Por: Shadia Y. Jalaff A – Fotos: Tomadas de Futbolred
Hace un año y unos cuantos meses el jugador antioqueño Sebastián Hernández regresó a Colombia para sumarse al equipo Junior. Su historia en las canchas comenzó cuando partió a México con tan solo 13 años en busca de su pasión: el fútbol.
Tras su regreso a Colombia, Hernández jugó en equipos locales como el Deportivo Cali, Independiente Medellín y Once Caldas. Todos fueron claves para dar nuevamente un paso fuera del país y ser jugador de equipos como el Ludogorets Razgrad y PFC Cherno More Varna, ambos de Bulgaria. Después de tres años con estos equipos, pasó a jugar con el Boluspor de Turquía, siendo este su último club por fuera del país antes de su arribo a Barranquilla.
El 29 de junio de 2016 se conoció a través de distintos medios la llegada de un nuevo integrante al Junior: Sebastián Hérnandez. Según el portal FutbolRed, el volante afirmó sentirse muy motivado con las siguientes palabras: “Me gusta la manera de jugar de Junior, me identifico totalmente con esa idea porque es un equipo que sale a jugar, que no especula, creo que se adapta a mis condiciones de juego”. En la actualidad aún se encuentra a gusto y tiene expectativas muy altas para los próximos partidos, algunos de los más importantes que ha disputado el equipo en sus últimas temporadas.
Para saber un poco más de su vida y de su carrera profesional, me dirigí a la sede deportiva Adelita de Char. El sol fue cómplice de todas las penurias que pasé al llegar hasta allí. Él se encontraba un poco sudado tras las prácticas y el calor incesante de las 12 del mediodía no favorecía en absoluto. Sin embargo, Sebastián, muy amablemente, me concedió la entrevista. A continuación, nos cuenta cómo ha sido este proceso que lo ha hecho merecedor de experiencias enriquecedoras dentro del equipo más reconocido de la Costa.
¿Cómo fueron tus inicios en el fútbol?
Bueno, comencé muy temprano, casi a los 6 años en Medellín. Primero estaba en clases de tenis y por cosas de la vida no me pude matricular. Mi papá me preguntó qué otro deporte me gustaba practicar y le dije que mis amigos me veían cualidades en el fútbol y ese día me llevó a la escuelita de Envigado y ahí fue que me comenzó a gustar el fútbol.
¿Quiénes te han apoyado?
Desde muy pequeño los entrenadores que he tenido me han servido muchísimo, siempre fueron un apoyo, fueron guías para mi carrera, para la parte personal y deportiva. Gracias a Dios encontré muy buenas personas que siempre me ayudaron. Aunque no tomaban las decisiones por uno, siempre me dieron una manara y también tuve la oportunidad de rodearme con buenos compañeros, de rodearme bien.
¿Qué ha sido lo más duro durante tu carrera?
No diría tanto duro, sino que hay muchas cosas que de pronto uno no las vive como una persona normal, tanto así que a los trece años salí de la casa y me fui a jugar a México y desde esa edad hasta ahora no disfruto con mi familia normalmente. Hablo de mis papás y mis hermanos. No viví todas las etapas como una persona normal, como la etapa de la universidad o la de crecimiento con mis padres, pero bueno, el fútbol tiene esos sacrificios y a la larga ellos también entienden.
¿A qué te dedicas en tus ratos libres?
A descansar. Es muy importante el descanso después de los entrenamientos, pero también juego mucho con mi hija cuando se puede. Estoy terminando la carrera de administración y aprovecho para estudiar y salir a comer con la familia en las noches.
¿Qué aspiraciones tienes con el equipo?
R: Bueno, estamos en una campaña que ha sido positiva para los resultados, y por la forma en la que el equipo ha afrontado los diferentes compromisos y aspiramos poder, a fin de año, dejar más de un título acá en la institución.
Con voz cautelosa, Sebastián afirma estar “muy encantado” con Barranquilla por todo lo que le ha dado, pero sobre todo porque las mujeres que le quitan el sueño son barranquilleras: su esposa y su hija. Así, familia, amor y fútbol enamoran a este paisa de Barranquilla, mientras él promete seguir sacándole alegrías a los hinchas tiburones.