Por: Emily Soto y Sophia Moncayo | Fotografías: Alisson Lee
El pasado jueves 29 de febrero, en la librería Dos Mangos, en la ciudad de Barranquilla, se llevó a cabo la presentación de la exposición “Bloody Mary”, un magazine vintage pintado a mano hecho por María Isabel Rueda, artista, docente e investigadora cartagenera. En el evento, entre risas, cháchara, anécdotas y asistentes principalmente femeninas, se conversó acerca de distintos temas como el gótico tropical, la menstruación, el arte disruptivo hecho por mujeres o el vampirismo.
La historia de “Bloody Mary” empieza cuando a mediados de los años 2000, un amigo muy cercano a Rueda le regala un ejemplar de una edición de Modell Studien, una serie de revistas eróticas alemanas muy populares de las que hoy en día se encuentra muy poca información. “Lo primero que vi cuando me regalaron esta revista fue sangre”, recuerda Rueda. “Vi a mujeres desnudas y empapadas, que no se sentían avergonzadas por la sangre, sino que más bien, la utilizaban como si fuese algún tipo de ropa”.
Es ahí cuando nace la idea de intervenir con tinta roja aquellas fotografías de mujeres desconocidas exponiendo sus cuerpos desnudos, aludiendo a la sangre y metiéndose en esa intimidad masculina para darle un giro feminista. En ese momento, Rueda no esperaba publicar la revista; por mucho y subió un vídeo corto con música compuesta por ella y otros compañeros a una plataforma ya desconocida, y aquí se dio cuenta del impacto de la obra.
Le llegaron mensajes de mujeres que se sentían empoderadas y también historias acerca de la vergüenza de hablar de la menstruación y del dolor al que siempre se le ha asociado. Rueda no había ideado esas fotografías con ese propósito. “Yo todavía no sé muy bien qué significan estas imágenes”, dice la artista con sinceridad: “Solo están ahí para generar cosas”. En el 2023, casi veinte años después, “Bloody Mary” por fin vio la luz para seguir impactando a más mujeres con un mensaje de reivindicación del cuerpo femenino y del poder de la sangre.
En las décadas de 1940 y 1950, las revistas eróticas se hicieron bastante populares entre los lectores masculinos. A pesar de las restricciones impuestas por la censura y las leyes de obscenidad, la demanda de contenido sexual siguió siendo alta y estas revistas llenaron un vacío existente en el mercado. En sus contenidos, las mujeres eran objetos de deseo, fantasía y lujuria. Esto reflejaba los cánones de belleza y roles de género de la época, contribuyendo a una imagen idealizada y simplificada de la compleja sexualidad femenina.
Hoy en día, y a casi 70 años de la primera edición de la revista erótica más famosa del mundo, nos encontramos con artistas como María Isabel Rueda, que rescatan la figura de las mujeres que aparecen entre las páginas de este tipo de publicaciones, la aparta del entrecejo de la mirada masculina y la libera, llevándola a un universo femenino, donde puede tomar un rol más libre y generar discusiones acerca de la identidad de la mujer más allá del deseo de los hombres.
María Isabel Rueda cuenta con una larga trayectoria en el arte: ha pasado por la fotografía, el dibujo, el videoarte, el performance y la curación. En 2022 recibió una mención en el XI Premio Luis Caballero con su proyecto “Al Final del Mundo”. Ha publicado su obra en más de 20 libros de artista de su autoría. En el 2021, con el libro La Mata, ganó junto con Eliana Hernández el Premio Nacional de Poesía. Hoy en día continúa expandiendo su obra, mientras que paralelamente trabaja para difundir y apoyar los espacios culturales en Barranquilla con proyectos como “El Huevo y la Gallina” y “La casa de Meira”. Para consultar estos y próximos proyectos pueden acceder al perfil de Instagram de María Isabel Rueda.