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Por Jesús Angulo, Andrea Arellana, María De la Cruz, María Lamanna, María Navarro y Freisy Quintero

Europa

La usual “Noche de Brujitas” que todos conocemos, -coloreada de negro y naranja, adornada por calabazas y disfraces, niños tocando timbres y coreando el famoso “Triqui triqui Halloween, quiero dulces para mí…” -, no siempre ha sido así, de hecho, de su verdadero orígen, no queda más que el recuerdo y las historias compiladas que lo retratan.

El nacimiento de esta festividad se remonta al siglo XX a.C, a manos de los Celtas, un pueblo irlandés que rendía culto a la naturaleza y quienes dividían el año en dos períodos: invierno y verano. Precisamente, el 31 de octubre acababa la época de cosecha y con ella el verano, lo que significaba el comienzo del invierno, y con él la estación “muerta” del año.

En aquellos tiempos la celebración conocida con el nombre de Samhain, en honor al dios de la muerte, duraba tres días y se pensaba que la barrera entre el mundo de los muertos y los vivos se desvanecía, por lo que los espíritus volvían a la tierra. De igual manera, se realizaban sacrificios, humanos y animales.

Finalmente, en el año 43 D.C con la conquista de los romanos, se abandona los sacrificios humanos y se introducen dos festivales más: Feralia y Pomona.|Ya en el siglo D.C el festival Samhain cambia su nombre a “All Hallow’s Eve” (noche de todas las almas) que termina simplificándose a Halloween.

Ilustración de ritual celta – Fotografía de Phantasticus

Linterna de calabaza o de Jack, Jack O’Lantern.

En otros aspectos, todos sabemos que los disfraces en Halloween no pueden faltar. Los niños, e incluso gente de todas las edades, lo hacen para hacer de esta celebración algo divertido y espeluznante. Sin embargo, en la cultura irlandesa, la tradición de disfrazarse para esta época, no era por simple diversión. Los druidas, quienes también eran conocidos como filósofos o teólogos, se vestían con trajes que les dieran un aspecto fantasmagórico, y poder pasar desapercibidos, entre los muertos y demonios que por esas fechas se paseaban en la tierra, y que venían a llevarse a los hombres al más allá. Horripilante, ¿no?. Entonces, ¿nos vestimos nosotros para engañar a los espíritus? ¿O sólo para divertirlos con nuestro ingenio?

Otro elemento típico de esta celebración, son las calabazas, conocidas como Jack-o-lantern. Si, podemos ver calabazas perfectamente talladas, con expresiones faciales de todo tipo y con una vela iluminándolas por dentro. Pero la realidad de esta tradición, comenzó con un nabo, y una historia bastante peculiar. (Lee aquí la historia de Jack O´Lantern).

Como ya sabemos, esta celebración de origen Irlandés es celebrada en casi todo el mundo, pero su entrada se dió en los Estados Unidos cuando los irlandeses emigraron, llevando consigo sus costumbres, su cultura y demás. Obviamente, hubo varios cambios a la tradición. Por ejemplo, originalmente, Jack-o-lantern, se hacía con nabos, pero en los Estados Unidos abundan las calabazas, y por esto se decidió cambiarlo.

Norteamérica

El Halloween en Estados Unidos inició en 1840 con la llegada de los Celtas quienes eran un grupo de inmigrantes Irlandeses. Esto se realizaba para celebrar el fin de verano y fue hasta entonces cuando impusieron esta tradición a los americanos, mezclándose con creencias indias incluyendo en sus costumbres historias de fantasmas, realización de bromas y travesuras y la confección de disfraces. Con el paso de los años se ha expandido tanto esta tradición que al llegar el 31 de octubre todas las casas estadounidenses se encuentran decoradas con calabazas, adornos de color negro y naranja, con telarañas y todo tipo objeto que cause miedo a quien lo vea.

Una de las costumbres más arraigadas de la noche de Halloween es vestirse de típicos disfraces terroríficos y recorrer las calles de los barrios más cercanos con cestas en forma de calabazas para recolectar los dulces que al llamar a las puertas de las casas, los dueños de estas, les dan a los niños. Todo esto como reacción al tradicional grito de “Trick or Treat”, dulce o truco, el cual consiste en regalarle a las personas que se acercan golosinas de Halloween, el trato, o en cambio aceptar travesuras y bromas de los disfrazados, el truco.

Esta costumbre, trick or treat, debe su origen a la persecución de los protestantes contra los católicos en la Inglaterra de los siglos XVI y XVII. Estas persecuciones causaron un fallido atentado, suspendido por la traición de Guy Fawkes a sus compañeros católicos ingleses, contra el rey protestante James I y su parlamento.

Este hecho provocó la realización de una fiesta donde la burla era primordial, pues grupos de luteranos, una de las principales ramas del cristianismo protestante, protegiéndose con máscaras visitaban las casas de los católicos a reclamar duramente cervezas y comida. Esta amenaza se expandió y se hizo popular hasta América con la llegada de los primeros colonos. Pronto pasó a ser una tradición del famoso día de brujas.

Decoración estadounidense de halloween. Fotografía de Leslie Atchenson, utilizada bajo creative commons.

El 26 de noviembre en Williamsburg, Virginia, se llevan a cabo tours organizados por los lugares más tenebrosos de la ciudad, conocidos por las historias de fantasmas y misterios. En la misma ciudad se llevan a cabo otros eventos relacionados con Halloween, especialmente por la historia local muy relacionada con la época colonial.

Latinoamérica – Colombia

El Halloween surge en américa latina principalmente influenciado por la industria comercial norteamericana. Teniendo en cuenta que muchas de las caricaturas que ve la niñez de países suramericanos son de orígen estadounidense con doblaje, y estas tienen, en un gran porcentaje, uno o varios capítulos dedicados a esta festividad. Además la alta demanda del cine de terror en la temporada de octubre vuelve la festividad altamente atractiva.

Por otro lado, la noche de brujas se ha mezclado o articulado costumbres oriundas de comunidades indígenas, como los Aztecas y los Mayas. Las festividade principales serían el día de todos los santos y el día de los muertos, en noviembre.

El Halloween empezó a popularizarse en la década de los 80 y se ha ido fusionando con la festividad más popular de la nación, el día de los muertos.

Disfraz de Halloween y del día de los muertos

En Colombia comenzó a sentirse durante los años 60. Era una práctica infantil de las élites. Gracias a los medios de comunicación se difundió entre el resto de la población y para finales de los 70 era común en ciudades como Bogotá. Se ha expandido prácticamente por todo el país y a pesar de las críticas por parte de los religiosos ha trascendido a todas las edades edades, regiones y clases sociales.

A Argentina llegó la tradición del Halloween pero se ha desarrollado en el ámbito comercial. Los niños suelen disfrazarse para las fiestas escolares y los adultos asisten a fiestas de disfraces como en discotecas o casas, la noche del 31 de octubre.

En Chile, aunque se mantiene la tradición de acudir al cementerio en familia el día 1 de noviembre, la noche anterior todos se disfrazan y festejan aunque sus trajes son más alegres que terroríficos.

A continuación está a tu disposición un mapa interactivo que ilustra el recorrido descrito anteriormente, en algunos puntos importantes, sobre el surgimiento y la expansión del halloween como festividad y tradición.

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