Por: Krystell Cabrera Correa
Lucía igual, justo así la recordaba desde la última vez que la ví, cuando desfilaba y aplaudía animando a las bailarinas de su comparsa en el 2011, mientras ellas danzaban al son de tumbayé, el grupo musical que tocaba aquel sábado de Carnaval en la Batalla de Flores en plena vía 40, el escenario más grande de la ciudad de Barranquilla y el país entero, en épocas carnestolendas. Sus ojos pequeños y achinados como resultado de una gran sonrisa me recibieron cuando anuncié mi llegada al lugar del encuentro, el salón de danzas de la Escuela Normal Superior La Hacienda, de inmediato me dio un fuerte abrazo y me invitó a seguir.
El salón de danzas estaba lleno de cuadros con imágenes que guardaban momentos importantes relacionados con el Carnaval de Barranquilla, vestidos y decoraciones que serían parte de lo que usarían para los próximos cuatro días del carnaval 2020 que se avecinaban para ese entonces, y un espejo grandísimo que cubría gran parte de las paredes del lugar. Luego de que diera unos cuantos pasos me ofreció asiento y de una vez nos sumergimos en el diálogo.
En medio de risas Xenia Esther Fernández Escobar empezó a recordar su infancia y juventud con mucho entusiasmo, resaltó que siempre fue una niña muy normal llena de muchos sueños y aspiraciones como ser maestra, y fue allí en esas inexplicables vueltas de la vida que empezó a florecer dentro de ella una inmensa afición por la danza, en ese instante aclaró su garganta y añadió: “fue el puente perfecto para cruzar y adentrarme al mundo de la docencia, entonces empecé a trabajar por todos los medios para luchar y capacitarme en ello”.
Mientras ella contaba cómo llegó la danza a su vida, lo único que pensé fue que esa vena artística tenía que provenir de algún lugar, bien dicen que todo tiene un origen y razón de ser, entonces le pregunté que de dónde descendía esa pasión por el baile. A esto, Xenia Fernández sonrió y dijo: “es la hora y yo todavía me pregunto lo mismo, las veces que he intentado llegar a una conclusión con lo único que puedo relacionar esto de la parte artística es por el tramo paterno, mi abuelito hizo parte de una banda musical llamada El Repelón”, cuenta que para ella y su familia siempre fue muy extraño encauzar la razón del gusto por la danza, añadió que su padre cuando la veía coreografiar los bailes del colegio, también se hacia la misma pregunta y en la búsqueda de una explicación lo relacionaron con su abuelo, pero afirma que para ella esa conclusión no tiene mucho sentido. En medio de la conversación una señora mayor entra al salón de danzas, Xenia de inmediato le hace una seña con su mano, tratando de decirle que la esperara un momento, ahí entendí que tenia poco tiempo para culminar la entrevista.
Xenia Fernández es fundadora de una comparsa de fantasía llamada Rumbón Normalista, con ella ha ganado numerosos congos de oro (galardón más importante del Carnaval de Barranquilla) y junto con su fundación artística Destellos, de la cual también es fundadora, ha viajado alrededor del mundo representando la cultura y el folclor del caribe colombiano a nivel nacional e internacional. Lo anterior, le ha permitido tomarse distintos escenarios, lo que la ha llevado a adquirir reconocimiento y prestigio en el medio en el que ella se desarrolla.
De esta parte de su vida Xenia comentó, mientras se apretaba la “cola de caballo” que lucía en su cabello, cómo había llegado a su vida la idea de crear una comparsa de fantasía de la cual también hizo parte como bailarina. La idea de crear una comparsa, cuenta Fernández, que surgió ante la necesidad de tener algo con su sello personal.
Esta mujer que viste de ropa deportiva y tenis la mayor parte de su tiempo admite que siempre ha sido muy perfeccionista, perteneció a distintos grupos de baile entre esos “La “cipote vaina” y la comparsa de fantasía “Barranquilla en carnaval”. No obstante, confiesa que casi nunca disfrutaba de los desfiles y presentaciones por estar pendiente a lo que no se debía hacer y tratando de corregir cada detalle cuidando que todo estuviese “perfecto”, entonces, a partir de ahí nace la idea de tener algún día una comparsa en donde se estuviese en cuenta todas esas cosas que no se debían hacer y las que sí para que fuese todo un espectáculo.
Fernández también es docente de danzas en la Escuela Normal Superior la Hacienda, pasa la mano sobre su cabeza, y cuenta que cuando ingresó a laborar en esta escuela el rector que estaba a cargo en aquella época tuvo la idea de presentar una muestra artística en el Teatro Amira De La Rosa en donde se presentara como tema principal el carnaval de Barranquilla, durante la presentación se hicieron homenajes a distintas danzas y grupos de baile como la cumbia, el mapalé , entre otros, “en aquel tiempo el boom era la comparsa de fantasía de Moncho de Castro y nosotros también le hicimos un homenaje a este grupo, y no es por alardear, pero quedó tan bien que sentimos las necesidad de que Barranquilla tenía que conocer este espectáculo, entonces nos inscribimos en el carnaval y partir del año 1996 empezamos a ser parte de la fiesta más importante de Barranquilla”.
Aquel espectáculo estuvo integrado por estudiantes, egresados y padres de familia de la Escuela Normal Superior la Hacienda, entre todos ellos llegaron al acuerdo de colocarle de nombre a lo que en ese entonces sería el comienzo de un gran proyecto, El Rumbón Normalista, con la excusa de que tenía que sonar como lo que sería (algo grande) “de ahí nace la palabra Rumbón y Normalista en honor a la escuela Normal”, añadió Fernández.
Así, de esa forma tan natural e inesperada fue que Xenia se comenzó a adentrar poco a poco en el mundo cultural de la ciudad de Barranquilla, su comparsa fue adquiriendo reconocimiento con el paso del tiempo por la calidad, alegría, fuerza y creatividad de cada una de sus presentaciones e iniciaron a ser tomados en cuenta para hacer parte de distintos eventos de la ciudad. Pero, a Xenia no le basto con ser la directora de esta comparsa ella quería ahora algo más propio e independiente de cualquier entidad, fue allí donde nace la Fundación Artística Destellos “todos sabemos que el Rumbón Normalista es de la Escuela Normal, por ende, para cada cosa que yo quiera hacer con esta comparsa debo necesitar antes la aprobación del rector/a para todo. No quiera Dios, si algún día hay un cambio de rector y se dé el caso de que sea evangélico, chao Rumbón. Entonces quise asegurarme y tener algo que fuera mío para, además, darle la oportunidad a niños y niñas de otros colegios y lugares de la ciudad a que fueran parte del proyecto” mencionó Xenia.
La calidad de los trabajos dirigidos y coreografiados con el sello de Xenia Fernández permitieron abrir mucho campo para ambos grupos (el Rumbón y la Fundación Artística Destellos) fue de esa manera que el nombre de esta directora y coreógrafa empezó a sonar por los distintos rincones de Barranquilla y, como era de esperarse, comenzaron a llover las oportunidades.
Dicen que el que bien siembra obtiene buenas cosechas, y esto fue lo que le ocurrió a Fernández. Contratos, viajes, menciones y reconocimientos fueron aterrizando en la vida de Xenia y en los integrantes de sus grupos de baile. Es así, como diferentes reinas del carnaval comenzaron a solicitar su ingenio y el talento de sus bailarines para llevar a cabo distintos eventos del carnaval como bandos y coronaciones, incluyendo la de su propia hija María Alejandra Borrás Fernández, quien fue elegida por decreto como la primera Reina del Carnaval del Atlántico en el año 2018.
Recientemente, Xenia dirigió artísticamente la lectura del bando de la actual reina del carnaval 2020, Isabella Chams Vega, compromiso y responsabilidad que se le fue otorgado por concurso, un espectáculo que preparó durante tres meses “presenté la idea que tenía a Carnaval S.A y a la reina Isabella, a los directivos les gusto y quedé ”, señaló Fernández. El trabajo para preparar y dirigir espectáculos como bandos y coronaciones es muy complicado, se requiere de mucha disciplina y esfuerzo decía Xenia, mientras puntualizaba con sus manos expresó: “cada trabajo que organizo y dirijo tiene mucho compromiso y sacrificios por detrás, tanto míos como de mis bailarines, el público solo ve la parte bonita del trabajo que es el show y espectáculo, pero detrás hay más”.
Los bailarines son los verdaderos protagonistas de las creaciones artísticas, pero sus presentaciones no solo las componen ellos sino también los vestuarios, peinados y maquillajes y son esos gastos los que a veces son para Xenia Fernández causa de estrés. Cuenta que ellos contribuyen mucho, pero es consiente de que no todos tienen las facilidades económicas para estar llevando tales gastos y le suma que en la mayoría de los casos no reciben ningún reconocimiento por su labor y esfuerzo.
Sentada sobre una silla plástica con las piernas cruzadas esta docente, coreógrafa y directora artística, manifiesta su preocupación por la poca remuneración que tienen los bailarines “a pesar de que en ocasiones se les reconocen algunos gastos como meriendas y transportes, aun no tienen el suficiente reconocimiento por su trabajo, ser bailarín también debe ser considerado una profesión, porque eso es trabajo… estamos mejor pero aún falta un arduo camino por recorrer” finalizó Fernández.