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Por: David Ariza*

El desarrollo sostenible suena a reciclar, a realizar una buena gestión de los residuos sólidos, del agua, de la electricidad y de las zonas verdes, que en este caso, se habla desde el Campus de la Universidad del Norte.  

Y eso es precisamente lo que es: tener una buena gestión integral de todos los residuos que a diario se arrojan en las canecas de color verde, azul y gris que se utilizan en la academia.

Siempre se crean charlas acerca del buen uso de los residuos y de cómo clasificarlos en las canecas de reciclaje o sobre cómo ahorrar agua, papel y electricidad, ya sea por parte de la institución o de las personas que ingresan al campus. Pero estas sirven poco.

Las personas adoptan maneras diferentes de aprender y cada vez más las universidades tienen que adaptarse a ellas.

Me refiero a las coloridas canecas de “reciclaje” ubicadas en toda la universidad, pero que la mayoría de estudiantes, funcionarios y docentes no saben en cual de estas colocar cada residuo. Pongo reciclaje en comillas porque, aunque las canecas sean para reciclar, no se efectúa dicha acción.

Las canecas verdes son las dispuestas para los residuos ordinarios e inertes como empaques de alimentos, residuos de alimentos, barrido, papeles y servilletas sucias, papel aluminio, icopor y envases estilo Tetra Pack.

Las grises como a residuos recuperables como el papel y el cartón; y las azules a residuos recuperables como plástico, vidrio y latas en donde se pueden depositar envases de bebidas retornables y no retornables, latas de gaseosa, vasos desechables, bolsas plásticas y recipientes plásticos limpios.

Unos letreros en las canecas en donde diga los residuos específicos que se deben echar en cada una para que posteriormente se realice un buen manejo de estos residuos, no son suficientes.

En el 2015 se creó el Centro de Acopio, el cual funciona como un sitio de almacenamiento temporal de residuos recuperables, donde son clasificados y separados de acuerdo a su naturaleza en plástico, cartón, papel, vidrio y metales, para su pesaje, compactado, empaque, embalaje y posterior venta o disposición final correspondiente.

Esto se realiza con el fin de ejecutar en forma adecuada, secuencial y detallada el manejo de residuos sólidos urbanos (RSU) y peligrosos (RESPEL) de tal forma que se cumpla con una eficiente y económica recolección, almacenamiento, separación y transporte de dichos residuos.

De acuerdo con el Ingeniero Civil y Ambiental, también docente de Uninorte, Germán Rivillas, aproximadamente el 80% de los residuos recolectados van al relleno sanitario, por ser material sucio no aprovechable.

Lo que busca la universidad es que, con la generación de los materiales recolectados, se logre incrementar el aprovechamiento de al menos un 60% y que con la ayuda de la Central de Acopio se disminuya aproximadamente en un 30% los residuos que son enviados a los rellenos sanitarios.

No es suficiente con que imprimamos con el papel marroncito de las fotocopiadoras y a la vuelta tiremos el vasito en el piso, o en una de las canecas verdes que solo son para residuos orgánicos.

Los transeúntes universitarios quieren un lugar donde dejar sus desechos, algunos ni siquiera hacen uso de las canecas, pero me atrevo a decir que la mayoría no se detiene a leer un tablero con varias frases “inútiles” puestas para que las personas, supuestamente, reciclen.

Los demás que se detienen a leer, lo hacen cada vez que van a las canecas, y eso significa que estas frases no generan una recordación que permita colocar el desecho en la caneca correcta sin necesidad de leer alguna especificación.

Digo, que muchos de los funcionarios, universitarios y demás personal no tienen el correcto conocimiento sobre en cuál de las coloridas canecas tirar ese vasito en donde tomaron su primer café del día, la servilleta en donde le sirvieron su frito o la envoltura de la galleta que compraron en alguna de las máquinas Vending.

*Estudiante de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte. La información suministrada por los columnistas no representa la opinión del medio.

Somos una casa periodística universitaria con mirada joven y pensamiento crítico. Funcionamos como un laboratorio de periodismo donde participan estudiantes y docentes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte. Nos enfocamos en el desarrollo de narrativas, análisis y coberturas en distintas plataformas integradas, que orientan, informan y abren participación y diálogo sobre la realidad a un nicho de audiencia especial, que es la comunidad educativa de la Universidad del Norte.

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