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Por: María Camila Rodriguez

Mauricio Cujar Hidalgo no madruga, probablemente se despertó a eso de las diez, se bañó, se cambió, desayunó, se despidió de su esposa y sus dos hijos para luego salir al canal. Su día laboral empieza a las 11 a.m. y termina a las 7:30 p.m., las horas cuando no hay pico y placa en la ciudad de Bogotá. Vestido de pantalón y camisa blanca, lleva en sus muñeca izquierda varias pulseras y una esclava de la Fuerza Aérea Colombiana, recuerdo de su fallecido hermano Camilo;  este hombre que mide 1.80, de tez blanca, ojos color miel, y complexión gruesa, entra a la cabina de grabación, se acerca al micrófono y empieza a recitar el libreto para la próxima parrilla del Canal RCN.

Mauricio y su voz son dos seres diferentes, el primero es un ser alegre y reflexivo; el segundo es un ente mágico, que al fusionarse crean un hombre polifacético, – yo utilizo mucho la actuación para hacer las promos…cuando hay alguna sugerencia, obviamente la aceptó y la trabajamos, por ejemplo, cuando iba a empezar Azúcar, los creadores querían una voz normal y la hice dejándome ir y comentándola –, dice mientras me recita aquella cuña, – hice como 40 y pico de locuciones, de intenciones y tonos combinados… y al final escogieron el primero que propuse –, nos reímos.

Nació el 21 de diciembre de 1975, hijo de un militar y una hermosa mujer llanera, el segundo de cuatro hermanos, que crecieron de ciudad en ciudad hasta llegar a Barranquilla, donde vivió 29 años, – yo estuve en la Escuela Naval de Cartagena haciendo la carrera de Oficial, pero decidí retirarme cuando era Cadete de segundo año. Entonces mi papá me dijo: “listo, pero ¿qué va a estudiar?” y yo pensé: “que no tenga matemáticas, que me guste, que no cueste mucho”… al mes ya estaba matriculado en la Autónoma para estudiar Comunicación Social…cuando entre me enamore de la carrera y al final fui el quinto mejor de la promoción–

-¿Y cómo recuerdas al Mauricio de aquellos años?

-Si tú hablas en la Autónoma y entrevistas a algún profesor mío, a Guillermo Mejía, a Belinda García, a todo el combo de profesores, te van a decir que yo era un ¡loco!… un loco con talento. Porque me la pasaba mamando gallo, cantando, gozando, disfruté mucho la carrera por eso… porque no la tomé como una cárcel estudiantil…y pues siempre he sido así, ¡un loco soñador!

Desde entonces pasaron muchos veranos e inviernos en su vida, hasta llegar a ser un actor. “Mi primer trabajo actoral fue una coincidencia de Dios, resulta que yo dejé a mi esposa en un casting, después ella volvió, y me contó lo que había pasado con este “señor” que se las picaba; yo odio la gente prepotente y gracias a eso fui al casting, y como no tenía experiencia actoral, el director Guillermo Iván, me puso a improvisar… lo hice y me quede con el personaje que aquel man quería en la película Bola e’ trapo… lo más chévere es que fui al casting informal, en bermuda, tenis y una camisa de futbol americano, y le encantó tanto al director, que esa fue la pinta de mi personaje Nene”.

Aquel fue el principio de todo. Desde entonces lo llamaron para otros castings, el primero Amor de Carnaval del Canal Caracol, donde interpretó a El Tavo Molina, – lo chévere fue que iba a hacer un capitulo y termine haciendo 39, y me dieron la libertad de vestirlo y ponerle mi forma de hablar –. Gracias a este personaje Guajiro  lo llamaron de la novela Rafael Orozco, El ídolo para ser Chepe Pinto, – yo tenía mi empresa de eventos y me iba muy bien, y pensé, si ya salí en cine y en televisión, ¿será que si o será que no?… al final dije: bueno vamos a darle pa’ ve, fui a Bogotá, audicioné y quedé –. Así se fue tejiendo el destino que le trajo muchas oportunidades más, interpretó a El Ñato en El día de la suerte, Flechas en Tiro de gracia, Estiwar en Metástasis, Valderrama en Alias El Mexicano, Mario Pinar en Diomedes, Armando Pérez Roura en Celia, Don Berna en Narcos 2, Bambi en Paradise Lost, Plinio Mendoza en Roa entre otros personajes de cine y televisión.

-¿De todos los personajes que has interpretado cual representó un mayor reto actoral?

-Armando Pérez Roura de Celia, porque representaba el sufrimiento de un pueblo cubano que estaba siendo arrasado por la tiranía. Recuerdo esta línea en especial, (Mauricio adopta el tono de quebranto de aquella misma escena)  en este momento las calles de mi Cuba están totalmente controladas por la tiranía… los niños ya no ríen, la gente en la calle ya no sabe qué hacer, se muere mi gente, mi sangre… ¡esa escena fue tenaz!, la directora Liliana Bocanegra y hasta yo terminamos llorando. El hombre ya tiene 84 años y sigue luchando desde la radio Mambi en Miami por su gente.

En este momento entendí que Mauricio es una de esas personas que viven encarnando distintos personajes a la vez, es de esos que al decir una anécdota personifican la escena, y te hacen creer el cuento; es de aquellos que echan un chiste y te hacen llorar de la risa; y probablemente es de esos seres que al llorar te desgarran el alma.

– Estás sentado en el estudio de uno de los canales más vistos de este país,  ¿Cómo llegas a ser la voz oficial de RCN?

– Cuando estaba en Barranquilla yo grababa cuñas para Coolechera y Cunit, y en el estudio siempre jugaba haciendo voces para los canales más reconocidos en el país. Era mi sueño, lo declaraba, y lo practicaba–. Ahora los ojos de Mauricio parecen mirar con ironía al pasado – Un día, me llama Piedad Cruz y me pregunta si estaba interesado en ser la voz del canal, y obvio que accedí. Ellos me enviaban el libreto, yo grababa en un estudio, lo mandaba y se me olvidaba… porque aprendí de Mario Ribero, director de El día de la suerte, que uno cuando hace un casting, apenas sale se le debe olvidar que lo hizo, para no volverse loco. Al mes me llamaron, de 120 que se presentaron de Hispanoamérica, quedaban 60 y yo estaba ahí. Al segundo mes me dicen: Mauro estás entre los 30.  A los dos meses y medio quedaban 10 y yo seguía ahí. Un día grabando Tiro de gracia, me levanté y dije: Dios mío, si eso es para mí, ábreme la puerta hoy y si no es para mí ciérrala, que yo sigo adelante, cuando de repente me entra una llamada de Piedad y me dice: “Mauro quedan 2, en esos estas tú, pero el casting es presencial”. Al llegar al canal, me di cuenta que Dios me pone los prepotentes pa’ darles su lección, porque mi competencia era un man encorbatado y muy bonito con una tronco de voz. El man me hizo dos desplantes bien feos, mas yo seguía tranquilo. Pero cuando entramos a cabina, me di cuenta de que él tenía una bonita voz, pero solo un tono. Yo en cambio, como manejo 6 tonos y acentos a demás… me lo comí (risas).

-Y ahora estas donde estas…

-¡Así es!,  yo he sido un man soñador toda la vida, y lo bonito es que… casi siempre todos los sueños los he cumplido… porque me gusta mucho trabajar para ellos.

A continuación le pregunté cómo cuida su voz, y en el transcurso de la respuesta no pude parar de reir, porque ahora Mauricio Cujar me habla como cubano, y por eso me gustaría que leyeran esta respuesta imitando aquel acento…

-Hay mucha gente que dice que el halls es malo pa´ la garganta, pero eso es mentira… porque yo llevo más de 10 años mascando halls todos los días….del negro…porque es que ese me tiene a mi abierto todo lo pulmone’ ¿sabe?

Definitivamente la voz de este hombre parece estar formada por miles de murmullos que habitan en sus cuerdas vocales, y al unirse crean este gran repertorio de acentos y tonos. Este año está orgulloso de la nominación al India Catalina del documental deportivo La puerta de Oro, historias de arena, producción de Win Sport y DMG, en el que participó como narrador.

-Y ahora dime, ¿cómo ha sido trabajar con Netflix y Dynamo?

-Lo máximo. Al trabajar con ellos uno se da cuenta de que a la televisión Colombiana le falta muchísimo en cuanto al trato del actor. Por ejemplo, son 4 escenas al día, se trabajan las horas que son, si no acabaste de malas, mañana terminas. A diferencia de la televisión Colombiana, son 15 escenas diarias, de pronto te toca la primera y la última, y puedes estar desde las 6 a.m. hasta las 11pm.

-¿Por qué crees que esta serie ha tenido tanto apogeo en el mundo entero?

-Hay una regla de la comunicación que siempre recuerdo: ¡la publicidad triunfa!, por buena o por muy mala, no importa, porque cualquiera va a tener recordación. Además, la forma de contar esta historia de Pablo, los sets, los actores… es una gran diferencia cuando en España te dicen, sin menospreciar, Andrés Parra vs. Wagner Moura o Damián Alcázar… Ya cuando le pegas el primerazo, ¡te enganchas! porque son historias bien contadas.

-¿Y por qué las narconovelas parecen ser altamente criticadas, especialmente por los colombianos?

-A mí me parece que si las hacen o no las hacen, la historia va a quedar ahí. ¡Ya está escrita, ya pasó, ya se hizo!…la gente a veces se enfoca en otras cosas, y no por ejemplo en la fotografía, en las actuaciones, en los guiones. Solo se encasillan en “la droga, la matanza”, y desafortunadamente en este mundo eso es lo que vende, la doble moral humana…Igual cada quien tiene derecho a ver lo que quiera.

-Por último, de las lecciones que te ha enseñado la vida, ¿cuál crees que es la más importante?

-Que la vida es una hora, que somos los minutos y que disfrutemos los segundos… ¡Celebremos la alegría de vivir!, eso me lo enseñó mi hermano menor que falleció hace casi 7 años. Ese es mi lema, esa es mi frase de batalla siempre.

La manecilla del reloj se vuelve a mover, mi tiempo con Mauricio Cujar se ha terminado, me despido y sin pedirlo recibo de él un consejo más “Mary yo he tenido muchas cosa en la vida, el trasplante de corazón de mi hermana, la muerte de mi hermano, un desierto que tuvo mi hermana menor con toda su familia, desiertos propios…de los que he aprendido que cuando tú te metas en una piscina de lodo, por más largo que sea el trayecto, tú vas avanzando…¡lento!…pero seguro… A menos de que tu piscina la conviertas en concreto, ahí tú mismo te vas a joder la vida”.

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