Por: Sebastian Duarte / Fotos: Juan Payares.
Sin importar que toda la noche haya sonado el picó en el barrio o que las ganas de salir a tirar el famoso “pasito tun tun” existan, Wendy Herrera, se levanta desde las cuatro de la mañana a reciclar en medio del jolgorio barranquillero. Wendy es una mujer cabeza de hogar que trabaja de la mano de “ASOuniversal”, una organización de recicladores especializada en la recolección selectiva de residuos sólidos domiciliarios aprovechables. En medio de los días más importantes del Carnaval de Barranquilla, esta mujer junto a otro grupo de compañeras hace presencia para recolectar y organizar los desechos utilizables que dejan propios y visitantes en la fiesta.
Dejando el desayuno preparado para su hijo, sale muy temprano en medio del silencio que deja la noche previa al sábado más importante de Barranquilla, el de carnaval. Llega a la bodega donde se encuentra la organización para comenzar con su rutina carnavalera. Lo primero es organizar a todas las chicas colaboradoras, muchas entusiasmadas por contribuir a la fiesta desde otra perspectiva, mientras otras un poco cansadas de la rumba del día anterior.
Pasada las cinco de la mañana, organizadas y listas, este grupo de mujeres ya se encuentra en la Vía 40 para empezar a ser las heroínas verdes del carnaval. En ese punto, mucho antes de que empiecen a bajar los hacedores y espectadores, ellas se comienzan a dividir por zonas o palcos. A su repartición quedan ubicadas y a partir de ese momento se da inicio al carnaval sostenible para Wendy y todas sus compañeras.
“Nosotros hacemos esto por la necesidad de dignificar el trabajo del reciclador”, expresa Wendy mientras todavía desfilan las comparsas.
Desde una esquina del palco Wendy observa pasar a los grupos bailando y disfruta del carnaval en medio de su labor como recicladora, pero tambien con firmeza se lamenta de lo poco informado que están los ciudadanos. Con su mano, que sirve como eje central de su trabajo señala un empaque Tetrapak de una bebida alcohólica.
“Ese tipo de cosas, los Tetrapak deberían ser mejor utilizados, la gente no sabe lo funcional que son ese tipo de residuos para reciclar”.
Así es como comenta la situación y sus compañeras la apoyan al manifestar querer un carnaval donde la sostenibilidad empiece desde los asistentes.
Siguiendo la agenda, en medio del bullicio, el borracho que lanza la lata por debajo del palco y los niños que tiran el pote de espuma al suelo cuando ya no tiene Wendy camina y entre sacos selecciona los residuos aprovechables de los que están contaminados o no son funcionales. Mientras eso pasa, sigue disfrutando de todo el desfile que engalana la Vía 40.
Hora tras hora, solo tiene la oportunidad de bailar mientras recoge con sus guantes los empaques y a pesar de todo sigue convencida de que su labor va más allá de obtener recursos monetarios. Todo esto hasta aproximadamente las seis o siete de la tarde, con desfile terminado y palco vacío, su labor diaria finaliza como heroína verde del Carnaval de Barranquilla.
Muchos creen que solo la monarquía real o los grupos de danza son los que duran todo un año en preparación para brindar un espectáculo de alegría a la ciudad. Sin embargo, la realidad es que, como Wendy Herrera, muchas mujeres y hombres trabajan diariamente y hacen parte de distintas organizaciones para aportar sostenibilidad al Carnaval de Barranquilla. Lamentablemente es muy común que estos personajes sean olvidados, pero su carisma mezclado con el entusiasmo de colaborar en mantener una ciudad limpia mientras se recicla deberían prevalecer y ser más protagonistas en la fiesta más grande de Colombia.