Por María Camila Fernández
Los seres humanos nos dejamos llevar por la apariencia física, de las personas, de los objetos, de los lugares; y es por esto que al vivir alguna experiencia debemos sentirnos cómodos con el entorno que estemos observando para hacer de esta vivencia, algo exquisito y recordable.
Esto nos sucede en los restaurantes, muchas veces dejamos de frecuentar un restaurante no porque su comida no sea rica sino porque sencillamente no nos gusta la lampara que tienen junto a la mesa que siempre eliges, o porque las sillas no son lo suficientes elegantes para hacer de tu comida un momento perfecto.
Personalmente a mi en especial me sucede eso, me encanta sentirme en un lugar con una decoración que me genere paz, que me haga sentir especial y me cree una atmósfera de exclusividad, por esta razón quiero compartirles mi experiencia en un restaurante italiano, y les hablo del restaurante Martinique de la ciudad de Barranquilla.
El restaurante Martinique, posee dos sedes; la sede principal ubicada en la 51B y la nueva sede recién abierta en el nuevo centro comercial VIVA.
Imagen de fachada de la sede principal
Sede Centro comercial VIVA
Ambas sedes tienen una decoración retro, en donde acompañan la madera con objetos o accesorios que evocan al pasado , esto le da un estilo elegante pero a la vez vintage al restaurante.
DETALLES
Lamparas, candelabros, espejos, cuadros, son de los detalles que le dan el toque de exclusividad al restaurante.
Por otro lado, este restaurante se caracteriza por los murales con los que cuentan en ambas sedes, en mi opinión le da un toque único, que le aporta además una cuota de genialidad y autenticidad al lugar.
Mural ubicado en la sede C.C Viva
Adicionalmente a esto el juego de estilos que realiza el restaurantes con el uso de mosaico o baldosa hidráulico, piezas decorativa de cemento pigmentado las cuales eran muy común en casas de principio del siglo XX, le da personalidad al lugar y un toque de elegancia y sofisticación al espacio.
Personalmente, mi experiencia en este restaurante resulto ser muy agradable y cumplió con uno de los objetivos de un buen restaurante, hacerme sentir exclusiva. No solo disfrute de una comida deliciosa acompañada de un buen vino, sino que disfrute de una atmósfera peculiar.
Así que si buscas un lugar diferente exclusivo y además con una comida exquisita, para vivir una experiencia de lujo ¡Martinique es una excelente elección!