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Por: Melissa Fayad

Álvaro anhelaba ser como su padre en la profesión de la que se enamoró, así que de la mano de él, inició su camino por la odontología hasta independizarse. Ha pasado por diferentes retos que le ha tocado superar y le han llevado a crecer tanto en lo profesional como en lo personal. Actualmente es dueño de su propia clínica.

Un consultorio de odontología, millones de sueños. En la pared detrás del escritorio hay 30 diplomas enmarcados y colgados, y faltan aún 10 más por colgar. Ha salido adelante cargando con el difícil peso de ser igual o mejor que su padre, quien tuvo un gran nombre durante toda su vida profesional, y en el intento de no quedar bajo su sombra, entre largas horas de estudio de cursos, especializaciones, diplomados, magísteres y entrenamientos con especialistas internacionales, ha llegado a ser uno de los odontólogos más destacados de Barranquilla.

Con su sonrisa característica, Álvaro Donado Cortés despide a su último paciente de la mañana. A pesar de haber tenido una larga mañana llena de mucho trabajo, sigue manteniéndose con la mejor actitud, alegre, motivado y positivo. Tiene puesto su uniforme azul, que combina con los colores del logo de su clínica odontológica “Centro de
Rehabilitación Oral y Estética Dental Avanzada Dr. Álvaro Donado
”, y forros para sus zapatos y su tapabocas por las medidas de bioseguridad.

Álvaro se sienta en su escritorio y mira a su alrededor. Hace poco hizo la remodelación de su consultorio para ampliarlo y que fuese más cómodo tanto para él, como para sus pacientes. Ha invertido mucho tiempo y dinero durante sus años como odontólogo, pero cada peso ha valido la pena. A sus 39 años se siente orgulloso porque desde los 25 tiene su propia clínica, que cada vez crece más, y está haciendo lo que ama.

– Nadie se imagina por todo lo que he pasado para llegar hasta aquí.


¿Futbolista profesional u odontología? Un gran dilema que presentaba Álvaro, recién graduado de bachiller. Tenía ofertas llamativas para entrar al fútbol profesional colombiano y él estaba feliz por esto porque el fútbol era una de sus pasiones. Sin embargo, decidió cursar una carrera profesional ya que para los años 90 la situación de los futbolistas en Colombia no era tan buena como hoy en día, había pocas oportunidades para jugar en el extranjero.

Odontología, su carrera predilecta debido a la influencia de su padre, el doctor Álvaro Donado Hurtado, quien fue el primer odontólogo implantólogo en toda Colombia. Aunque Álvaro no vivió en su juventud con su padre debido a la separación de este con su madre Elizabeth Cortés, todas las vacaciones se la pasaba con él y allí tenía la oportunidad de verlo cambiando vidas mediante la odontología.

“Tuve la oportunidad de estudiar en Bogotá, pero mi abuelo materno me dio uno de los mejores consejos que pude tener en mi vida. Él me dijo que por más universidad que yo escogiera en Bogotá, jamás iba a tener un profesor como lo era mi padre”. Y fue así como Álvaro decidió estudiar su carrera en la Universidad San Martín en Barranquilla, mientras por otro lado aprendía del mejor, su papá.


Su primer paciente de la jornada de la tarde había llegado. Álvaro es especialista en rehabilitación oral, estética dental avanzada e implantología, es decir, realiza cualquier procedimiento relacionado a recuperar la sonrisa de las personas. El turno es de su paciente, al que le realizará un diseño de sonrisa.

– Primero déjame tomarte unas fotos para registrar el antes y el después de tu sonrisa – le dijo Álvaro a su paciente.

– Claro que sí, doc, hágale con confianza – le respondió su paciente.

Álvaro desde siempre trata de mantener relaciones de confianza y mucho respeto con sus pacientes, ya que cree que la parte humana es fundamental en su trabajo.

– ¿Cómo no voy a confiarle mi sonrisa al doctor Álvaro? Durante estos meses me ha estado realizando procesos para recuperarla. Es un excelente profesional, y sobre todo, un gran ser humano – afirmó su paciente ya preparado para el procedimiento.


La parte humanitaria de Álvaro no llegó por sí sola. Para graduarse como odontólogo, le exigieron realizar un año de servicio social, y él decidió realizarlo en la red hospitalaria de la ciudad de Barranquilla, cubriendo el puesto de salud Simón Bolívar. Durante ese año estuvo atendiendo pacientes afiliados al Sisbén que llegaban con múltiples problemas
orales. Desde ese año empezó a resaltar por su distinguida labor como odontólogo y como ser humano, y a partir de esto, su nombre resonaba entre las personas y líderes sociales que habitaban en esa zona.

Después del año de servicio social y gracias al reconocimiento que obtuvo en este, a Álvaro le llegó una propuesta de la Alcaldía de Barranquilla, en ese entonces, al mando de Guillermo Hoenigsberg. La primera dama realizó un proyecto de acción social y se lo dio a un rehabilitador oral que fue docente de Donado en la universidad, y lo primero que hizo
con el proyecto fue ofrecérselo.

Dos años duró trabajando en el proyecto de la Alcaldía que consistía en realizar las prótesis totales, comúnmente conocidas como las “chapas”, a todos los adultos mayores de bajos recursos de la ciudad. Fueron más de 2.000 prótesis, más de 2.000 historias.

– Durante este tiempo conocí muchas historias sobre las problemáticas de nuestra sociedad, sobre las riquezas que tenemos las personas que vivimos en un hogar, con una familia y con el pan de cada día. Empecé a valorar mucho más las cosas en mi vida a partir de esta experiencia.


Álvaro acaba de terminar el diseño de sonrisa de su paciente y se sienta nuevamente en su escritorio. En su espacio de
procedimientos se queda Kelly Trespalacio, higienista oral que trabaja como mano derecha del doctor. Kelly lleva 14 años trabajando junto a Álvaro en su consultorio.

– Llevo muchos años trabajando con el doctor Álvaro y ha sido una experiencia enriquecedora y llena de muchos conocimientos – dijo Kelly.

– Así es, ella ha visto el crecimiento que he tenido como odontólogo – afirmó Álvaro.

Pensar que empezó con la idea de que iba a trabajar en la clínica de su padre, ya que tenían la misma profesión, pero decidió independizarse y arriesgarse porque no se sentía satisfecho, abriéndose así camino él solo por el mundo de la
odontología, que en Barranquilla, es muy complicado de hacer.

– Recuerdo que después de unos años de trabajar con su padre, él decidió arriesgarse e independizarse, y al final, fue la mejor decisión que pudo tomar – cuenta Kelly –. El primer consultorio que tuvo fue aquí mismo, en la calle 84 con carrera 46, donde está la clínica hoy en día, pero antes solo era un consultorio. Poco a poco ha ido construyendo la clínica que hoy en día se llama ‘Centro de Rehabilitación Oral y Estética Dental Avanzada Dr. Álvaro Donado’, y aquí trabaja de la mano con los mejores profesionales.


Hace cinco años Álvaro sufrió lo que considera el golpe más duro de su vida. Álvaro tomó la decisión junto a su esposa de divorciarse. Se dieron cuenta de que no estaban enfocados en los mismos proyectos y decidieron separarse.

A los pocos meses, aún durante el proceso de divorcio, Álvaro recibió una noticia inesperada.

– Álvaro, tu padre falleció.

Fueron cuatro palabras que lo sorprendieron, y después de asimilarlo, lo quebraron. Él no entendía por qué había fallecido de repente. Fue un golpe muy duro por todo lo que significaba su padre en su vida, además de todas las enseñanzas que tuvo de su parte.

El fallecimiento de su padre le trajo a Álvaro un gran impacto y dolor, pero fue transformándolo para a partir de esto, poder seguir creciendo como persona, y como profesional.


Hoy en día, después de haber pasado por diferentes sucesos que le han ayudado a crecer como profesional y como persona, se ve pleno y feliz. Álvaro se acomoda su barba por debajo del tapabocas y analiza su vida mientras mira las fotos que tomó de la sonrisa del paciente.

– Considero que estoy en el mejor momento de mi vida, amo lo que hago y tengo fe en todos los proyectos que vendrán. Todas las situaciones por las que he pasado me han servido para transformarme y para tener una mejor visión de mi vida. Lo único que tengo claro es que seguiré manteniendo la fe en Dios, la fortaleza mental, la esperanza y la seguridad en mí mismo.

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