Por: Don Rogelio
El hombre se dispuso a seguir unos pasos que vienen de su propia orden y pensamiento, mientras que, vestido con su arrapo común color beige que recuerda a cualquier miembro de la clase obrera de ese sur de Barranquilla que tanto su mafia como el rival a vencer de ella tanto asedian, mira a su alrededor. Está en una especie de patio que contiene como adorno unas paredes grises incompletas y con un color de canas que gritan la existencia de una obra negra en el. Decidió que lo va a usar como ese escenario de la descarga de su expresión de venganza y destrucción.
En el se encuentra una silla vieja, que posee uno de esos diseños clásicos y que ahora se podrían considerar rústicos, se sienta, no derecho sino de medio lado, y, cual chef de bistro, decide llamar a algún subalterno de origen y destino desconocidos para cocinar su amenaza. Probablemente es uno joven, que sabe manejar un celular y puede grabar en un formato que cale entre la juventud que, tanto trabaja para el y escucha su comandancia y la de sus colegas como la que no. El objetivo es grabar un video para dar una orden que arribe al espacio de toda las redes sociales que se pueda, una orden para bañar en sangre la tierra.
Agarra una pistola pequeña que parece que reside sin incomodidad en el bolsillo de su jean azul oscuro, y un revolver calibre .44 tan reluciente que se vuelve como un espejo donde el maton se puede peinar antes de matar. Ocupa las dos manos y se pone en una pose de gangster que lo hace parecer portada de un álbum de música urbana. No hay proceso de filmación formal, asi que el subalterno solo debio haberle dicho un “ya”. En ese momento, con la piel café brillosa y una expresión que confirma su estado iracundo proveniendo de su semblante, reza:
-Bueno mis hermanos, la orden del día de Los Pepes es clara. El que esté jugando sucio y participe o se preste para las masacres como las que se hicieron en Barlovento y en La Loma, donde nos mataron a un poco de pepes inocentes, gente que no tenia nada que ver, gente inocente, gente que no estuvo nunca metida aquí.
En la expresion de cualquiera de esas palabras ansiosas por desatar su sentir furibundo, el hombre desenreda su proveniencia dentro del oscuro hampa local, aunque queda para un futuro que solo resolveran titulares o comunicados policiales el misterio de su nombre o su alias. Hace parte de Los Pepes, una banda criminal formada desde a causa de un arranque cuyo proposito de ser realizado era montar una disidencia a Los Costeños, una de las dos fuerzas organizadas con alma y estructura de cartel de los noventa beligerantes de la actual guerra de mafias de la ciudad.
Aquella disputa sangrienta e imposible de hacerla escapar de la notoriedad masiva genero un contexto con acciones sangrientas como las masacres que menciono el hombre, generando la revelación de una posible responsabilidad que no se habia otorgado, y que en realidad nunca habia sido buscada por unas autoridades comúnmente ausentes, a alguna organización de ser autora de la carnicería que resultó en cinco caidos en el sector La Loma en el barrio Villanueva , donde lo surreal se hizo presente cuando las balas se dispararon al son de un picó.
Aquel suceso hizo a su banda responder tardíamente, pero con la misma desazón e ira. No es evitable presagiar una respuesta llena de impotencia y sentimentalismo a nivel practico, pero aquello tambien se suele ver plasmado en las palabras amenazantes que en su impotencia son capaces de vociferar. Aquel hombre misterioso, enredado en esa misma actitud, sigue hablando mientras apunta con su pose en son de amenaza hacia la cámara, dictando con impotencia:
-Matando gente inocente, dañando el proceso de paz, los mata inocentes se van es a morir.
A la especulación universal dejó su palabra tanto la existencia de ese proceso de paz como la inocencia de los miembros de su organización. No había forma de saber si en la desavenencia con Los Costeños, está banda decidió sumarse a las negociaciones del gobierno con todo combo o agrupación del hampa nacional y si por eso les habían proclamado el comienzo de la persecución, pues el rival también ha expresado intencion por seguir esa travesía. O si existía un intento de hacer paz entre ambas organizaciones que se cayó por la aguas del fracaso y generó las sangrientas gestas de uno de los lados. Baños de sangre que, esperando devolver, aquel hombre ordena con palabras definitivas:
-A todo aquel que vea hablando o comunicándose con Castor. ¡Matenlo!, es una orden. No importa si dicen que es un primo, que es un amigo de la mujer y que no se puede hacer nada, se muere.
Y con aquella orden, se ha servido un baño de sangre que no ha comenzado, pero que promete arrasar con todo lo que este a su alrededor, a pesar de que la intención según este hombre en su vida sea ordenar atacar al ahora revelado contrincante, alias Castor, líder de Los Costeños, y a su gente. A esta ciudad le ha tocado tener para un futuro próximo una sumergida en el mar de sangre, balas y dolor que se aumenta por partida doble con esta disputa, la que comienza con la espera de la respuesta con bala o explosivo a esta orden dada en un video que parece que fue hecho para ser viral.