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El Día mundial de la Poesía se celebró el pasado jueves 21 de marzo. Por esto les traemos unos poemas escritos por estudiantes de la Universidad del Norte.
Desierto
Por: Diana Arteta
He creado un desierto
en el cemento.
Aquí el tiempo
pasa lento.
Los días parecen años
Y me he cansado
de los meses,
de esperar,
de llorar.
Mi rostro,
demacrado,
no hace gala de mis años.
Yo sigo tan rota como siempre.
Pero, sigo floreciendo en
mi desierto.
Insufrible realidad
Por: Karolays Santiago
Intento escapar de mis pensamientos
Pero no me dejan dormir ni tengo a donde huir
Sueño con mis sombras y demonios
Extraño la simple época en que éramos monos
Nada de eso nos preocupaba
Quisiera despertar en un cuerpo nuevo
Uno que viva una vida normal
Pero cuando abro mis ojos me enfrento a la realidad, mi triste realidad
Mis pies dudan en tocar el suelo
De la cama no se quieren desplazar
No tengo porque hacerlo
Pero me desespero
Tengo un deber nada más
Y me voy a estudiar
Ahora no tengo más que eso
No tengo un padre que me de amor
No tengo una motivación
Ni de los placeres mundanos puedo disfrutar
Esta, es mi insufrible realidad
Puedo intentar bajar mangos del cielo
Pero los peces se burlan de mi incapacidad
Ya no puedo ni soñar
Escribo por ratos haciendo un retrato y así calmar mi ansiedad
Pienso en polvos mágicos y hojas de iguana que me hacen olvidar
Solo quiero escapar de mi realidad
No puedo aunque finja sonreír
Solo me quiero ir de aquí
Sé que nada de esto funcionará
Solo el tiempo perdemos
Para la demencia no hay remedio
Jamás saldré de este hueco
Solo quiero lo que los demás tienen
Amor y libertad
Extraño que te desnudes
Por: Marlon Barros
Extraño que te desnudes
Como se desnuda la brisa
Al rozar las hojas de los árboles
Para invitarlas a bailar.
Extraño que te desnudes
Como se desnuda la luna
En noches infernales
Sin cielo estrellado.
Extraño que te desnudes
Como se desnuda el sol
A mediodía
Y llama a aquel girasol explorador.
Extraño que te desnudes
Como se desnudan mis ojos
Cuando tienen algo que revelarte
Y me obligan a callar.
Extraño que te desnudes
Como te desnudas tú
Sin apartar de ti
Ninguna pieza de ropa.
Extraño que te desnudes
Como se desnudan tus tatuajes
Tallados en forma de lunares
Esparcidos en tu piel.
Extraño que te desnudes
Como se desnuda tu sonrisa
Cuando ocultas tus rencores
Cuando exhibes tu gozo.
Extraño que te desnudes
Como se desnuda tu seducción
Camuflada entre chistes
Y juegos de pequeña niña.
Extraño que te desnudes
Como se desnuda tu piel
Cuando modela tu perfección
Tu color moreno sabor a miel.
Extraño que te desnudes
Como te desnudas para mí
Como te desnudas para ti
Cuando eres mía.
Extraño que te desnudes
Como se desnuda tu alma
Como se desnuda tu ser
Como se desnuda tu amor.
Extraño que te desnudes
Extraño que me desnudes.
Nostalgia
Por: Diana Arteta
Sé que algún día extrañaré
este lugar,
esta ciudad,
esta gente.
Sé que algún día querré volver.
Sin importar
el calor,
el ruido,
el tráfico.
Y los atardeceres,
los árboles,
los graffitis,
las plazas,
las luces,
se esfumarán de
mi memoria.
Yo querré volver
a esta ciudad.
Yo extrañaré
esta ciudad.
Pero no quedará
nada de mí aquí.
Pues, me llevaré
mi niñez y
mi adolescencia
en la maleta.
Y no quedará nada
de esta ciudad en mí.
Pues, dejaré
los atardeceres,
los robles amarillos,
los graffitis,
las plazas,
las luces
y me iré.
Cicatrices
Por: Clara Caballero
Tengo tus manos grabadas en mis caderas que se mueven al ritmo de nuestra canción. Tu olor sigue en mí, y en mis sábanas húmedas y solitarias. Mis ojos se abren y no estás a mi lado, no hay rastro de ti, sólo recuerdos que invaden mi cabeza una vez al mes. Ha pasado mucho, y sigo recordándolo todo. Tus besos huelen a limón ahora que no estás, y las canciones me saben a tequila cada vez que las escucho, las personas ya no me emocionan, y la vida contigo, me recuerda lo lindo del amor. Intento leer de vez en cuando, para solventar mi soledad, escribo versos, te escribo cartas, pero el humo de los carros a veces me llena los ojos de lágrimas, y el sonido de tu voz me retumba a donde vaya. En mis sueños no apareces, y a veces extraño esa sensación, mis piernas extrañan enredarse con las tuyas y tu perfume me mira de lejos. Paso los días pegada a Dios, a mis libros y a los recuerdos de tu partida, me pregunto si hice bien, me preguntas si haces bien, no lo sé, amor, no lo sé, mis brazos se refugian en el calor de mi madre, y mis suspiros se oyen en toda la habitación, las escenas pasan de mí como un vendaval, arrasan con todo, arrasan conmigo, tu aliento recorre mi cuerpo, lento, respiro, respiras, silencio, voz, sueños, caricias, tú, yo. Mis manos se sienten frías y mi boca se seca con las brisas de Septiembre, nuestro septiembre, mis manos arden, cuando las saco de mí, y huyen, buscándote a ti. Tus ojos me llaman, aunque ya no los vea, escucho tu cuerpo pidiendo el mío, pero no escucho tu voz pidiendo que regrese, el mundo me sabe a sal, a lluvia, a una marea alta a través de una ventana, mis ojos se inundan como ellas, y tú, capitán, manejas el barco de mis emociones, dejando claro una vez más, que no sabes navegar. El sol se posa sobre mí y siento tus palabras en mi oído, tus brazos me recuerdan a la luna, y me cobijo con ella todas las noches, la cerveza no sabe a lo mismo y dejé el café para no llorar. El cielo me recuerda tus besos y ya no tengo a quién besar, amarte fue lo más estúpido e inteligente que ha hecho mi corazón, pues aunque quiera, sigues aquí, en el cielo, en la lluvia, en el sol y en la marea alta. Ahora, amor mío, el sol se volvió luna y el mar se calmó, pero amor, te lo juro, que mi voz aún sigue tu voz.