Por: Isabella Visbal @isabellavisbal1
En toalla y con el cabello mojado, abría la puerta de su apartamento. Con una sonrisa en el rostro y un poco apenado, me recibió. Luego de aproximadamente 10 minutos sale de su cuarto, con un particular jean, camisa negra y con sus “rulos” bastante definidos, me da la bienvenida formalmente mientras hace varias preguntas para obtener alguna información mía o simplemente para mostrarse amable.
Su apartamento, cubierto la mayor parte por espejos, es bastante espacioso y muy lujoso. Me acompaña su mascota, un perro llamado “mister”, que parece más bien una bola de algodón andante. En la mesa que tengo justo al frente hay una biblia enorme que tiene en su portada escritas unas letras doradas que dicen “Biblia para hombres”, y al lado un folleto que aparentemente es de un estudio bíblico.
José Manuel Castellón, mejor conocido como Joselo primeramente aclara que su nombre artístico no tiene nada que ver con su nombre real. Cuenta que todo empezó en el año 1997 cuando en una audición conoce a Ley Martin, y éste lo ve interpretando al famoso Joselo, un humorista venezolano al cual admiraba mucho. “Tú eres Joselo, pero de Colombia” fueron las palabras de Ley Martin una vez terminó su presentación, con las cuales fue bautizado de inmediato.

Joselo es de los comediantes más reconocidos en Colombia.
Joselo no se considera un gran imitador, está convencido que es un imitador atípico. Cree que es un don que tiene desde que nació, que las voces vienen a su mente y muchas veces no se lo propone. “Yo no ensayo con la voz, yo no ensayo grabando. A mí me viene a la mente y digo: esta voz la hago y ahí si comienzo a ensayar. Es algo extraño, porque la voz me suena en la mente, y ahí traigo a colación los gestos, cómo colocan los maxilares, cómo respiran al momento de hablar porque yo trabajo en base a la recordación. No guardo imágenes y tampoco me encierro en un estudio para que una voz me salga”
Desde muy niño imitaba y hacía varias voces extrañas. Sin embargo, una de las metas que no pudo cumplir siendo adolescente fue estudiar “Arte dramático” debido a que su padre no se lo aprobó y decidió renunciar al sueño para no llevarle la contraria. “Yo a mi papá le dije muy niño, estudiando en escuelitas de barrio, yo quiero estudiar Arte Dramático y mi papá me dijo que eso era para maricas y yo preferí quedarme callado porque mi papá no tenía ni idea de lo que era eso aunque le gustaban las novelas mexicanas”.
Para Joselo, el comediante nace, no se hace. Por esa razón cree que sus dos hijos tienen talento desde muy niños para la actuación. Resalta, que el hijo mayor de tan solo 10 años, con el cual ha grabado varios videos, propone y tiene criterio estando en escena lo cual le parece “bacano” y le emociona. Así también tiene la esperanza de que sus dos hijos se dediquen a ser comediantes, aunque ellos no lo quieran ahora.
Se considera “una persona tímida por naturaleza”, aunque no parezca. No busca llegar a un lugar para impresionar ni para que lo reconozcan como el comediante o el centro de entretenimiento, no le gusta trabajar bajo presión y en definitiva no es bueno contando chistes cuando alguien se lo pide. “Yo siempre voy perfil bajo porque soy tímido por naturaleza, que me lanzo es diferente. A mí cuando me dicen “haz algo” prefiero decirles que me contraten porque ese es mi trabajo, yo no llego de payaso a un sitio porque no es lo mío”
Uno de los momentos más duros que le tocó afrontar fue sin duda la vez que siendo administrador de una compra y venta en el año 1987, la atracaron y duró 24 horas estando en la cárcel acusado de ser el culpable del robo. Debido a ese incidente quedó por mucho tiempo con delirio de persecución “Al salir de ahí yo sentía delirio de persecución porque a mí no me apoyaron los dueños de la compra y venta, sino que a mí me miraron como un sospechoso más y yo les explicaba que quien había dicho que yo era quien abría la caja fuerte era un hermano de ellos. Tanto fue que eso me produjo una úlcera por el estrés que llevaba”
Gracias al tiempo y a la tranquilidad del saber que no había hecho nada malo, después de muchos años, logró superar este temor. Sin embargo, hoy en día tiene pesadillas las cuales cree que todavía trabaja en una compra y venta y que tiene que ir a rendirle cuenta a su jefe del descuadre tan grande que tiene durante todos estos años.

Con su esposa, Johana Ensuncho.
Indudablemente, uno de los motores que lo ha impulsado a su vida de éxito es Dios. Cuenta que él no creía en algo que no veía, por eso durante mucho tiempo no creía en que existía un Dios. Solo después de un accidente que sufrió, se le reveló la verdad, como él mismo lo dice, y todo en su vida empezó a cambiar “Yo hace muchos años no creía en Dios, yo fui materialista, creía más en la materia que en otra cosa”. Hoy cree que Dios es el creador del humor y de todo lo que existe, que es Él quien le ha dado su talento, con el cual busca más que hacer reír a la gente.
A pesar de interpretar personajes que van en contra de sus principios, no le tiene miedo a las críticas que le hace el mismo gremio cuestionando la manera de abordar algunos temas. “Señalaban a Jesús que nunca hizo nada malo, ahora a uno que es un pobre pecador”. De esta manera no busca con sus personajes juzgar a otros o sentenciarlos, solo es su manera de pensar y eso no lo puede ocultar.
Actualmente asiste a una iglesia cristiana en Barranquilla, en la cual, junto a su esposa lideran un ministerio de parejas, después de superar un momento difícil en su matrimonio “Yo a mi esposa le fallé y cuando eso sucedió se nos vino el mundo encima, porque el adulterio trae ruina”
El legado con que quiere que sus hijos lo recuerden siempre es la alegría y el amor.