Por: María José Pereira, Valeria González Rubio y Mariana Camero (equipo El Medidor)
Este artículo fue elaborado por la sección El Medidor, el nuevo espacio del periódico El Punto, para verificar información.
Personaje: María Fernanda Suárez (ministra de Minas)
Fecha de los trinos: 12 de septiembre de 2018
“Podemos desarrollar los yacimientos no convencionales y cuidar el medio ambiente.”
La ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, ha prometido en contadas ocasiones la posibilidad de realizar fracking en el país de manera responsable con el medio ambiente. El Ministerio de Minas y Energía publicó a través de su cuenta oficial de Twitter un hilo acerca de las declaraciones de la Jefe de la Cartera en el foro sobre ‘Fracking responsable’ que se llevo acabo el día 12 de septiembre. Uno de los trinos citaba la posibilidad de realizar fracking en yacimientos no convencionales sin afectar al medio ambiente. El Medidor tomó este trino y revisó con expertos la viabilidad de dicha declaración.
¿Qué es el fracking?
El geólogo con doctorado en Geología de la Universidad de Tennessee, Camilo Montes, explica que la definición básica del fracking es “un proceso que fractura la roca en profundidad para extraer hidrocarburos”. Esta técnica, originaria de Estados Unidos, se ha utilizado en la industria del petróleo por más de 60 años. La controversia surge cuando ya deja de emplearse solamente en yacimientos convencionales y se realiza también en no convencionales. La principal diferencia entre ambos yacimientos es la forma en que se encuentra almacenado el gas y el petróleo en la roca. En los convencionales la roca es altamente porosa y permeable, es decir, que los poros están interconectados entre sí, lo que implica que tanto el gas como el petróleo pueden moverse entre los poros y en dirección a la superficie.
Por su parte, los yacimientos no convencionales, ya sean de tipo “shale” o “tight”, son denominados así por su formación compacta y su baja (tight) o nula (shale) permeabilidad, es decir, que los poros no están interconectados y los fluidos (gas y petróleo) no pueden “moverse” al interior de esa formación ni en dirección a la superficie. El geólogo con maestría en Geoquímica, Felipe Lamus, explica que “al realizar fracking lo que se quiere lograr es aumentar o generar permeabilidad y porosidad para extraer los hidrocarburos que antes no se podían.”
Una vez perforados los pozos es necesario punzar el pozo horizontal para generar orificios que conecten el pozo con el yacimiento. Realizados estos orificios se inyecta el agua a alta presión para fracturar la roca. Con respecto a esta agua, el geólogo Montes explica que “cuando se inyecta agua en profundidad se tiene que asegurar que el agua fluya, lo que significa que tiene que mantener cierta viscosidad. Los químicos que le agregan son para asegurarse que a cierta presión y temperatura no pierda esa viscosidad y continúe fluyendo. También le agregan arena para que cuando abran la fractura los granos de arena entren a impedir que, debido a la presión, esa grieta se cierre tan rápido.”
Con el gas y el petróleo regresa a la superficie un porcentaje del agua inyectada, llamada “agua de retorno”. El agua de retorno no sólo contiene los químicos con la que fue inyectada sino que también existe la posibilidad de que tenga materiales radiactivos naturales. En un compendio realizado por Concerned Health Professionals of New York y Physicians for Social Responsibility se encontró que “la acumulación de materiales radiactivos naturales en las tuberías y equipos puede generar importantes consecuencias adversas por exposición a mayores niveles de radiación a quienes trabajan en la limpieza o mantenimiento de tuberías.”
Otra diferencia que vale la pena resaltar en la exploración de yacimientos convencionales vs. no convencionales radica en que en los primeros no es necesario utilizar material apuntalante (como la arena) para mantener las fracturas abiertas debido a la porosidad de la roca. Tampoco se utilizan la misma cantidad de químicos pues los hidrocarburos se extraen de manera más sencilla. Por ende, el agua de retorno no termina tan contaminada. Para explicar mejor esta técnica, compartimos este video realizado por El Tiempo.
¿Qué consecuencias puede causar esta práctica?
En líneas generales, uno de los grandes riesgos de esta técnica es la posibilidad de contaminar un acuífero. Un acuífero es un volumen subterráneo de roca y arena que contiene agua, estas formaciones geológicas se tardaron miles de años en formar y son una fuente de agua potable importante. Al realizar fracking el tubo de metal por el que se extraen los hidrocarburos atraviesa acuíferos o se encuentra cerca de ellos. La industria del petróleo toma medidas para evitar su contaminación cómo realizar una barrera de protección, llamada casing, alrededor del pozo compuesta por varias capas de cemento y tubos metálicos.
Sin embargo, esta protección no es duradera pues tanto el cemento como el metal tienen fecha de vencimiento. Además, esta barrera protectora no necesariamente cubre todo el tubo, sólo la parte más cercana a la superficie pues ahí se encuentran la mayoría de acuíferos y por ende siempre existe la posibilidad de que los fluidos en formación se filtren por debajo. Una vez contaminados los acuíferos es dudoso que se pueda recuperar el agua.
También, es importante señalar que, como explica Lamus, “en los yacimientos convencionales necesitas tener pozos inyectores (que inyectan agua) y pozos para fracking, es decir, necesitas alrededor de dos o tres pozos. Mientras tanto, en los yacimientos no convencionales al realizar fracking se utilizan cientos de pozos porque necesitas cubrir áreas muy grandes y además la estimulación es más difícil”. Esto se traduce a que los petroleros tienen que asegurarse que cada casing esté funcionando a la perfección para evitar grietas que puedan contaminar un acuífero.
Con respecto al “agua de retorno”, es poco probable que esta agua se trate, entonces la industria la inyecta en reservorios profundos. No obstante, esta práctica tienen consecuencias pues según el estudio “Induced Seismicity Potential in Energy Technologies”, realizado por The National Academy of Sciences, al inyectarse esta agua cambia la presión de poros y esto genera sismos. Estos sismos no causan daños, pero pueden ser perceptibles para las personas.
Esta técnica no solo genera riesgos para el agua, ya que las emisiones de gas que se deben al fracking contribuyen al cambio climático y pueden perjudicar la salud de las personas. Según un artículo de la revista científica Nature, las fugas de metano a la atmósfera son más de las esperadas. La industria asegura que no sobrepasan el 2% pero en la cuenca de Denver-Julesburg son del 4%. Esto es preocupante ya que el metano es 25 veces más efectivo que el dióxido de carbono en atrapar el calor en la atmósfera.
Greenpeace, organización mundial que trabaja para defender el medio ambiente, también advierte que “se ha registrado benceno, un potente agente cancerígeno, en el vapor que sale de los ‘pozos de evaporación’ donde a menudo se almacenan las aguas residuales del fracking. Las fugas en los pozos de gas y en las tuberías también pueden contribuir a la contaminación del aire y a incrementar las emisiones de gases de efecto invernadero”. El aumento de la contaminación del aire puede perjudicar la salud de la población local, sobretodo en personas que ya cuentan con problemas respiratorios.
Los efectos del fracking incluso han sido vinculados con afectar el peso al nacer de los bebes. Un artículo de la revista Science Advances establece que el Fracking afecta el peso al nacer de los bebés cuyas madres viven a 3 kilómetros menos (a menos de 3 kilómetros) de un pozo de fracking. El estudio encontró que las madres que viven a un kilómetro tienen un aumento del 25% de probabilidad de que el bebé tenga un peso bajo al nacer.
En Colombia las zonas que tienen mayor potencial para la explotación de hidrocarburos serían las cuencas de la zona del valle del Magdalena medio, en la cuenca César-Ranchería, en el Catatumbo en la cordillera oriental y en los llanos orientales. El director del Departamento de Derecho y del Grupo de Litigio Interés Público (GILP) de la Universidad el Norte, Juan Pablo Sarmiento, señala que aunque el valle del Magdalena medio es una zona rica en ese tipo de hidrocarburos, se está ignorando que también es una zona sísmica, según informes del IDEAM. Argumenta además que aunque el fracking sólo puede generar micro-sismicidad también puede estimular una falla geológica que podría llegar a causar terremotos de 5.7 grados.
Además, el valle del Magdalena Medio, a diferencia de muchos yacimientos no convencionales que son explotados en Estados Unidos, es una zona rica en vegetación. El realizar fracking podría representar una perdida considerable de dicho medio ambiente, sobre todo porque el fracking en yacimientos no convencionales requiere más área que en la de yacimientos convencionales.
Razones y normativa para realizar fracking en yacimientos no convencionales en Colombia
Colombia actualmente cuenta con reservas de petróleo que equivale a 5,7 años de consumo, según datos del ANH (Agencia Nacional de Hidrocarburos), lo que explica el interés de la industria de petróleo en los yacimientos no convencionales. La Asociación Colombiana de Petróleos (ACP) argumenta que este interés se debe a una cuestión de autosuficiencia energética y que por medio del fracking no sólo se podría ampliar la reserva sino que también impulsaría la economía ya que generaría empleos.
El gobierno colombiano empezó a crear normas respecto al fracking en yacimientos no convencionales desde 2012, cuando se subastaron los primeros bloques. Ese mismo año la Contraloría General de la Nación publicó una Función de Advertencia sobre el fracking basándose en el Principio de Precaución y en defender el desarrollo sostenible. En 2013 se publica el Decreto 3004 en el cual se establecen los criterios y procedimientos para la exploración y explotación de hidrocarburos en yacimientos no convencionales.
La ANH contrató a David Nesiln, asesor estadounidense que se encarga de asuntos ambientales, para que ayudara a crear la reglamentación técnica en Colombia. Se crea la Resolución 90341 de 2014 del Ministerio de Minas y Energía y la Resolución 0421 de 2014 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
En 2015, la Contraloría General de la Nación publica un informe de seguimiento a la Función de Advertencia del 2012 en donde evalúa las medidas adoptadas por la ANH, la ANLA y los Ministerios de Ambiente y Minas. Advierte que la Resolución 90341 de 2014 presenta deficiencias dado que toca aspectos como hidrogeología y sismotectónica de forma muy general y utilizan escalas que no son adecuadas, “a criterio de la Contraloría el programa de gestión representa un avance en el tema del fracking, sin embargo, presenta deficiencias dado que se soporta más en los desarrollos de Estados Unidos y Canadá y no se ajusta a las condiciones geológicas propias del país.”
En 2018 se radica un proyecto de ley para prohibir fracking en Colombia en yacimientos no convencionales realizado por la Alianza Colombia Libre de Fracking y por más de 30 congresistas. Sumado a esto, el Consejo de Estado recientemente admitió una demanda presentada por el Grupo de Litigio Interés Público de la Universidad del Norte en donde piden anular las normas que hacen posible la explotación de yacimientos no convencionales con fracking.
El director del Departamento de Derecho y del Grupo de Litigio Interés Público (GILP) de la Universidad el Norte explica que su preocupación principal con respecto al fracking y la reglamentación actual es el agua. “Las preguntas que uno se plantea cuando lee tanto el decreto que lo autoriza como los términos de condiciones, que también emitió el Ministerio de Minas, allí no se está definiendo de dónde va a salir el agua y eso es una pregunta importantísima qué se tiene que resolver y que hoy en día es una carta en blanco. Tampoco define donde se va a disponer del agua y si la norma guarda silencio sobre esto pueden verter todos los residuos en un río.”
En Colombia el Decreto 3004 el 2013 permite el fracking en yacimientos no convencionales, pero hasta ahora las empresas solamente pueden explorar el terreno ya que no cuentan con las licencias ambientales de explotación. Varias empresas están a la espera de que se les otorgue dichas licencias.
FALSO
Las declaraciones de la Ministra de Minas, María Fernanda Suarez, nos resultan falsas basándonos en el principio de precaución y en el tratado de solidaridad intergeneracional. Tanto la literatura del tema como los expertos consultados recalcan los múltiples riesgos que el fracking en yacimientos no convencionales pueda ocasionar para el medio ambiente y para la salud de los colombianos. Además de que la reglamentación vigente parece no ser suficiente para asegurar el cuidado del medio ambiente.