En todos los acueductos del Atlántico, el índice de calidad de agua está por debajo del 5%, lo que asegura que los atlanticenses consumen un líquido acorde a los estándares del Instituto Nacional de Salud (INS).
Para conocer este dato, la Secretaría de Salud Departamental, a través del área de Salud Ambiental, realiza el control y análisis diario de la calidad del agua que beben y utilizan los habitantes de todos los municipios y corregimientos.
En este complejo proceso, que involucra a ingenieros científicos y técnicos expertos en Salud Pública, los vehículos salen previamente desinfectados y acondicionados con los equipos y el personal idóneo (técnicos certificados en toma de muestra de agua).
Según el ingeniero Jorge Villarreal, responsable de la vigilancia de la calidad del agua en el Atlántico, una vez tomada la muestra, es refrigerada y llevada a un laboratorio para ser analizada. Los acueductos toman sus propias contra-muestras para analizarlas en sus respectivos laboratorios, garantizando así un doble control.
El procedimiento, que se realiza de acuerdo a la metodología y estándares del Instituto Nacional de Salud (INS) para garantizar la trazabilidad de la muestra, tiene varias etapas.
Primero, se realiza una programación de visita, coordinada con el prestador del servicio público de acueducto. Posteriormente, se lleva a cabo la toma de muestra para que consta de un análisis físico-químico, microbiológico y de cloro residual en los puntos de muestreo previamente establecidos, inspeccionados y aprobados dentro de la red, cercano al usuario final.
En el Laboratorio de Salud Departamental, se hacen análisis físicos tales como la turbiedad, color y ph. En la parte química, se detectan compuestos que puedan representar algún riesgo y en microbiológicos se buscan organismos que puedan estar presentes en el agua.
Con los resultados obtenidos, se hace un consolidado de los índices de riesgo de calidad de agua. Ante esto, Villarreal explica que “cuando el índice de riesgo es menor del 5 %, indica que el agua es apta para consumo humano”. Si es mayor de ese porcentaje, es indicativo de la existencia de un nivel de riesgo”
Cuando el agua resulta no apta para el consumo humano, se hacen los requerimientos respectivos al operador, se inician las investigaciones del caso, y si es pertinente, se aplican las medidas sanitarias y de seguridad.
