El equipo representante de Barranquilla en el campeonato colombiano fue reforzado de manera muy agradable para la hinchada, muy prometedora y esperanzadora. Se rumora y se discute en las esquinas si todo este asunto tiene que ver con lo electoral, pero más allá de eso, no deja de ser interesante que el equipo luce muy competitivo. De hecho, su primera incursión fue con victoria 3-1 sobre Patriotas, asumida como natural y lógica, dada la diferencia abismal (por lo menos, de nombres) entre ambos equipos.
Lo político siempre aparece, pero sobre todo desde quienes se atreven a tocar las aristas que normalmente se evitan para no generar disgustos en la familia Char (propietaria del equipo). Es más: la contratación del argentino Juan Cruz Real como entrenador generó el rechazo de las fieles y apasionadas barras, que hasta amenazaron con votar por “Petro” si eso se cristalizaba.
Es importante decir, en este aspecto, que dos miembros de la familia tienen aspiraciones políticas: Arturo, hijo del patriarca Fuad, quiere mantenerse en el Senado; y Alejandro, el doble ex alcalde de Barranquilla, se la está jugando por ser candidato presidencial. Lo de la amenaza de Petro tiene que ver con este último, sobre el supuesto de que la fidelidad del hincha lo impulsa es a votar por un Char sin dudas ni titubeos, y más si le regalan títulos.
Pero todo parece indicar que la lista de refuerzos (regreso de Miguel Ángel Borja; vinculación de los ex millonario Daniel Giraldo y Fernando Uribe, de Yesus Cabrera, y del defensor Jorge Arias, entre varios) apaciguó las aguas por ese lado. Tenemos, entonces, a un Junior reforzado, y a unos votantes locales (Atlántico, Barranquilla) que por lo menos no se sumarán a Petro. Si nos atenemos a que quizás la presencia de Alejandro Char en el abanico de precandidatos es estratégica para restarle votos a Petro y sumarle a quien termine de candidato en esa alianza, pues ya por ahí hay algo de respiro.
Por el lado deportivo, el equipo deberá buscar un orden que le permita funcionar eficientemente como conjunto armonizado. No se trata de sumar extraterrestres y ya para arrasar. En ese sentido, pues, veremos qué tan bueno es Cruz para lograrlo. Va implicar eso, por ejemplo, que de pronto no jueguen juntos Borja y Uribe de empezada, como querría algún apasionado (hoy ex petrista), sino con moderación y obediencia de cara a los objetivos del equipo.
Lo mejor es esperar, entonces. Y que si a la final, las cosas en lo político no salen como se está pensando (digamos, que Petro y sus amigos terminan humillando electoralmente al grupo Char en terreno propio), pues el equipo Junior siga reforzado y hasta más. Porque es que a juzgar por lo que tiene, estará jugando Copa Libertadores en el 2013 en representación del país.