Por: Luis Santiago.
Siempre he ido al ras del suelo.
Viendo en el cielo pasar las frías nubes.
He ido cocando con las dunas, con los bosques, con las montañas.
He llevado el polen de las flores.
Acariciando a los animales y las hojas de los árboles.
Pero siempre viendo a las nubes a la distancia.
En pocas ocasiones ellas bajan y yo subo
Danzamos jugamos y bailamos.
Cuando bailo con las nubes me libero.
Si les gusta me elevan y apagan.
En lo alto veo todo lo que recorro y es hermoso.
Las nubes abajo me llaman y les respondo.
Danzamos una vez más y felizmente vuelvo a bajar.
Esos maravillosos bailes los recuerdo en lo profundo de mi mente.
Hace mucho no he vuelto a bailar.
Las nubes son cada vez más escasas.
Y mi voraz corazón no tiene la fuerza para subir.
Solo ellas pueden bajar.
Así que hasta entonces estaré al ras del suelo.