El departamento del Atlántico es una tierra mágica. En el sitio, que alguna vez hizo parte del Partido de Tierradentro, las estatuas de los santos se crecen demostrando que tienen voluntad, los ángeles mueren de tristeza, los eventos cósmicos hacen realidad profecías, el agua tiene diferentes colores y sabores y la arepa cambia la vida de toda una población. A través de cinco historias que hacen parte de la herencia que las razas confluentes otorgaron a los primeros habitantes de la región, se plasman creencias, supersticiones y forma de vida que aún siguen vigentes en estas cinco poblaciones.