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Por: Karol Arenas, Natalia Orozco, Rosa Ruiz y Sebastián Valest.

En Barranquilla,  se pueden encontrar venezolanos con título profesional que se ven forzados a trabajar en lo que se les presente con tal de permanecer en el país y no tener que regresar a Venezuela.

Son aproximadamente las 12 del mediodía. La entrada de un centro comercial, ubicado en el norte de Barranquilla, está bañada por los rayos del sol que iluminan los rostros de personas que entran y salen de él. Al fondo se escuchan las bocinas de los carros cada vez que el semáforo cambia a verde. El ruido no es un impedimento para que el venezolano Diego Tornay comience a contar cómo ha sido su travesía al llegar a esta ciudad.

Este recorrido, marcado por un sinfín de obstáculos, comienza con la “difícil” decisión de salir de Venezuela. “Es muy fuerte marcharme de mi hogar y pasar muchos estados para llegar a un nuevo lugar e intentar rehacer mi vida. Uno pasa por muchas situaciones en las que nos rodean alcabalas de militares que no nos dejan hacer un viaje natural y tranquilo, ellos nos tratan como si fuéramos narcotraficantes”, afirmó Tornay, quien estudió Producción Audiovisual en su país y ahora es vendedor en una tienda de globos de la ciudad.

La puerta principal del centro comercial se abre, dejando salir un poco de aire frío, mientras tanto Diego rememora su pasado. Sus ojos cambian de dirección y en ellos se refleja la nostalgia de quien dejó su país en busca de una mejor vida. “Desde que llegué a Colombia me di cuenta de que la moneda venezolana no valía nada. Todos mis ahorros y lo que yo pensaba que me iba a servir para algo acá, realmente no sirvió, sino para mantenerme tres días”, expresó Diego.

Convalidación y trámites

Niños menores de edad, mujeres embarazadas, adolescentes, hombres, se han tomado el Parqueadero de la terminal/Foto Natalia Orozco.

En la Arenosa el sol ya ha seguido su curso, así como ha tenido que continuar la vida de muchos venezolanos, a pesar de la distancia con sus familiares. “Comencé a salir a la calle con un amigo y empezamos a buscar trabajo, en principio fue duro (…), pero llegamos acá para laborar en lo que fuera. Sin embargo, se nos hizo bastante complicado no tener los papeles o permisos para trabajar. Prácticamente no teníamos oportunidades y pensamos que tendríamos que devolvernos a Venezuela, pero eso habría sido la peor situación”, comentó Tornay.

Estas son las mismas oportunidades escasas que tienen muchos venezolanos al momento de obtener el dinero necesario para la realización de todo el proceso de convalidación -homologación del título profesional-  si su carrera es regulada, es decir, que comprometan el interés social. Actualmente, según el marco legal del Ministerio de Educación, existen en Colombia alrededor de 60 profesiones reguladas como: Abogacía, Medicina y Cirugía, Ingeniería Química, Dirección Escénica y el Doblaje en Radio y Televisión, Nutrición y Dietética, entre otras.

No obstante, el panorama de los venezolanos se vuelve más “oscuro” cuando analizan que no solo es necesario buscar el dinero del proceso de convalidación (540.700 pesos colombianos en el caso de pregrados o 614.500 pesos para las maestrías) sino que, también, deben conseguir un presupuesto mayor ya que este trámite solo se puede realizar en la ciudad de Bogotá.  Además, deben esperar entre 2 y 4 meses -dependiendo del tipo de trámite al que sea asignada su solicitud-  para obtener la homologación de su título.

Venezolano habla de la discriminación a la que está sometido/Foto Karol Arenas.

“Colombia es un país centralizado porque todos los trámites se hacen en Bogotá. (…) Es mucho papeleo el que uno, como migrante debe realizar”. Por otro lado, “yo estoy buscando una mejor economía, una estabilidad, así sea en cualquier otro tipo de trabajo, aunque no sea en el que yo me gradué. Con esto tendré el dinero necesario para ir a realizar todos los papeles requeridos para laborar de lo que estudié”, afirma Frank Teherán, otro ciudadano venezolano, que actualmente reside en Barranquilla.

Sin embargo, los venezolanos no solo han tenido sufrir por el distanciamiento de sus seres queridos, la falta de dinero y las pocas oportunidades para trabajar, sino que, también, deben soportar, a menudo, constantes hechos de discriminación y xenofobia.

El economista y comunicador social Alberto Martínez expresó que “esta coyuntura -el ingreso de venezolanos- tiene que analizarse desde el lado humanitario (…), tenemos que asumir la emergencia que están viviendo nuestros vecinos y reconocer la mano tendida que alguna vez ellos nos ofrecieron cuando la economía colombiana, en especial la de la Zona del Caribe, estuvo afectada y se produjo grandes migraciones al vecino país”.

Historia de migraciones

No eludamos que Colombia y Venezuela no solo comparten una de las fronteras más grandes, con aproximadamente 2 mil 200 kilómetros, sino que también, los vincula una larga historia de migraciones.

En el último boletín migratorio revelado en septiembre, Migración Colombia informó que al país ingresaron, solo en ese mes, 37.119 mujeres y 42.187 hombres, para un total de 79. 306 ciudadanos de nacionalidad venezolana. Sin embargo, en este momento en el país hay alrededor de 202 mil nacionales del país vecino.

Permiso Especial de Permanencia/Foto de Migración Colombia

En la mayoría su motivo de viaje, según lo expresado en el control migratorio, fue turismo y visita temporal. Aunque cabe aclarar que, también, han llegado a Colombia venezolanos con documentos temporales de trabajador u otros tipos de permisos o visas.

Por otra parte, como medida reguladora, desde el 3 de agosto hasta el 31 de octubre se implementó el Permiso Especial de Permanencia (PEP) que permitía a venezolanos que entraron legalmente al país antes del 30 de julio, trabajar, estudiar y realizar cualquier tipo de actividad dentro de Colombia. Aunque se debe tener en cuenta, a su vez, que este permiso tiene una vigencia de 90 días, pero puede prorrogarse hasta un máximo de 2 años.

La travesía no termina

Tornay, productor audiovisual, ahora vendedor de globos/Foto Natalia Orozco.

La travesía de los venezolanos en Colombia, especialmente en Barranquilla, no se acaba con la convalidación de sus títulos profesionales y mucho menos con la obtención de un permiso o una visa ya que tampoco se puede obviar la alta tasa de desempleo de Colombia.

Según el último informe del DANE, en el mes de septiembre, esta tasa se ubicó en 10,5%, cifra que no solo afecta a los colombianos sino también a los venezolanos, puesto que al ser más alta, las posibilidades de obtener un trabajo para mejorar su situación económica, y por ende gran parte de su vida, se vuelve a ver obstaculizada. Es decir, se trata otro factor no tan fácil de resolver pero que igual, junto a otros más, también deben afrontar.

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