La sonda Mars InSight, a una velocidad de 19.800 kilómetros por hora, aterrizó en el planeta Marte con el objetivo de iniciar su misión, la cual viene siendo la escucha de terremotos y estudiar el funcionamiento interno del planeta rocoso.
Siete años de trabajo y siete meses de viaje por el espacio transcurrieron y la nave sobrevivió al dificultoso ingreso a la atmósfera del planeta roja por lo que redujo su velocidad a tan solo 8 kilómetros por hora.
Momentos después de frenar por la fricción, el despliegue de un paracaídas gigante y la acción de retropropulsores; la sonda estuvo en pausa y desplegó los paneles solares en forma de disco como forma de proveer la energía.
Con un costo de 993 millones de dólares, su recorrido fue de 482 millones de kilómetros dando parte de enviar algún día exploradores humanos para el año 2030.
Desde el año 2012 se ha concretado un primer aterrizaje al planeta mencionado. Gracias al explorador Curiosity, se han estado realizando un análisis en las rocas en busca de signos de vida que podría haber habitado a la Tierra.
Fernando Abilleira, subdirector de diseño y navegación del InSight, argumenta que es la primera misión que dará paso al estudio del interior profundo de Marte por lo que se sabrá de toda la información de la evolución en los últimos 3 mil millones de años.
El sitio de aterrizaje que la Nasa pudo localizar es denominado como Elysium Planitia, por lo que fue de ayuda para ralentizar la nave y protegerla a toda la costa una vez que ingresó a la atmósfera.
Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la Nasa, asegura que de las 43 misiones hacia Marte, solo 18 llegaron exitosamente logrando procesar la información hasta un 40% del buen trabajo.
Ahora que inició la misión oficialmente, un sismómetro está posado directamente sobre el suelo marciano y escuchará las más mínimas vibraciones. Mientras tanto, otro excavará entre 3 a 5 metros de la superficie para tomar su temperatura.
Foto:@NASAInSight