Por: Stephanie Buendía Otero @sbuendia08 / Fotos de cortesía.
Hace un poco más de seis meses la vida de la joven modelo María Alejandra Vengoechea dio un giro de 180 grados: a sus 20 años se convirtió en la Señorita Atlántico 2018. Desde los 18 comenzó en el modelaje y aunque nunca soñó con ser reina, confía en que todo lo que pasa en su vida tiene un propósito divino.
Es una mujer espontánea, que dice lo que piensa y hace lo que su corazón le ordena. Desde muy niña toma clases de ballet y esto la ha ayudado a adquirir la disciplina que hoy en día la caracteriza.
Participar en un concurso como el de Señorita Atlántico fue algo que no se esperaba, pero que sin lugar a dudas recibió con todo el cariño del mundo, ya que no cree en casualidades y siempre trata de aprovechar las oportunidades que llegan a su vida. “En un principio no pensé llegar tan lejos, pues no estaba entre las favoritas, pero poco a poco me convencí de que no podía dejar pasar esta oportunidad, yo quiero que me vean como soy y eso estoy mostrando”, dice María Alejandra, quien considera que ser Señorita Atlántico “es un propósito de Dios”.
En un concurso como el Reinado Nacional, María considera que lo que la hace diferente a las demás candidatas no son sus medidas o su rostro, sino su calidez y solidaridad, la vena costeña y el don de gente. “A mí lo que me más me gusta es cuando la gente me hace preguntas, se toman fotos conmigo y me dicen que soy un ejemplo para ellos. Eso me hace feliz, el resto es disciplina”. Esta disciplina de la que ella habla se traduce en un cuerpo tonificado, una sonrisa perfecta, cabello arreglado y siempre mantener buena postura. Pero todo esto, para ella, no es más que reglas de disciplina que cualquiera puede cumplir como meta personal. “Si te das cuenta todas somos diferentes, no hay reinas parecidas y es porque lo importante es el carisma y la personalidad, esos detallitos (la postura, la sonrisa …) los exigen porque tienen parámetros para que todas estemos al mismo nivel, pero los concursos de belleza tienen un valor intrínseco, es decir, más social que de belleza en sí”.
Sin embargo, esta estudiante de séptimo semestre de Derecho de la Universidad del Norte es consciente de que nuestra sociedad está cambiando y que hoy en día problemáticas como la desigualdad y los nuevos modelos de familia son causa de polémica y división de opinión.“Hoy en día el mundo es muy diferente a como era años atrás y hay que acomodarse a eso”.
Para María Alejandra, ser diferente no está mal ya que no todos tenemos ni la misma personalidad ni la misma condición de vida, por esto siempre debe haber respeto para evitar los conflictos. Ella considera que las redes sociales son una plataforma para mostrarle al mundo un poco acerca de nosotros y mostrar nuestro trabajo, pero la intimidad es algo que debemos cuidar y debe ser expuesta con responsabilidad.
“Hoy en día el mundo es muy diferente a como era años atrás y hay que acomodarse a eso”.
Y así como es querida por muchos, también es criticada por otros y en redes sociales recibe todo tipo de mensajes. “Culpar a las redes sociales por la violencia contra la mujer es algo demasiado abierto y que no podemos controlar, simplemente debemos ser responsables”. Aunque es consciente de que nadie puede decirle a otro qué debe pensar, cree que se puede a través de estas mismas plataformas mostrarle al mundo que están equivocados y mandar un mensaje de apoyo.
Más que el comentario como tal, para ella lo importante es la reacción que tiene la persona y la forma en que se reciben las críticas. Considera necesario educar desde las escuelas y casas a los niños para que no sean ofensivos en ningún momento y a la vez para que reciban estas críticas de manera positiva. “Yo no estoy haciendo un cambio porque soy reina, sino que esto es una plataforma para levantar mi voz y motivar a las personas. No podemos olvidar que este tipo de mensajes influyen mucho en la vida de algunos jóvenes que hasta llegan a suicidarse”.
María Alejandra se despide con una invitación a quienes la ven como un modelo a seguir en sus redes sociales. “Mi mensaje siempre va a ser mantener nuestra personalidad porque eso es lo que nos va a diferenciar en un mundo lleno de tantas personas que seguimos una misma moda o un mismo mensaje. Lo ideal es no pensar en qué van a decir de ti por decir tu opinión, sino tener tu propio pensamiento crítico y que claramente sea de buena influencia para los demás”.