Por: Angie Palacio Labouz
Diego Fisherman, un reconocido crítico argentino del diario Página 21, el jueves 29 de Septiembre dictó una charla sobre la crítica y la labor periodística en el ámbito de la música. La conferencia nombrada “Letras sobre sonidos” que se llevó a cabo en La Pascasia, ubicada en la ciudad de Medellín, abarca distintos temas sobre el oficio, tales como: las dificultades de ser un crítico y como se encuentra la situación actual de esta labor tanto en Colombia como en Argentina.
Haciendo un poco de referencia a su pasado, Fisherman cuenta cómo pasó de ser profesor de música a ser crítico. En sus inicios, cuando aún no había avanzado la tecnología, enviaba sus escritos por el correo y escritos en máquinas de escribir, mientras cuidaba de su pequeña hija. Su experiencia como docente y sus profundos conocimientos sobre la música lo llevaron a ser uno de los críticos más leídos por la comunidad.
Sin embargo, ganar la credibilidad y confianza del público lleva mucho trabajo y dedicación. Como él mismo dice, “las críticas más difíciles son las de deportes y música, porque al contrario de las de política y economía, en éstas que se busca demostrar quién sabe más que quién”. Añade también, que a pesar de demostrar el amplio conocimiento que posee el crítico, el texto debe ser entendible para todo público.
Para hablar de música, se debe saber de música. No sólo conocer tres o cuatro canciones de un artista, sino tener las bases adecuadas tanto en historia, como en cultura músical para así poder realizar una crítica con argumentos. Por otro lado, uno de los puntos más importantes de su ponencia es la falta de preparación de los reporteros o los editores de las entregas, lo cual los lleva a cometer ciertas fallas, incoherencias o errores dentro de una publicación.
Para Fisherman, la labor del crítico se encuentra devaluada y esta responsabilidad se le asigna a personas que no suelen tener mucho conocimiento sobre el tema. Añade además, que esta tarea es complicada, debido a que la música es el reflejo de nuestra personalidad que suele transmitirse de generación en generación. Entonces, un crítico musical se enfrentará siempre a distintos gustos musicales entre su público.
La música, agrega Fisherman, al igual que otras artes se vale de la memoria. Un periodista dedicado a la crítica musical, no sólo debe valerse de sus conocimientos como un arma para ganar su credibilidad, sino que también tiene la difícil tarea de desligarse de su opiniones y ser lo más objetivo posible, porque “una cosa es el periodismo, y otra es el gusto”.
