Nuevamente las imágenes de tortugas asfixiadas con bolsas, cachalotes atiborrados de vasos y playas inundadas de desperdicios generaron reacción para atacar el problema de la presencia masiva de plástico en el medio marino.
En las redes sociales se han visualizado las imágenes de grandes extensiones de plástico flotante y de ballenas prisioneras de redes de pesca abandonadas. Un caso reciente trata de un cachalote hallado sobre una playa indonesia el pasado mes de noviembre con 6 kilos de plástico en su estómago.
Según un estudio de la revista Science, cada año se vierten 8 millones de toneladas de plástico. François Galgani, del Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (Ifremer), comenta que es un dato que se tiene en cuenta únicamente de lo que viene de la tierra. De allí suma 2 millones de toneladas provenientes de navíos, especialmente las redes de pesca.
“Más de 700 especies están afectadas. Algunas de ellas son especialmente sensibles, como las tortugas que comen bolsas de plástico al confundirlas con medusas”, enfatiza el investigador.
De poco a poco, ya hay varios países que empezaron a prohibir las bolsas de plástico, así como las pajillas y los bastoncitos que se consumen 5 mil millones de unidades anuales.
La Unión Europea plantea la prohibición de algunos plásticos de uso único para el año 2021. Pero un estudio de la revista Science Advances plantea que de las 8300 millones de toneladas de plástico producida entre 1950 y 2015, 6300 millones se convirtieron en residuos muy poco biodegradables, por lo que se alcanzó a reciclar un 9% del material.
Mirjam Kopp, de Greenpace, indica que hay que atacar el problema de la raíz cambiando la cultura de usar y tirar y reducir la producción de plástico de uso único. Dicha causa ha sido respaldada por alrededor de 60 países que, desde el 2017, luchan contra los plásticos no reutilizables.
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