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Por: Naria Rodriguez/fotos cortesía

El hombre del que se enamoró Lemebel, un músico frustado y un melómano de tiempo completo. Así es el escritor y periodista John Better o Sor Templanza Better, como él mismo escribe en su perfil de Facebook, considerado una de las voces más interesantes y polémicas de la literatura colombiana.

John es hijo único de Doris Armella y Roberto Better. Nació en Barranquilla y vivió toda su infancia en el popular barrio Las Nieves, lugar que influyó en su escritura y además es el escenario principal de su primera novela A la casa del chico espantapájaros. “Mis sueños y pesadillas giran entorno a esa casa de tejas y patio inmenso. Todavía veo en sueño a aquel hombre amarrado en el gran árbol de pan que estaba al fondo, me dice que lo desate, pero no me atrevo todavía a hacerlo, me tomará un tiempo más liberarlo, liberarme”, asegura Better. 

Desde hace 15 años es uno de los escritores más influyentes de la cultura barranquillera. Sus textos se han traducido a idiomas como alemán, inglés e italiano. Ha desarrollado series de crónicas periodísticas para la televisión del Caribe, y además recientemente ganó el XIX premio de cuento Jorge Gaitán con un volumen de cuentos que se titula 16 atmósferas enrarecidas.

Su libro Locas de Felicidad, un compendio de crónicas sobre la vida de travestis en Bogotá y Barranquilla, tuvo muy buena recepción en Colombia y fue un detonante para su reconocimiento como escritor. Inspirado en parte por la escritura del chileno Pedro Lemebel, quien por cierto escribe el prólogo del libro. Es un texto visceral y crudo que hoy, diez años después de su publicación, es parte de la memoria literaria queer en nuestro país. Respecto a la influencia de Lemebel en su escritura, que es evidente no solo en la forma sino en su apuesta temática, el escritor afirma:“-Más que un prólogo-en lo formal de la palabra-fue un gesto de amor incondicional. Lemebel es hoy una leyenda de la literatura latinoamericana. Me une a él, nuestros orígenes humildes, nuestra forma rabiosa de ver el mundo y sus injusticias. Me une la rabia, el ser mirados de soslayo por hablar de los marginados y las diversidades sexuales. Fue mi maestro, mi amigo”.

Sin embargo el éxito de Locas de Felicidad no fue al azar. Better desde temprana edad empezó a gestar un gusto por la literatura y la escritura. “Una tarde, viendo televisión en casa, tendría unos 13 años, pasaban en uno de los canales un especial sobre la tragedia de Armero, no recordaba nada de aquel suceso hasta ese día. Debo decir que las imágenes me perturbaron de manera siniestra. Lo que ocurrió después no entiendo cómo pasó, fui por un cuaderno y de un tirón salió un poema al que llamé Tierra de Nadie, un texto muy simple, una de sus estrofas decía: “Tierra alejada/donde el ave vuela/donde el niño calla/Donde la paz es eterna y la muerte inesperada”.

“Tierra alejada/donde el ave vuela/donde el niño calla/Donde la paz es eterna y la muerte inesperada”.

Y de ahí en adelante, aquella fuerza desconocida se apoderó y empecé a llenar decenas y decenas de cuadernos con mis impresiones sobre el mundo”, recuerda Better.

A pesar de haber crecido en una ciudad con un ambiente cultural difícil, John trabaja en la escritura hace casi 20 años, en ese tiempo logró desarrollar proyectos y crear revistas literarias.”Hubo un periodo en que no pasaba mucho. Después muchos autores empezamos a salir del barrio y publicar nuestros libros con editoriales importantes, y mi generación empezó a darse a conocer fuera de Barranquilla. Pero la literatura y el hecho de ser escritor sigue siendo visto como una rareza en una ciudad que solo le apasionan dos cosas: Carnaval y fútbol”, expresa el escritor. 

Si hay algo que caracteriza la escritura de John Better es atreverse a explorar temáticas abiertamente homosexuales y aunque sea etiquetado como un escritor queer, sus libros no se resumen al tema LGBT. “Yo escribo. Que mis personajes transiten en diversas identidades de género es otra cosa. Me siento pleno cuando lo hago, no tengo ningún problema en llamar las cosas por su nombre. Mis líneas van de lo violento, a lo cómico o filosófico” y agrega: “Mi amigo poeta, Mauricio Ariza, dice que soy la memoria marica del Caribe colombiano, lo cual es un gran halago. Mi libro Locas de felicidad es una muestra de eso, es piedra angular de las estéticas queer del Caribe colombiano”.

Su primera novela la cas(z)a del chico espantapájaros transcurre en Barranquilla. Ambientada con una banda sonora que va de Isobel de Bjork a Lucero Espiritual de Juancho Polo Valencia, es un viaje surreal e íntimo a la infancia y adolescencia del autor. “Es un libro que escribí bajo el influjo del amor, estaba perdidamente enamorado de W.C Boy, un chico al que convertí en personaje de esa novela. Bajo ese estado pude adentrarme en ese territorio movedizo de la memoria y el pasado sin miedos ni prejuicios”, manifiesta John. El personaje principal, Greg, es un reflejo de su alter ego. “Como ocurrió en la novela, en la realidad, Greg perdió a WC Boy y solo quedó un hombre roto(yo) que sigue escribiendo para no matar a tantos, para no aburrirse, para darle a su vida algo de sentido. A veces dialogo con Greg, es una charla entre dos fantasmas que cada vez tienen que ver menos  el uno con el otro”.

Better en su faceta más queer Foto: cortesía

 

Después de lanzar su primera novela, Better se embarca en un nuevo proyecto literario llamado 16 atmósferas enrarecidas, un libro de relatos. El lanzamiento será durante los meses de agosto y septiembre en ciudades como Cúcuta, Cali, Bogotá, Montería y Barranquilla. “Son textos bastante raros como yo, historias de gente en coma, Zombies, travestis jubilados, soldados erotizados en mitad del monte, testigos de Jehová, que hacen detener el tiempo, entre otras cosas”, dice John.

Uno de los temas centrales en su obra es el amor, prueba de esto es el recurrente uso de una cita de Sergio Sarmiento, director de teatro, que dice: “La primera sensación para sentir amor es el miedo, el miedo a lo que no se conoce, lo que no sé conoce nos hace mover las cosas”. A lo que Better se refiere como “El miedo si bien nos paraliza, nos impulsa a develar los misterios, nos lleva a entrar en ese cuarto al que nos dijeron que no entraramos, y obvio, al desafiar ese miedo se corre el riesgo de darte de frente con el monstruo, pero también te da chance de matarlo o terminar siendo su mejor amigo”.

Como todo escritor que se ha comprometido con su oficio, las opiniones de Better sobre su vida, sobre sí mismo y las lecturas que hace sobre su propia experiencia están atravesadas por elementos propios de la literatura. Así lo de deja saber cuando se le pregunta ¿si no hubiese sido escritor y que le hubiese gustado ser? a lo que responde: “Un enorme roble, donde los enamorados pudiesen  escribir sus nombres con navajas…”. Las reflexiones de Better, así como la evolución de su obra, muestran en qué medida es un escritor con voz propia que promete seguir aportando a la dinámica cultural de Colombia. La madurez y complejidad con sus temas tan controversiales, sus ambiciones formales y sus hallazgos poéticos, que pueden ser corroborados en sus obras, lo ubican como un artista significativo en la literatura colombiana.

 

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