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Por:  Wu Meishi

Roberto Yim, el chino que ya no sabe escribir su nombre chino.

No sabe a arroz chino. Por lo menos puedo dar fe de que el que venden en los restaurantes de Barranquilla es distinto al que consumo en mi ciudad natal, Xiamen. El nuestro tiene un sabor más ligero, un color más claro, una consistencia más suelta. El que consumen con placer los barranquilleros en 94 restaurantes especializados en comida china que han registrado en la colonia china es más salado, más pegajoso, más oscuro y combinado con toda clase de verduras y carnes.  

Ese fue el primero de los muchos choques culturales con que me he encontrado desde hace 7 meses cuando llegué a Barranquilla. Gabriel García Márquez dijo que el mejor arroz chino lo consumió en esta ciudad. Con curiosidad por saber si era cierto, fui al Restaurante Donde el Chino en la Y de los Chinos, ubicada en la Carretera Vía Puerto Colombia a averiguarlo.

La historia de una migración

Una cartelera de fondo rojo, donde se lee “Restaurante Donde el Chino” y debajo cuatro caracteres en chino tradicional. Supuse que el dueño sería de Hong Kong o Candón y lo confirmé en la siguiente conversación.

“Mi papá vino de Hong Kong, tenía quince años y ahora tiene ochenta y pico años, huyendo de la segunda guerra mundial. Era campesino del pueblo, estaba mal, no había comida, vino buscando un futuro”, dijo Roberto Yim, el dueño del restaurante, unos sesenta años, de piel bronceada con una camiseta verde, hablaba español con acento caribeño. “Llegaba a Puerto Colombia y  abrió una tienda, en el mercado se dedicaba a abarrotados , en la 72 con 56, después abrieron sucesivamente un restaurante y un supermercado en La Y de los Chinos, eran varios socios. Se conocen por este nombre por la cantidad de chinos que se congregaron, pero la mayoría ha emigrado a Estados Unidos”.

Al momento de hablar sobre su familia, Roberto Yim no pudo parar  . “Mi papá se casó con una china, se la trajo acá. La vió en la foto de un periódico, porque ella  era periodista. Era de buena familia, su padre era médico.” Tiene dos hermanos y una hermana. Después de casarse con un chino su hermana emigró a Nueva York. Uno de sus hermanos se casó con una media china de padre chino y madre colombiana. “El otro, que ahora vive en Medellín, se casó con una taiwanesa que vino por intercambio a estudiar en la  universidad.” Roberto me miró y dijo

Dentro del restaurante, donde los clientes disfrutan la comida

El arroz chino con un toque barranquillero

Es un restaurante muy grande, con muchas decoraciones de elementos chinos, tales como unos relieves de fénix y dragón en la pared, una estatua de Buda Maitreya en la recepción, unos dibujos de imágenes chinas de la antigüedad. Este restaurante de 4 años de historia ocupa todo un jardín.

Todavía hay varios clientes a las 4 de la tarde comiendo arroz chino, “aún no hay otro restaurante chino como el nuestro alrededor”, dijo Yim. Le pregunté qué comida china ofrecía en el restaurante. “Arroz chino, chop suey, pollo agridulce, lo que la gente pide, de verdad la gente no sabe mucho de la comida china nada más que esto, por eso les da miedo pedir otras cosas, porque no sabe si es malo o bueno.”

Preguntando sobre la creencia  de que el mejor arroz chino se consume en Barranquilla, Roberto rió, y dijo: “eso dice mucha  gente, pero no sé por qué, prácticamente el arroz no es chino pero la gente lo llama arroz chino.”

Roberto Yim ya tiene dos nietos, quienes estudian en un colegio bilingüe, ya manejan español e inglés. “¿Ellos saben chino mandarín o cantonés?”, le pregunté. A lo que me respondió que no. Ellos no saben nada de China y sus lengua, pero siempre quería Roberto Yim que aprendieran chino. La hermana en Nueva York les manda periódicos chinos a veces, y los leen, así es la forma de recordar su patria remota.

Le pedí su nombre en chino, y me dijo un nombre con la pronunciación de cantones. Insistí que escribiera su nombre chino. “No recuerdo cómo es el dibujo.” dijo con una sonrisa embarazosa. Sólo pudo escribir dos caracteres de su nombre. Roberto Yim aún no ha tenido la oportunidad de ir a China para conocer el pueblo natal de su padre. Es un viaje que tiene planeado poder hacer en un futuro.  

 

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