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Texto: Nicole De Ávila (@nikodeavi) / Fotos cortesía: Randy Severiche

En el barrio Centro de Soledad está Randy’s Beauty House, la casa de reinas del diseñador de modas soledeño Randy Seviche Vengoechea. Él es el mayor de cuatros hermanos. Se destaca por diseñar para carnavales y crear vestidos para reinas de belleza, además de asesorarlas. Algunos de sus diseños han ganado reconocimientos en los certámenes internacionales.  También viste a los reyes centrales de Soledad y ha diseñado para personalidades como Andrea Valdiri.

En la entrada de la casa hay un pendón con los colores de una mesa de ajedrez que lleva el logo de la empresa en mosaico. El lugar está pintado de un naranja pastel y adornado por flores de cartulina de colores. Al rato pasé por un corredizo a lo que parece ser el lugar donde sucede la magia, en una mesa alta que tiene en su parte inferior una caja de Sharpie pegada se encuentra Randy dibujando un vestido. Al fondo se escucha música suave (la canción Perdón, Perdón de las HA-ASH) que contrarresta el bullicio de los motocarros y de la gente. “La música me concentra más. Mi abuela me cantaba baladas para dormir”, explica Randy.

El hombre receloso con su trabajo confiesa que no le gusta que lo vean dibujar y es una costumbre que tiene desde su niñez, la cual fue fundamental para su inclinación por el diseño de modas. Cuando era niño hizo talleres de pintura y dibujo en Bellas Artes, lo que lo llevó a participar a los 10 años en un concurso, que ganó. El concurso se llamaba Jóvenes y Niños pintan a Barranquilla y era organizado por el Museo romántico. “Recuerdo que llegaron a ver lo que estaba dibujando y yo arrugué el papel porque no quería que lo vieran”, cuenta Randy. Asegura que desde muy niño ha estado involucrado con el arte.”Yo creo que yo nací con esto. Yo vengo de una familia de artistas. Desde muy pequeño yo no he visto más nada que arte”, agrega el diseñador.

Randy, cuya familia siempre ha estado involucrada con el arte y el carnaval cuenta que su madre era diseñadora, tenía un tío artesano, su abuela era modista y él la ayudaba a cortar. Su tía Lucy Vengoechea es la fundadora de Perla del Caribe (corporación folclórica). Ahí él bailó por muchos años y dio sus primeros pasos en el diseño. Hoy en día es el director artístico de la comparsa.

“Recuerdo que llegaron a ver lo que estaba dibujando y yo arrugué el papel porque no quería que lo vieran”.

Mientras estaba en Perla del Caribe, Randy hizo capacitaciones a nivel nacional e internacional y es acreditado por el Ministerio de Cultura como docente en la danza. Desde muy pequeño empezó a diseñar para la comparsa de su tía. “Yo empecé a diseñar para Perla del Caribe mucho antes de iniciar en el mundo de las reinas. Mi tía siempre me pedía el consentimiento o consejos para ponerle el color o el modelo a un vestido”, comenta.

No siempre su camino estuvo enfocado en el diseño  y las artes. Él estudió 8 semestres de Ingeniería Industrial en la CUC, gracias a una beca de joven talento por ser la segunda mejor prueba Icfes del departamento y la primera de su colegio. “Soy graduado del Colegio Industrial y yo quería ser docente, pero como yo era becario del colegio no podía escoger la docencia. Entonces, estudié Ingeniería Industrial y en el octavo semestre me retiré”, asegura Randy.

Este soledeño afirma que la vida le enseñó a ser diseñador. Cada paso de su vida ha sido importante para él hasta cuando pasó por todas las modalidades en el Colegio Industrial de Soledad; electricidad, fundición, metalistería y mecánica de aviación. “Yo no sabía que iba a ser diseñador y ahora todo eso lo puedo usar en mi trabajo.  La electricidad y la mecánica me han servido para colocarle luces y movimiento a mis vestidos”, expresa Randy.

Por un tiempo le ocultó a sus padres su afinidad por el diseño. A su madre no le agradaba que él diseñara y se refería a sus dibujos como una pérdida de tiempo. “Ella decía que yo malgastaba hojas haciendo muñecas que eran maricadas”, confiesa Randy quien no se arrepiente de desobedecerla, pues ahora sus diseños son su sustento.

Las adversidades en su vida son elementos importantes en su desarrollo artístico. “Yo siento que la vida no es injusta, sino que todos debemos pasar por un proceso. En mi caso de no ser así no estuviera aquí conversando contigo. Ni tampoco fuera Randy diseñador”, afirma.

A su familia les agradece el apoyo en su proceso artístico y en momentos de dificultades económicas. “Hoy le doy gracias a Dios por no haber tenido riquezas en dinero. Pero tuve la fortuna de tener la mejor riqueza de todas. La riqueza cultural”.  Aunque, a la persona que más le agradece es a su tía, Diosa Vengoechea, recuerda que su tía se sentaba todas las noches con él y lo ayudaba a corregir sus dibujos, tareas, lo llevaba a cursos de pintura, escultura, atletismo, natación y fútbol en Toto Rubio. Para él, su tía le infundió valores y consejos para hacer de él una mejor persona.

En cuanto a su inspiración, el diseñador oriundo de Soledad tiene varias musas. Las mujeres son su principal fuente de inspiración “Yo me inspiro según la reina, la circunstancia y mi estado de ánimo, y estar feliz para poder diseñar depende de mi esposo”. Su faceta como bailarín, que le permitió recorrer toda Colombia y conocer su folclor también le ha aportado a su proceso de artístico.También comenta que sus diseños para carnaval contienen elementos artesanales, de danzas y de música folclórica.

Aunque Randy trabajó para diseñadoras locales reconocidas como Diana Rolando y Amalín de Hazbún.  Él asegura que no tiene ninguna influencia de ellas en sus creaciones. “Yo no hice nada que tuviera que ver con ellas. Hice cosas diferentes, por ejemplo: Diana Rolando ahora mismo es un almacén, yo soy una casa de reinas. Amalín de Hazbún crea sobre una tela, yo creo sin ver la tela. Todo es totalmente diferente, el proceso, la manera de atender, mi visión y yo como persona”. Pero les agradece por la oportunidad de dejarle hacer muchas cosas que quería. Siempre busca ser exclusivo y diferente. “Trato de imprimirle sentimiento y energía a mis diseños.  No veo revistas de diseñadores, ni sus vestidos en redes sociales. Existe la posibilidad de que haya diseños que se parezcan a algunos de mis vestidos, pero trato de no contaminar mi mente”.

Esa misma exclusividad lo ha llevado a escoger materiales no convencionales para algunos de sus diseños.  “A mí me gusta usar cosas que no se le ocurren a nadie, como telas de cortinas, manteles, las sabanas de mi cuarto, sombreros viejos, mochilas, carteras y con eso hago vestidos. Para que nadie sepa de dónde lo saqué. Una vez hice un vestido con una tela de unas sandalias y muchas personas me preguntaban cuál era la tela y no lograban acertar”, dice entre risas. Randy agrega que,  el secreto de ser diseñador de cualquier cosa es sacar una moda, volver una tendencia. Hacer una obra de arte.

“Trato de imprimirle sentimiento y energía a mis diseños. No veo revistas de diseñadores, ni sus vestidos en redes sociales. Existe la posibilidad de que haya vestidos que se parezcan a algunos de los mios, pero trato de no contaminar mi mente”.

Su día comienza a las 8 dela mañana y puede extenderse hasta las 6 del día siguiente, según la producción. Randy lograr repartir su tiempo entre su empresa y Perla del Caribe. “Yo siento que cuando uno ama lo que hace a uno le sobra el tiempo para todo.  A veces logro dormir dos horas, pero te juro que soy el hombre más feliz en la vida”.  Su motivación diaria es su pareja Dario Menco, a quien el diseñador llama“el motor de su vida”, debido a que, en él encuentra calma, concentración y apoyo para trabajar.

Además, de ser su motor Dario Menco, es la persona que lo ayudó en la creación de Randy’s Beauty House. La casa de reinas comenzó a funcionar entre 2015 y 2016. “Yo soy la imagen visible de la empresa, pero hay una persona muy especial que me ayudó en todo el proceso desde el diseño del logo, el nombre de la empresa y la publicidad. Esa persona es mi esposo”, resalta. Dario actualmente, se encarga de las clases de pasarela y del manejo de las redes sociales. El personal de la casa de reinas varía según la época del año, en temporadas bajas cuentan con 12 trabajadores entre artesanos (as), costureras(os), bordadores, entre otros y en carnavales el número de trabajadores puede aumentar a más de 25 personas.

En los inicios de su empresa Randy estaba en Bogotá y vivía en un pequeño apartamento. Su situación económica no era buena, sin embargo, esto no lo hizo desistir de su sueño. “Nosotros creamos los más grandes vestidos en el lugar más pequeño. Por ejemplo, el de Tica Martínez o el de Miss Mundo Colombia”, recuerda el diseñador. El primero  quedó entre los cinco mejores trajes artesanales de Miss Supranational de 2017 y el segundo ganó el tercer lugar a mejor traje nacional, el mismo año.

Para Dario Menco, Randy es un creador de sueños. “Randy crea lo que las personas sueñan, logra transmitir la visión que tú tienes de cómo te quieres ver en ese evento especial. Por eso, yo le digo que él no hace reinas o simplemente vestidos. Él hace sueños, por ejemplo, en el caso de las reinas el sueño de ayudarlas a conseguir una corona”, dice mientras sonríe.

El preparar reinas para Randy requiere un gran trabajo. “Es un proceso muy arduo porque cada persona tiene un mundo en su cabeza”, resalta. Sin embargo, aclara que a él le encantan los retos por lo que siente cierta afinidad por preparar reinas que no cumplan con el prototipo desde el inicio, lo que le permite crear impresión en la gente, quienes notan su evolución.  Más allá de enseñarles a caminar, escoger el tipo de maquillaje que van usar o los colores que le quedan mejor. El diseñador hace hincapié en tener charlas diarias con sus clientas que requieren de su servicio como preparador de reinas.  En dichas conversaciones, “mi objetivo es que la reina pueda ver la vida diferente y adquiera confianza en el papel que quiere representar. La reina tiene que creerse una para poder ganar”, puntualiza Randy.

En sus tiempos libres, le gusta jugar fútbol, ir al gimnasio, le encantan Los Simpson, mirar Cartoon Network y Diney Chanel. Disfruta al máximo el tiempo con su pareja en actividades como el cine y salidas a comer. Aunque no comparten todos los gustos, han aprendido a convivir con ellos, como mirar películas de superhéroes.

A pesar de tener vitrinas como Plataforma K, la cual ha sido cancelada durante dos años consecutivos, y Barranquilla Fashion Week. El apoyo local y nacional hacia los nuevos talentos en el diseño es precario. Por el lado nacional, Rocío Arias, periodista de moda, afirma que hacen falta mecanismos que nos recuerden los diseños destacados en Colombia como un Museo del traje. Para Randy, el problema del apoyo viene de los del mismo gremio que no les posibilitan a los nuevos talentos incorporarse al negocio. “Son personas que llevan años en esto y no permiten que por ejemplo una reina que quiera usar a un diseñador nuevo le sea posible, porque siempre son los mismos con los mismos”.

Próximamente Randy abrirá una nueva sede en Cartagena y prepara un desfile para diciembre. A largo plazo, su gran meta es alcanzar el reconocimiento internacional y participar en las grandes pasarelas. También sueña con ser editor de una revista de modas como Miranda Priestly (personaje de su comedia favorita El diablo viste de Prada). “Todo es parte de un proceso largo, pero sé que lo voy a lograr”, enfatiza el diseñador.

 

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