por la leyenda Efraín ‘El Caimán’ Sánchez compartió el grupo C del certamen con Paraguay y Ecuador.
A la cuarta fecha del zonal, Colombia llegaba con la opción de tener medio pie en semifinales si derrotaba a los ‘Guaraníes’ en Asunción.
El ambiente estuvo caldeado desde el principio. En aquel entonces, Paraguay vivía bajo la ley dictatorial de Alfredo Stroessner y cualquier indicio de subversión -sobretodo si iba acompañado de las palabras ‘revolución’, ‘socialismo’ o ‘comunismo’- eran aplacados fuertemente.
Pero ese 30 de julio de 1975 en el estadio Defensores del Chaco en Asunción, quien aplacó los ánimos fueron los colombianos.
A la altura del minuto 40, Ernesto ‘Teto’ Díaz quedó mano a mano con el arquero Ever Hugo Almeida, lo eludió y puso el 0-1 del compromiso.
Todo hubiese seguido normal de no ser porque Díaz se burló de Almeida tras conseguir la diana y lo que vino después fue una airada reacción del portero ‘Albirrojo’ junto con la policía paraguaya, que se metió a la cancha a golpear a la delegación colombiana.
Una imagen macondiana se presentaba dentro del Defensores del chaco. Díaz siendo perseguido por Almeida y los policías.
‘El Caimán’ Sánchez siendo azotado a ‘bolillazos’ por el cuerpo policial. Willington Ortíz eludiendo a los enardecidos futbolistas paraguayos y a cuanto carabinero se le acercaba y Alfonso Cañón resultó siendo encañonado por los policías que buscaban con vehemencia a Henry ‘La Mosca’ Caicedo.
Frente a tal panorama, al árbitro brasileño Arnaldo César Coelho no le quedó de otra que terminar con el partido por falta de garantías y declarar ganador a Colombia, consiguiendo así su tiquete a semifinal.
Iguarán
Solo cuatro futbolistas nacidos en el departamento de La Guajira pueden presumir haber sido convocados a una selección absoluta de Colombia. Sin embargo, ninguno ha sido tan importante como Arnoldo Iguarán.
Nacido en Riohacha, debutó en el Cúcuta Deportivo en 1977 y de allí saltó a la selección Colombia que participó en la Copa América 1979.
No obstante, su mejor época la vivió con Millonarios, equipo en el que militó en dos etapas (1983-1991 y 1993-1995) y con quien ganó dos títulos de liga en 1987 y 1988.
‘El Guaijro’ Iguarán también es un emblema de la selección Colombia, totalizando 24 dianas con la ‘Tricolor’, 10 de ellas anotadas en Copa América.
Iguarán es uno de los dos futbolistas colombianos que lograron ser goleadores de una Copa América. Primero fue Ernesto ‘Teto’ Díaz con 4 tantos en 1975 y luego lo hizo él en 1987 con igual cantidad de goles, 3 de ellos a Paraguay, siendo el primer jugador que marcó un triplete en una selección absoluta de Colombia.
El fantasma de Machala
El equipo colombiano que participó durante la década de los 90 obtuvo buenas presentaciones en Copa América y estuvo cerca de lograr el título en varias oportunidades. No obstante, hubo un partido donde logró la victoria de una forma inusual.
Se trata del choque que Colombia tuvo con México el 16 de junio de 1993 en Machala (Ecuador) que abrió el grupo C del torneo.
Los mexicanos debutaban oficialmente en el certamen que ese año permitía por primera vez la participación de escuadras no sudamericanas en el campeonato.
Colombia se fue arriba en el marcador con un gol de Adolfo ‘El Tren’ Valencia (35’), pero el delantero de ascendencia brasileña Luis Roberto Alves, conocido en México como ‘Zague’, consiguió la paridad más tarde (59’).
Cuando faltaban tres minutos para terminar el encuentro, se presentó una acción polémica. ‘El Pibe’ Valderrama habilita a Víctor Hugo Aristizábal y éste a su vez cede el balón a Diego León Osorio, quien viene entrando al área por la banda izquierda.
Osorio se quita su marca e intenta un remate cruzado en un ángulo muy cerrado. Jorge Campos, arquero de México, detiene el tiro, pero el balón queda detrás de él, algo que aprovecha Aristizábal para puntear el esférico, pero en su camino a la red es interrumpido por la pierna de Ramón Ramírez.
El árbitro uruguayo Jorge Nieves dice que el balón ya estaba dentro del arco cuando Ramírez rechazó la bola, por lo que decreta la anotación.
Los colombianos celebran mientras los mexicanos se van con rabia a reclamarle al central. Con ese tanto, dado a Aristizábal, Colombia se llevó los tres puntos. La realidad es que, después de mostrarse las repeticiones, el balón termina siendo despejado antes de que sobrepase la línea de gol.
Por esta acción, el partido pasó a conocerse como el ‘Fantasma de Machala’ debido a que Colombia logró el triunfo con un gol que no fue.
A punta de penales
En Paraguay 1999, Colombia y Argentina protagonizaron un encuentro lleno de penales, pues en su choque del grupo C se sancionaron 5 cobros de pena máxima de los cuales, se fallaron cuatro.
El show del desperdicio lo inauguró el delantero Martín Palermo. El ariete ‘Gaucho’ comenzó cobrando un penal a los 5 minutos de juego que estrelló en el palo.
Luego, al 10’, Iván Ramiro Córdoba se dispuso a cobrar otro penal que, a diferencia de su colega argentino, terminó en el fondo de la red.
Colombia pudo volverse a adelantar con su segundo penal de la noche y el tercero del juego, pero Germán ‘El Mono’ Burgos estuvo pendiente para contener el disparo de Hamilton Ricard (47’). El empate estuvo a la vuelta de la esquina para la ‘Albiceleste’ otra vez en los pies de Palermo.
Al minuto 76’, Martín volvió a cobrar…pero el balón pasó muy por encima del arco defendido por Miguel Calero.
Para la desgracia de Argentina -sobretodo de Palermo-, Colombia marcó tres minutos después gracias a Edwin Congo y cuando el reloj marcaba 87 minutos, Johnnier Montaño sentenciaba las cosas con un lapidario 3-0.
Pero había tiempo para un penal más. Por tercera vez en el partido, Martín Palermo volvía al frente. “La tercera es la vencida”, pensó más de un hincha argentino. No obstante, lo peor ocurrió. Palermo cobró y Calero atajó. 3-0 acababa la historia.
Colombia lograba su segunda victoria del torneo, mientras que Argentina lograría recuperarse y clasificarse al final. Pero para Palermo, ese partido aún se siguió jugando, pues durante toda su carrera como jugador cargó con la cruz de haber fallado tres penales en un solo juego.
Por seguridad
Colombia fungió por primera vez como sede de la Copa América en 2001, aunque casi no lograr serlo. El conflicto armado que sostuvo el Gobierno Nacional junto con guerrillas y paramilitares había alcanzado un punto álgido, por lo que varias naciones se rehusaron a competir.
Sin embargo, la Conmebol se mantuvo firme en su decisión.
No obstante, ocurrió algo que cambió el parecer de la entidad. El 28 de junio del 2001, las entonces Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) secuestraron al dirigente deportivo Hernán Mejía Campuzano. Allí, Conmebol citó a una reunión extraordinaria donde le quitaba la sede a Colombia.
Pero las reuniones siguieron, mientras las posibilidades avanzaban. Se consideró un traslado a Venezuela o aplazar un año el torneo, pero todo eso se fue al traste porque el gobierno colombiano logró convencer a la Conmebol para continuar la realización del campeonato dentro del país.
Esta decisión tuvo consecuencias. Argentina, por temor a sufrir algún atentado, decidió no mandar su selección mientras que Brasil envió una escuadra ‘C’, es decir, de tercer nivel.
La ‘Albiceleste’ fue reemplazada por Honduras, que fue invitada la noche anterior al comienzo del certamen, por lo que fue necesario que los centroamericanos usaran un avión militar para llegar lo más pronto posible a Colombia.
Otro equipo que no estuvo en el torneo fue Canadá, pero sus razones fueron diferentes ya que no alcanzaron a juntar a tiempo a sus futbolistas quienes se encontraban de vacaciones. Costa Rica fue su reemplazo.
Al final, la copa se jugó y no hubo ningún incidente extradeportivo. Incluso, la única mención de la palabra ‘seguridad’ se hizo para elogiar a la defensa de Colombia, que no recibió goles en todo del campeonato, siendo la única selección en la historia de la Copa América en terminar campeón sin recibir un solo tanto.