Por: Andrea Sánchez
Esta es la historia de los encuentros entre tambores y sangres, bailadores y reinas; familias, disfraces y tradición; Pedrito y su papá y entre los dos y Gissel, Marcela y Carolina. Una tradición y muchas habilidades que se han extendido por varios carnavales.
Dicen que Pedrito movía los hombros desde la cuna y que Pedro tenía una especial habilidad con las mujeres: Él quería que fueran reinas. Ambos se conocieron entre danzas y músicas y así iniciaron una estrecha relación que ha perdurado en más diez carnavales.
Al son de los tambores la sangre llama. Familia de bailadores y entrenadores de reinas. Desde la cuna Pedrito mueve los hombros con alegría, se enamora de los disfraces y la tradición. Llegan los carnavales y a Pedrito en el colegio le enseñan más sobre el baile y la tradición de esta época.
El nuevo profesor del Centro Social don Bosco, venido directamente de una comitiva de Reina, llega a enseñarle a los niños pases y sazón. Un gran parecido entre los Pedros sorprende a todos: piel morena, sonrisa contagiosa y una energía explosiva que inmediatamente comparten.
“Pedrito hijo” llamado Pedro García y “Pedro padre” llamado Pedro Díaz son los nombres y sobrenombres que se les da. En realidad no comparten sangre pero para el mundo son familia y desde entonces responsables en buena parte de todas las reinas de Carnaval desde hace más de 10 años.
Han bailado junto con Giselle Lacouture, Marcela Dávila, Andrea Jaramillo, Maki Díazgranados, Marcela Garcia, Estephanie Mendoza, Valeria Abuchaibe y, actualmente, Carolina Segebre entre otras. Una reina lo iba recomendando con la otra y cuando se conocían les decían “tu eres el famoso pedrito”.
A las soberanas les enseñan sobre todo baile, expresión corporal, aunque también se preocupan por su vestuario y maquillaje. Los pedros preparan y sirven a las Reinas de Barranquilla.
Muchas son las veces que han llegado a confundir al padre y al hijo. Así, en el reconocido Feliz Día han invitado a Pedrito pensando que era “su padre”. Y como tienen la misma profesión, ni algunos los presentadores se percatan de ello.
Cuentan que Daniella Donado gritó un día al aire el nombre Pedro García y Pedro papá, riendo, la corrigió por llamar al preparador equivocado.
Hoy en día, la tradición ha pasado de padre a hijo: Pedrito entrena a las reinas hace ocho años. Entre tambores y sangres, disfraces y tradición, cuando en la vía 40 la música suena, ambos comienzan a bailar.
La preparación de reinas está en manos de “ misma familia”: dos personajes que por su parecido físico, nombre y personalidad alegre conquistan a las Reinas. Y como dice Carolina Segebre, “si alguna niña quiere ser reina, a algún Pedro tiene que buscar”.
Foto: Martín Pacheco
