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Por: Camilo Almanza, Daniel Escorcia, Pablo Lewis, Alex Páramo.

Desde la llegada del barranquillero Eduardo Mendoza Lince y el estadounidense Rey Limberch a la ciudad hace 52 años, se supo que el cementerio Jardines del Recuerdo iba a ser uno de los mejores del país. El primero en tener ese concepto americano de Jardín estaba en pie, y con el, vinieron años gloriosos en los que las familias de varias celebridades como Fabio Poveda Márquez (1940-1998) o el cantautor vallenato Rafael Orozco (1954-1992) decidieron dejarlos descansar allí, pero de eso sin duda ya no queda nada.

Alrededor de 2.000 personas, según cifras del 2011, se encuentran descansando en este camposanto, pero sus familias no saben qué hacer ya para lograr sacarlos y llevarlos a un lugar digno. Problemas de inseguridad, ambientales y abandono son los casos más relevantes que se presentan en este cementerio ubicado en el corredor universitario de la ciudad, pero el más grande sin duda es la falta de dinero. 

 

Abandono

Para nadie es un secreto el mal estado en el que se encuentra el cementerio Jardines del Recuerdo, ese que una vez fue uno de los más lindos y visitados del país, pero que hoy solo da tristeza. Es bastante duro ir a visitar a un ser querido y ver que todo alrededor del lugar en el que reposa es feo, descuidado, pero una vez tomada la decisión de llevarlo allí, poco se puede hacer para moverlo.

Una de las muchas lapidas abandonadas y afectadas por el abandono que existe. Camilo Almanza

 

Pero ¿cómo llega un lugar tan bonito como el que un día fue este cementerio, a estar como hoy está? La respuesta es muy sencilla, abandono, falta de cuidado, de amor por el trabajo, etc. Cuando se trata de temas tan delicados como estos, no se puede dejar de trabajar para que el lugar esté bien, cosa que los dueños de este camposanto al parecer nunca lograron entender.

El simple hecho de que solo seis trabajadores sean los encargados de un lugar tan grande, deja mucho que desear, que la “oficina” del administrador sea una casita que se está cayendo, aún más, y así con cada punto clave de este recinto sagrado, que cada vez más sigue dejando boquiabiertos a sus usuarios.

Juan Guzmán, quien  fue a visitar la tumba del cantautor vallenato Rafael Orozco,  fue claro al decir que el lugar era una vergüenza. 

“Yo he visitado otros cementerios y definitivamente este está súper abandonado, un deterioro total, da es tristeza. Ni los muertos se merecen esto”: Juan Guzmán, visitante.

 

Pero curiosamente, la tumba de este personaje se encontraba en gran estado, lo cual fue muy curioso para este señor. “En la tumba de Rafael Orozco la cosa cambia, no sé si es por la familia o por ser él, pero está muy bonita, bien cuidada. Pero el resto si horrible, deterioro total”.

¿Alguna prioridad? Pues no, simplemente que a las personas les toca pagar un poco más de la cuenta a estos seis empleados que se encuentran allí, para que la mantenga en orden, cosa que es inaceptable en cualquier trabajo.

Pero nadie se encarga de regular esto, si la oficina del lugar ni siquiera es estable para el administrador y, por ende, nunca está, los trabajadores siguen cumpliendo por el simple miedo de perder su dinero, pues llevan años sin recibir paga. “Este cementerio me debe a mí como cinco millones”, comentó uno de ellos, quien también prefirió quedarse en el anonimato.

Pero no solo es la sede de la 51B la que se encuentra así, pues su otra sede, ubicada desde hace 52 años en la calle 53 No 50-57, se encuentra en una situación similar. Lejos quedó esa bella estructura del Viejo Prado, clásica y característica de Barranquilla. Hoy solo es una casa, con la fachada dañada, en la que ni los muertos quisieran vivir.

 

Delincuencia

A causa del mismo abandono que presenta el emblemático cementerio, le hace fácil la tarea al delincuente. El  lugar no cuenta hoy en día con una empresa privada de seguridad que brinde el servicio para toda la zona y el consumo de drogas es de las cosas que afecta al lugar.

Muchas personas van y se sientan en las propias tumbas a consumir cualquier tipo de sustancias. El administrador de Jardines Del Recuerdo nos cuenta con impotencia cómo lidia con estos casos día a día sin poder hacer nada al respecto, pero no es solo esto, el nivel de desprotección que se presenta es tal que hasta las lápidas de las personas que ahí descansan son robadas.

Lápidas como esta son objeto de vandalismo y hurto por parte de delincuentes. Foto: Camilo Almanza

 

“Es increíble cómo uno puede llegar a visitar la tumba de un ser querido y encontrarse con la sorpresa de no ver su lápida, hablé con los cuidadores, pero no les puedo exigir mayor cosa porque no veo a nadie que se pueda hacer responsable acá”, comenta una visitante que sufrió este tipo de vandalismo con la tumba de su familiar.

Es claro que no es la única víctima, pues uno de los cuidadores del lugar cuenta cómo desaparecen lápidas ocasionalmente. Según cuentan, ha visto muy pocas veces a la policía por esos lados, hacen ronda cuando alguien va y pone una queja o los llama pero de resto asegura no poder tener la credibilidad para hacerse cargo de cuidar todas las tumbas, algo que considera casi que imposible para solo seis personas, que son las que se encuentran trabajando actualmente en este cementerio. Claramente es un factor ocasionado por el mismo abandono que presenta este lugar, lo que le facilita la tarea a los ‘dueños de lo ajeno’, como llama Andrés Fontalvo, administrador, a las personas que entran a delinquir.

Además, se ha venido presentando una problemática que parecía no iba a tener mucha trascendencia, pero que poco a poco ha tomado fuerza. El camposanto está siendo utilizado como parqueadero para los estudiantes de la Universidad Del Norte, y si bien es cierto que no debería ser así, estos carros también han sufrido las consecuencias de dicha inseguridad. Varios automóviles, en repetidas ocasiones, han sido manipulados en sus ventanas para robar las pertenencias que allí dejaron.

Los jardineros del cementerio, al no tener paga por parte de los dueños, optan por cuidar estos carros y así tener para los transportes o la comida, pero mientras ellos se ocupan de otras cosas, los ladrones aprovechan para intentar hurtar cualquier objeto de valor que vean ‘mal parqueado’.

Varias personas, víctimas de esta clase de robos, dicen haber puesto las denuncias en el C.A.I. de Villa Campestre, encargado de la zona, sin embargo un miembro de la Policía  Nacional que fue consultada nos informó que no existe alguna denuncia formal por parte de robo. Además, al momento de pedir un comentario sobre la situación, siempre hubo un no por respuesta. 

 

Medio ambiente

El medio ambiente también se ha visto afectado por esta problemática. Quemas y basuras se concentran en el cementerio como si fueran dolientes de alguno de los centenares de cuerpo que ahí hoy yacen. Desde transeúntes y estudiantes (universitarios y de colegio),  comerciantes de la zona e incluso, usuarios de la clínica Porto Azul, se quejan de las incesantes quemas que toman lugar en el cementerio periódicamente.

Este medio se acercó a las oficinas de Barranquilla Verde, ubicada en la calle 72 con carrera 60 esquina, y hasta este momento no se conocen denuncias sobre esta situación. Además, cuando intentamos contactar al administrador del camposanto para preguntarle sobre esta problemática, no hubo respuesta.

Existen prácticas que deterioran el ecosistema que se encuentra dentro del cementerio. Camilo Almanza

 

Los sedimentos de cemento y yeso que dejan las tumbas sin cuidar también afectan al suelo del mismo. La vegetación del sitio se ha visto afectada por esto y, por consiguiente, el ecosistema, donde alguna vez vivieron ardillas, pájaros de distintas clases e incluso reptiles como lobitos o lagartijas, se han visto afectados de manera casi irreparable, y una solución no está en camino por el momento.

La calidad del aire se ve afectada cada vez que las llamas aparecen, incluso, llevando a  algunos estudiantes a salir antes de sus clases debido al molesto olor que se siente en los bloques cercanos al cementerio, el cual es causado a raíz de esta problemática.

“La verdad yo si lo he sentido, y hay veces que es pasable, pero otras veces me toca salirme de clase e irme a mi casa porque es demasiado penetrante. Uno así no se concentra”, dijo Juan Manuel Álvarez, estudiante de la Universidad del Norte.

 

Falta de dinero

Todas las problemáticas que rodean al cementerio nacen de la agobiante situación económica por la que atraviesa el mismo. El simple hecho de que los trabajadores no obtengan su paga, y que tengan que esperar el pago de personas que parquean de forma ilegal sus carros en el lugar, o que cobren dinero extra por el cuidado de una tumba específica, que deberían cuidar por el simple hecho de ser trabajadores de la empresa que administra el lugar. 

Este es uno de los sectores mejor conservados del cementerio a día de hoy. Foto: Camilo Almanza

 

Algunos trabajadores comentaron que la situación del cementerio se debe a que los dueños, al parecer, dejaron de invertir en el lugar, producto de situaciones que los mismos trabajadores desconocen y que, por razones de cierre de edición, no se pudo indagar más.  Intentamos hablar con la Alcaldía para esclarecer el tema, pero tampoco fue posible antes de la entrega de este reporte. 

Mientras que la autoridad asume el rol que le compete en todo este problema, el cementerio, sus visitantes y familias de los que allí descansan permanecerán con la esperanza de que este lugar vuelva a hacer lo que hace 52 años fue, es decir, un lugar bonito, donde muchos iban a recordar a sus seres queridos y que hacía honor a su nombre: Jardines del Recuerdo.

Somos una casa periodística universitaria con mirada joven y pensamiento crítico. Funcionamos como un laboratorio de periodismo donde participan estudiantes y docentes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte. Nos enfocamos en el desarrollo de narrativas, análisis y coberturas en distintas plataformas integradas, que orientan, informan y abren participación y diálogo sobre la realidad a un nicho de audiencia especial, que es la comunidad educativa de la Universidad del Norte.

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